jueves, 24 de marzo de 2016

Please, Don't Touch Anything


De verdad que no quería tener que escribir esto. En serio. Plase, Don't Touch Anything es un juego por el que tenía mucha curiosidad desde que leí la reseña que le dedicaron en Mundogamers, así que cuando Nike me lo regaló fui corriendo a instalarlo y saciar de una vez mi curiosidad.  Una vez más, ojalá no tuviera que escribir esto.

Please juega con el rasgo más característico de la humanidad: su hijaputez. Basicamente, nuestro colega va al baño y nos pide que por favor no toquemos nada de su mesa de trabajo, y como somos (tú, yo y tu vecino del quinto) unos hijos de la gran puta pues nos ponemos a jugar con los botones (bueno, con el único botón). Y causamos el jodido Apocalipsis.


¡Pero tranquilo, que no te has dejado tu dinero en una mierda pretenciosa que se hace la inteligente pero que puedes ver todo lo que oculta en 2 minutos y medio! Para eso ya está Proteus. Nada más masacrar a toda la humanidad vemos un botón de “Arreglar el pifoscio que has montado”, que básicamente nos devuelve al inicio del juego… para que probemos otras cosas y veamos qué cojones sucede.

Al principio la cosa fue bien. No entendía muy bien la lógica del juego pero poco a poco fui encontrando el camino, y en aproximadamente media hora encontré la solución a… ¿la mitad de los enigmas? Sí, quizás algo así. Durante estos primeros treinta minutos todo muy bien, el juego no paraba de darme pequeñas sorpresitas y era un pequeño placer el encontrar nuevas formas de interactuar con la máquina, y de hecho cuando encontré la linterna me sentí como un niño pequeño, con un sentimiento de descubrimiento que no sentía desde hace años y que realmente me hizo sentir muy bien y bla bla bla. Sentimientos, no les hagáis caso, a veces me salen, VAYAMOS A LOS PROBLEMAS Y LA BILIS, QUE PARA ESO VENÍS.

Cuando ya llevaba unos 10 minutos sin dar con ninguna solución y no se me ocurría cómo puñetas hacer con algunos dispositivos me decidí a buscar una guía… y se me cayeron los huevos al suelo en el peor sentido posible.

Juego, una cosa es que seas complicado; otra que seas rebuscado para que tu secreto dure más y tenga a la comunidad colaborando entre si; pedirme saber puto código morse me parece un jodido cachondeo. Puedo tolerar cosas como que tenga que ser yo mediante ensayo y error el que vaya probando en los diferentes paneles cuantas combinaciones de números me pones delante porque vale, estamos jugando y te lo acepto, pero ¿código Morse? ¿En puto serio? ¿Otro donde lo que tengo que hacer es escribir en binario? ¿¡¿¡¿La jodida secuencia de Fibbonaci?!?!? Y eh, os aseguro que hay uno o dos todavía más rebuscados y jodidamente aleatorios que he pasado de compartir por si alguien quiere probarlo, pero ya os digo que el de los relojes podéis no sacarlo solos EN LA PUTA VIDA. Entiendo que un juego como este basado en sorprender al jugador intente ser difícil o críptico, pero es que esto es jodidamente absurdo. Antichamber tiene una lógica diferente a la de cualquier título del mercado y consigue comunicar al jugador lo que debe hacer y que éste comprenda cómo funcionan sus reglas; Please parece más bien uno de estos juegos de puzles enrevesados por el hecho de ser enrevesados que tanto triunfaban en los navegadores hace 10 años y que la gente se mataba en foros probando gilipolleces para ver quién encontraba cual era la clave que abriría el siguiente puzzle.


Lo dije al principio y lo repito ahora: ojalá no tuviera que escribir esto. Le tenía muchas ganas a este juego, y el hecho de que fuera un lector el que me lo regaló me hizo empezarlo con el triple de ilusión, pero de verdad que pasados los primeros momentos mi impresión era de que los creadores se estaban riendo de mí en mi puta cara. Es cierto que de normal solo cuesta 5 euros y que de rebajas podréis conseguirlo por bastante menos, pero dudo mucho que por ese mismo precio no podáis encontrar cientos de juegos que hacen lo mismo y mejor que este título.

Y si los encontráis avisarme, que yo también quiero probarlos.

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