miércoles, 30 de marzo de 2016

Katamari Damacy y yo NO estamos hechos el uno para el otro


Hace un porrón y medio de años, en una época extraña y lejana donde los videojuegos salían completos y ser Nintendero todavía no era sinónimo de gilipollas salió un título extremadamente raro que milagrosamente llegó a nuestras tierras. Este era We Love Katamari, uno de mis juegos favoritos de PS2 y por el cual profeso un amor cuasi infinito pese a no haber tocado más títulos de su franquicia... hasta ahora. Recientemente me pillé en la store estadounidense el Katamari Damacy por nada de dinero, lo cual me brindó la posibilidad de sacarme esta espinita y probar otra entrega de la saga, y... me temo que esta cita a ciegas no pudo tener un resultado más descafeinado.

Pero retrocedamos un minuto. Exactamente, ¿en qué consiste Katamari? Bueno, dicho rápido y sin rodeos, en un universo paralelo existe una cosa llamada Rey del Cosmos, una especie de Galactus que en vez de devorar planetas que destruye sin querer todas las estrellas en plena borrachera, siendo lo mejor que se le ocurre de cara a solucionarlo el mandar a su hijo a provocar genocidios por toda la tierra a fin de reconstruirlas, siendo nuestra misión el pegar a los terrícolas y sus posesiones a nuestra pelota (katamari) para que luego él los mande al espacio y convierta en gigantes gaseosos. ¿Remordimientos, decís? ¡Ninguno! El Rey es inmune a nimiedades como condenar a miles de personas a vivir en zonas catastróficas o mandarlas a una muerte segura en el espacio. "Es que así está más bonito", dice. ¡Y todo ello mientras suena una OST tan cojonudérrimamente alegre como esta! Sí, Katamari es fácilmente una de las sagas videojueguísticas más jodidas de la cabeza que existen, pero como los personajes son tan feos a nadie le importa lo que les pase. Es decir, ¡mirad a esta niña!


¿Acaso no os parece que le estéis haciendo un favor al adherirla a un futuro asteroide y lanzarla al espacio para convertir su "belleza" en una nueva constelación? Pues eso.

Pero bueno, volvamos al juego en sí. Independientemente de lo macabro que sería todo esto de suceder en el mundo real, en el universo de Katamari esto debe ser el pan de cada día, y por ello todo el juego respira un aire de buenrrollismo y colegueo bestial. Es una lástima que los controles no estén todo lo pulidos que deberían, porque anda que no me han dado problemas ESTÚPIDOS y situaciones de "POR QUÉ NO PUEDO PEGAR ESO SI SOY EL DOBLE DE GRANDE QUE ÉL JODER". En serio, creo que es la primera vez que he lamentado no tener una grabadora a mano para mostraros la cantidad de veces que mi katamari se enganchó entre dos paredes y no podía salir, se quedaba pillada contra un bordillo o era incapaz de adherir lo que debía pegar. Qué coño, mirad la foto:


Mirad el tamaño de mi Katamari y el de la bola del mundo. ¿Por qué no puedo pegarla si tengo cogido cosas más grandes? No hay nada que corte más el rollo que intentar hacer una fase en tiempo record y que te pases a lo mejor un tercio del tiempo chocando y rebotando contra cosas que parecía que ibas a poder pegar pero no, resulta que es demasiado pronto pese a ser el doble de grande. Es absurdo, la verdad. No entiendo cómo pueden haber jodido tanto la fórmula de We Love y hacer un juego tan errático y que clarísimamente necesita más testeo y un par de parches...

...ah, sí, claro, que en realidad Katamari Damacy es el primer juego de la franquicia y que la versión extendida y con todo eso arreglado ya existe y es We Love Katamari. Damacy nunca llegó a Europa, pero We Love sí lo hizo y os aseguro que arregla TODO lo que he comentado en esta entrada. Quizás algunos se quejen de que Love es mucho más permisivo y que la "auténtica experiencia katamari" es la de Damacy, pero a la mierda. Personalmente no sería fan de la saga si mi primer contacto hubiera sido con este título, así que os digo a todos que NO puedo recomendar Katamari Damacy, pero por favor en cuanto acabéis de leer esto ir a darle vuestro amor a Love.

Y bueno, como sé que os encantan mis absurdas metáforas cerremos siguiendo con el ejemplo de la cita a ciegas del primer párrafo. We Love Katamari vendría a ser esa chica de la que llevas enamorado años pero que ella no quiere una relación seria con nadie, así que intentando encontrar una sustituta empiezas a salir con su hermana mayor, la cual aunque comparta muchos rasgos con ella es en los pequeños detalles que tanto te enamoran donde se comporta diferente, además de que por las circunstancias de la vida es mucho más ruda y estricta que su sensual y moe hermanita, a la cual si pudieras la cogerías por banda y la atarías a la cama y 

OH JESÚS PERO PERO PERO ¿¡¿Y ESAS PINTAS?!? ¿¡¿¡NADIE LE HA DICHO AL REY DEL COSMOS QUE PARECE UN TARADO!?!

¿¡¿HABLA ESPERANTO?!?

OH DIOS MÍO SU PAQUETE ES MÁS GRANDE QUE YO

Ah, sí, aunque en Damacy tampoco es nada del otro mundo en We Love el Rey del Cosmos entra en mi top de personajes waifuables y no descarto hacer una teleserie con las conversaciones que me monto con él. ¡Y TERMINA TODAS LAS FASES CON UN SUPER ARCOIRIS MÁGICO DE SUPER MEGA CHACHI GAYER!



NOTA: No te sacarás de la cabeza el tarareo de Katamari On The Swing en tu puta vida.

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