viernes, 2 de enero de 2015

Fatale: La muerte me persigue


¿Cómo haces para reseñar una obra de un género que no te enamora (pulp + género negro), de un autor que hasta ahora solo te ha dado decepciones (Ed Brubaker) y que todo el mundo te dice que es la octava maravilla del cómic y que si no te gusta no tienes criterio? Pues pasando de todo, leerla por pasar el rato e intentar valorarla teniendo en cuenta que no es la clase de producto que buscas en el mundillo.

Dado lo cortísimo que es Fatale (apenas 138 páginas en su versión digital contando portada y arts sueltos) creo que os haré un favor saltándome la parte referente a la sinopsis, así que dejémoslo en que se trata de un cómic con reminiscencias Lovecraftianas donde se nos presenta la típica trama de investigaciones con sectas, femme fatales y polis muy duros de por medio. ¿Te gusta lo que lees? Fatale te encantará. ¿No termina de llamarte la atención? Pues... lo siento, pero dudo que este cómic sea para ti.   

Aún así pongámonos por un momento en el papel del dibujante. Está claro que una obra de este tipo vive gracias al guionista y admito que el trabajo de Brubaker aquí está años luz por delante de lo visto en su Capitán América, pero me temo que Sean Phillips comete (y no pocas veces) un error de principiante: componer la página dejando un golpe de efecto al final. Ya de inicio es un error tonto, pues por regla general debe dejarse el golpe para el cambio de página y que el lector se lleve la impresión de sopetón, pero Sean se carga aún más la situación porque suele mantener una paleta de colores muy similar excepto en esa última viñeta, lo que provoca que nada más pasar la página llame nuestra atención y miremos instintivamente hacia allí, lo que nos obliga a retroceder a la primera viñeta y cargándose con ello el ritmo de la narración, pues ya hemos visto cómo acabará eso.



Da igual que no leáis lo que pone, apuesto a que primero os llamó la atención lo rojo y ya luego visteis el resto, ¿verdad? Pues esto pasa en no pocas ocasiones. Es una lástima que algo así suceda, pues en líneas generales me gusta el dibujo y el cómo juega a veces con las viñetas, pero me ha cortado el rollo varias veces sin casi venir a cuento.

Pero en fin. Seguramente muchos estaréis ya afilando las horcas para pincharme por atreverme a criticar Fatale, pero la verdad es que no me ha parecido un mal cómic; es más, tal y como dije al principio si os llama la temática probablemente os encantará, pero simplemente Fatale no es de mi estilo y creo que no hay más. Si queréis leerlo adelante, personalmente me parecen caros 15 euros por 130 páginas por mucha tapa dura que tenga, pero quién sabe, hasta ahora toda la gente de mi entorno que lo ha leído acabó encantada y se han comprado los siguientes. Ah, sí, siguientes, la historia cierra el arco pero no termina, como mínimo aún hay otros dos tomos que no creo que me lea a corto plazo.

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