Siendo realistas, esta entrada está condenada. En el momento en que terminé Singularity tenía muchísimas ganas de hablar de él; qué digo, en mi cabeza tenía ya hasta la maquetación preparada. Entonces me di cuenta que era tarde de narices, al día siguiente madrugaba y decidí escribirla en cuanto sacase unos minutos libres.
Y de esto hace ya dos semanas.
Y de esto hace ya dos semanas.