sábado, 12 de marzo de 2016

Una lanza a favor de Ground Zeroes



Ground Zeroes debería ser parte de The Phantom Pain, esto no es una opinión sinó una verdad. Es exactamente lo mismo que el capítulo del carguero en Metal Gear Solid 2, y venderlo separado de la obra completa es injustificable. Dicho esto, y dejando tal polémica a parte, vengo a defenderlo.


Partamos de la base que no pienso jugarme un Metal Gear cuya misión parece ser hacer una versión extendida del epílogo del 4, also know as Metal Gear Solid: Peace Walker (y, actualmente, también The Quiet Pain). Soy muy fan de la saga y amo cada cow-boy y cada vampiro que la conforman, pero no me vais a ver malgastando mi tiempo echándole una carrera a un Metal Gear caribeño ni presumiendo de serpiente sólida ante niñas pequeñas cuando puedo comprarme Final Fantasy X por séptima vez, así que simplemente me leí un resumen y escuché los cassettes proporcionados por Ground Zeroes. Si obviamos la parte "¡el canon está para romperlo, zorras!", digamos que me creo el argumento. Estoy ya preparado para Ground Zeroes, lo empiezo y... ¡Sorpresa sorpresa, decide tocar ligeramente los sucesos pasados para darles coherencia! ¡Coherencia! Bueno, que te guste el cambio es relativo, pero ahora sí que te lo puedes tragar a gusto y las partes más absurdas desaparecen. Es de agradecer que hayan aprovechado la oportunidad para filtrar un poco, sinceramente... De hecho, Ground Zeroes se toma inusualmente en serio a sí mismo si lo comparamos con el resto de la franquicia, tanto argumental como jugablemente: han desaparecido las clásicas cajas, los cigarros y las revistas eróticas, y está claro que el tono general es más oscuro. Tuve la sensación que el juego intentaba ser cruel con sus personajes siempre que se presentaba la oportunidad, y no puedo decir que me desagrade; más bien al contrario. La introducción logró llamar mi atención, y también el propio rescate de Paz, pero las grabaciones de los cassettes con lo que rodea a los cautivos le da el toque. Normalmente, en los Metal Gear tenemos los codecs para leer explicaciones e incluso conversaciones más humorísticas, pero esta vez todo lo que hay son cassettes enfocados en la miseria. Su corta duración, aún siendo de primeras un lastre, ayuda a dejar una impresión intensa, y el conjunto resulta intenso para todo aquel que entre con paso firme... Pero sí, es corto. En seguida recuperamos lo de la duración y sus dos horas de juego.



Pues claro que está Raiden.
¿Qué esperabais?


Cuando uno coge el mando por primera vez, la sensación será algo tipo "why CAN Metroid crawl?". Se han añadido cosillas a los controles y se han introducido herramientas como la fijación de enemigos, esto en una franquicia que se tomó diez años para permitirnos andar agachados. Es todo tan distinto a lo que nos tenía acostumbrados Kojima que choca. ¡Ya no digamos el planteamiento directamente sandbox! Metal Gear Solid, con diseños clásicamente pasilleros, se abre a la libertad de acción. Era un aperitivo, bien lo sabían en Konami, de lo que se esperaba de The Phantom Pain. Descubrieron una mina de oro alimentada por el hype... No, prometí no volver a entrar en este fregado. Aquí lo importante es que, de repente, se estaban tocando muchos elementos clásicos de golpe. ¡Y lo mejor es que el planteamiento abierto está bien aprovechado! ¿Cómo solventas una duración digna de un corto de Disney? Con rejugabilidad, y de la buena. Hay un montón de objetivos secundarios divertidos y variados, lo que pasa es que todos empezamos a sudar bilis cuando nos olimos que nos estaban vendiendo una demo... Una maldita demo a veinte euros... ¡Vale, si, me callo, prometo no volver al tema comercial! La misión inicial y principal es el rescate de Chico y Paz, personajes recuperados (y arreglados) de Peace Walker. Una vez cumplida esta parte podremos optar a objetivos como la destrucción de los sistemas antiaéreos o la famosa y ácida supresión de títulos de Kojima. Además, siempre hay una puntuación al final de las fases que, junto a su corta duración, facilita el picarse con los rangos de uno mismo.







Y no quiero terminar el texto sin resaltar los graficazos que se gasta. Es un juego intergeneracional y aun así se ve de escándalo, tiene efectos geniales y todo luce con un acabado soberbio. Big Boss mojado bajo la lluvia es poco menos que orgásmico para todo aquel que tenga ojos caprichosos. No esperéis ahora el nuevo Crysis, pero el juego sorprende, destaca sin esperártelo.



Ground Zeroes tiene sus defectos, no intento enmascararlo, pero he leído un montón de opiniones muy extremas sobre el juego por toda la polémica que lo envuelta y al final son pocos los que se dignaron a destacar también sus virtudes, y por eso decidí escribir este texto. Nos pasamos un poco, ¿sabéis? Todos nosotros. Cuando un juego está sobrevalorado somos incapaces de añadir un "pero es buen juego" después de dejar claro que no es la tierra prometida que sus fans proclaman (Final Fantasy VII, obviamente), y del mismo modo nos cegamos ante los errores más mediáticos o publicitarios y cerramos la puerta a una valoración objetiva del producto en sí (por supuesto, en mi mente esto es sinónimo de Watch_Dogs). Somos rencorosos y desconfiados, pero a veces llevamos el rol de castigador demasiado lejos. A algunos nos has caído bien, Ground Zeroes, y hoy quiero romper una lanza a tu favor.










Acerca de Anti

Su nombre real es Albert, pero como no tenéis ninguna foto
sigue siendo inmune las Death Note. Estudiante de
ingeniería industrial, gamer, amante y gamer otra vez,
tiene la ridícula esperanza de que alguien en alguna parte
se fije en sus textos. Quiere dominar el mundo para poder
destruirlo sin impedimentos.

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