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martes, 24 de julio de 2012

El periodo sensoriomotor


Ah, los bebés. ¿Qué sería de nosotros sin esas criaturitas chillonas, apestosas y glotonas que son los bebés? Nada, pues todos hemos sido bebés alguna vez (bueno, Jordi Urtado probablemente no, pero se entiende). Ahora que hemos recordado tiempos felices... ¿no os parecería raro que nadie los hubiera estudiado todavía? Es decir, es algo por lo que todos pasamos y durante el cual evolucionamos de un ser que no hace nada a un ser reflexivo y capaz de pensar. Pues bien, no os ofusquéis más. No solo sí los han estudiado sino que aquí estoy yo para tocaros los cojones con una parrafada (tranquilos, tiene fotitos de por medio para vagos) acerca de los estudios realizados sobre los críos de marras de uno de los mayores hombres de la historia: Jean Piaget. ¿Que porqué digo eso de él? Pues porque cuando una persona de 11 años es capaz de hacer un estudio sobre el gorrión albino digno del mejor biólogo es obvio que estamos ante alguien brillante.

Una vez se licenció hizo muchas cosas, pero no os interesan. Quedaros con esto: estudiando el crecimiento de sus tres hijos redactó una de las mejores teorías sobre el desarrollo cognitivo humano de toda la historia, la cual no ha sido refutada satisfactoriamente los más de 50 años que han pasado desde su publicación (y no es precisamente porque nadie lo haya intentado rebatir...). Es cierto que sus seguidores (conocidos como neopiagetianos) han introducido ligeras modificaciones en algunos puntos de la teoría de Piaget a la vista de los nuevos resultados (los cuales estarán especificados en el lugar que les corresponda) pero, aún con ello, el mérito de Piaget es incuestionable.