viernes, 9 de octubre de 2015

Final Fantasy Type-0


"La saga Final Fantasy está muerta."









¡JA!




No sé qué esperaba. Es decir... No lo sé, simplemente no lo sé. Lo único que sabía era que el público se quejaba de Square-Enix, no del juego, y que éste recibía alabanzas y alabanzas. Después de todo el revuelo que armó, tenía que jugarlo... Y aquí estamos.


Y aquí estamos...


Esto ha sido muy grande, y no lo digo solo porque esté escuchando su banda sonora ahora mismo (Dios mío, ¿por qué nadie spamea estos temazos?), sino porque Type-0 es todo lo que los fans llevan pidiendo desde... ¿Final Fantasy X? Y eso que se le ha exigido muchas cosas a cada nueva entrega. Lo diré alto y claro: después de varios intentos y fracasos, de pasillos y "esta vez será la buena"Final Fantasy Type-0 es la entrega con exploración, mapamundi, buen combate y buena historia que se ha deseado durante años.




Ace, el de las cartas, será el primer
personaje que controlaremos.


El marrón empieza así: te meten en medio de una batalla de la que tú no sabes nada, ni qué está pasando ni quien dispara contra qué, no sabes si los eidolones son aliados ni si los tanques son franquistas. Y espera a que te planten fusileros enemigos a dos metros y no sepas como hostiarles. Que risas, ¿verdad? ¡Pero eso es bueno! ¿No nos quejamos siempre de los inicios lentos y sosos de los juegos de rol? Esta vez, no, y tampoco se hace caótico ni confuso. Nos hablarán de naciones, generales, cancilleres y fechas históricas, y aunque no nos quedaremos con los detalles logra captar el interés desde el minuto uno, y ya se encarga de que sepas qué es lo que ha pasado a lo largo de la primera sesión de juego. Lo mismo con el sistema de combate, que durante la primera hora no sabrás como funciona, pero probarás los botones y descubrirás que lanzas cartas con cuadrado, esquivas con redonda y cometes genocidios mágicos con triángulo. Lo de que tienes un porrón de habilidades y catorce personajes por controlar ya lo descubrirás cuando te las apañes por sobrevivir (o no) y te atrevas con el resto de comandos.


Porque tiene catorce personajes controlables, si; catorce estilos de lucha con los que planificar un buen plan de ataque para las misiones. Tendremos en todo momento tres personajes activos, pudiendo controlar a cualquiera de ellos en cualquier momento, y cuando uno muera podremos elegir a uno de los once (diez, nueve, ocho...) restantes para sustituirlo. Y no penséis que son todos lo mismo con color de pelo distinto, hablamos de catorce estilos de combate propios, con sus armas, sus habilidades y sus peculiaridades. Por ejemplo, está Trey, que va con arco y puede cargar los disparos para hacer destrozos a larga distancia o usar ataques en área que succionan la vitalidad enemiga, o Machina con un modo berserker a dos espadas, o Deuce tocando la flauta para dar apoyo a los aliados, o Queen con sus arremetidas y electro-molinillo, o Jack en plan "avanzo a dos metros por hora pero mi katana corta el vibranium", o... Vamos, que os hacéis a la idea, ¿verdad? Se diferencían en estadísticas, en estilo, en habilidades... Las magias son compartidas entre todos, eso si. Vamos desbloqueando y modificando las magias a medida que progresamos, y las podemos equipar a cualquiera de los miembros del equipo. Por cierto, son lo más potente que os podéis echar en cara, chupan MPs que da gusto pero un Hielo++ BOM bien lanzado se carga a todo un pelotón de golpe. Un gran sistema de combate con enemigos a la altura, sobretodo los jefes, quienes nos harán sudar tanto a nivel de estrategia como de habilidad.




Vais a amar la magia de hielo.


Y hablando de los personajes, esta vez el trato es distinto a lo visto normalmente en la saga. No vamos a tener un protagonista y varios acompañantes, sino que todos ellos comparten papel e importancia, no desarrollándose mucho a nivel individual pero conformando un grupo la mar de equilibrado y consistente. Oh, no es ninguna tara, la importancia del argumento recae sobre el propio conflicto entre naciones, la guerra y lo que la acompaña, así como la mitología de este mundo, con peculiaridades como el olvidar a las personas muertas pero no a las experiencias compartidas con ellas (quizás este sea precisamente el punto en el que menos se profundiza).


EXPLORACIÓN. Esto os gusta, ¿verdad, jugones? Hay un mapamundi con exploración libre a pie, con chocobo y con barco volador, con mazmorras y demás. Un mundo al estilo clásico, BIEN. También hay ciudades, pero son decepcionantes cuanto menos (un par de pasillos). La Academia, nuestro hogar, es ya otro cantar. Concentra todas las bondades que le podemos pedir, desde coliseo hasta laboratorio mágico, y es un centro de mando vivo y bonito. Podremos campar a nuestras anchas por ella entre misión y misión, pero tendremos un número limitado de horas que gastaremos en conversaciones, ir a clase y misiones secundarias, un sistema que no me convence peeero que aumenta el interés por una segunda vuelta con Nuevo Juego +, algo a lo que se presta perfectamente.




Rem, probadla.


Ahora, el párrafo de "aviso para los incautos": Type-0 era originalmente un juego de PSP, y se nota. Los protagonistas han gozado de un buen lavado de cara y la Academia se sigue viendo bonita, pero el resto de modelados y texturas son de portátil de generación pasada. Esto repercute en la estructura de las misiones, divididas en secciones o salas, o que haya tiempos de carga (muy cortos) en transiciones que no suelen tenerlos en sobremesa.


Me dejo mil cosas por comentar, como el sistema de instancias, unos objetivos que nos van mandando durante las misiones que nos dan estados beneficiosos si los cumplimos y debilitan a un personaje si los fallamos. Me dejo también elementos como el sistema de invocación, o la cría de chocobos... Pero no me olvido de decir lo más importante: Final Fantasy Type-0 hace honor a su saga.














Acerca de Anti

Su nombre real es Albert, pero como no tenéis ninguna foto
sigue siendo inmune las Death Note. Estudiante de
ingeniería industrial, gamer, amante y gamer otra vez,
tiene la ridícula esperanza de que alguien en alguna parte
se fije en sus textos. Quiere dominar el mundo para poder
destruirlo sin impedimentos.

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