viernes, 8 de noviembre de 2013

¿Quienes somos realmente?

Hoy voy a hacer algo especial. No fotos, no vueltas de hoja, no correcciones, solo una maldita reflexión, un torrente de pensamientos que llevan golpeándome la cabeza desde dentro los últimso 15 minutos y que necesito darles una vía de escape a la orden de ya. Posiblemente a la mayoría de vosotros os importe tres pimientos lo que pondré a continuación, y para vosotros no os preocupéis, que en unas pocas horas se subirá una entrada bien maja sobre Call of duty que seguro os entretiene, pero si os apetece darle un rato al coco, saber un poquito mejor cómo es de verdad la persona que firma las líneas que ahora estáis leyendo o simplemente pasar el rato seguid leyendo esto.


Empecemos con algo de contexto. Como sabéis, actualmente soy un estudiante de psicología de la USC, así que como todo alumno tengo que hacer de vez en cuando algún trabajito. Dado que en el último momento mis planes nocturnos de hoy se fueron al garete, decidí ponerme con la corrección de unos test. Basicamente, teníamos que realizar una autoevaluación y a continuación pedirle a otra persona (la cual nos conociera) que cumplimentara el mismo test pero en función de cómo ella nos ve a nosotros. Tal y como supondréis, aluciné y no poco con la diferencia entre ambos cuestionarios.

Por una parte está el mío, cómo yo me veo y cómo realmente creo que soy, el cual no me deja en muy buen lugar pero me parece una buena descripción de mi mismo: hostil, ansioso, introvertido, fantasioso, desconfiado, con poca autoestima, hasta cierto punto infeliz y altruista (no todo iba a ser malo). Sin embargo, lo que mi amigo opina (o, incluso, lo que el resto de la gente percibe) es que soy un tío tranquilo, muy extrovertido, que confía en la gente, con una autoestima alta y en líneas generales feliz. Teniendo en cuenta que le pedí que fuera sincero y que no se cortó en catalogarme de rencoroso en alguna de las preguntas, creo que puedo fiarme de que no se cortó a la hora de dar su opinión.

Y ahora es cuando yo, un simple gilipollas de apenas 20 años, intenta responder a una de las preguntas que más tiempo lleva en el inconsciente colectivo: ¿quienes somos? ¿Nosotros o lo que los demás perciben? ¿Somos la misma persona de cara a los demás que en nuestro fuero interno? ¿Este chaval me conoce lo suficiente como para haber respondido de manera correcta al test o se ha basado en cábalas y recuerdos a la hora de puntuarme? ¿Cómo quiero que los demás me vean? No tengo ni puta idea.

¿Cual es la respuesta? No sé, no se me ocurre nada. Por una parte podría simplemente decir "Ey, si todos los filósofers de la historia no pudieron responderlo, ¿por qué iba a poder? Métete en cama que ya es tarde y mañana tienes clase o sal tú solo de fiesta y cuelga", pero ¿de qué me serviría?

¿No sería más sencillo dejar pasar las dudas? Olvidarlo todo por un momento, pasado presente y futuro y simplemente centrarse en... ser feliz. Hace tiempo escribí un texto sobre que la felicidad está en los pequeños momentos, y aunque no le he prestado toda la atención que se merecía creo que aquella fue una de las cosas más inteligentes que diré en toda mi vida. La felicidad no consiste en triunfar en la vida laboral, casarse o tener dinero, sino que es algo mucho más simple: la felicidad es dejarse llevar en un momento de paz, la textura de un libro nuevo largo tiempo anhelado, un abrazo, estirarse por las mañanas, un orgasmo, en simplemente disfrutar de estar vivos.

¿Qué importan todas estas preguntas? ¡A la mierda! Para bien o para mal (es una expresión, estoy seguro de que la respuesta es para bien) hoy sigo vivo, y con un poco de suerte mañana a estas horas seguiré estándolo. ¿Para qué perder el tiempo devanándome los sesos? ¡Este domingo podría estar criando malvas! No merece la pena pasarse la vida preocupándose por lo que los demás piensan de uno mismo, si invertir su tiempo en juzgar a los demás allá ellos, pero la vida es demasiado breve y tiene suficientes putadas como para añadirnos otras más en base a un montón de gilipolleces, así que a la mierda, me voy a dar un paseo bajo la lluvia, que hace mucho que no lo hago.

PD. Yo solo sé que lleva toda la tarde lloviendo, mis planes de fiesta se fueron a la mierda por culpa de la lluvia y nada más salir a pasear bajo la misma escampa y no cae una puta gota durante los casi 45 minutos que paso deambulando por Santiago.

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