Siempre he visto a Daredevil como un héroe de segunda fila, y no solo porque sus poderes sean de lo más cutres ("Hey, me quedé ciego y ahora tengo un sonar, qué guay soy"). Lo que había leído de él se resumía al Clásicos del cómic: Daredevil que salió hace un par de años por España que recopilaba historias clásicas (basura infecta) y algunas más actuales (algo potables, pero normalitas en su mayoría) y a su actuación en Civil War. En ambos casos me transmitía lo dicho: héroe de barrio que queda pequeño ante el resto de héroes marvelianos. Esto es importante, pues así os haréis a la idea de hasta qué punto me sorprendí al terminar con este cómic (cuya lectura, todo sea dicho, llevaba meses posponiendo a causa de su protagonista). Solo diré que mi primer pensamiento al acabarlo fue "Miller, ¿porqué coño no vuelves a tu estilo de los 80 donde hacías unos cómics acojonantemente buenos y dejas de lado la mierda a la que te dedicas hoy en día?". Vale, mierda no es, pues en general siguen siendo cómics aceptables, pero poner sus últimos trabajos al lado de El regreso del caballero oscuro, Ronin o este Born again es cuanto menos insultante (obviamente la ponzoña de Holy terror no va incluída en la ecuación anterior, ahí si que hizo una puta mierda).
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miércoles, 6 de febrero de 2013
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