Lo primero que deberíamos hacer es definir arte. Dado que la RAE me la sopla muy fuerte (no por nada mis textos tienen una media de tres patadas al diccionario por párrafo) os diré lo que yo considero arte: una producción creativa cuyo autor emplea como vehículo para transmitirnos algo que oscilaría entre la más pura emoción y un mensaje. Bien, acabo de largar de un porrazo al 99% de los títulos existentes con independiencia de su calidad, ya sean COD o Marios. De entre lo que nos queda sería cosa de cada uno distinguir la morralla pretenciosa (Limbo cof cof) de aquellas auténticas obras de arte (en mi caso Braid, Hotline Miami y MGS 2).
Ahora bien, ¿acaso es malo no pertenecer a este grupo? No, y eso es lo que la mayoría no parece entender. Ni se me pasaría por la cabeza llamar "arte" a Memento, y sin embargo lo considero un peliculón. Ni Battle Royale. Ni al genial cuadro que pintó mi padre de la ría de Vigo. No necesitamos llenarnos la boca con esa palabra intentando que nos tomen en serio. ¿Acaso Watchmen deja de ser genial si lo llamamos cómic en lugar de "novela gráfica"? ¿No creéis que va siendo hora de dejarnos de etiquetas pretenciosas con tal de dignificar nuestras aficiones?
He aquí uno de los mejores juegos que he probado nunca, y no necesito llamarlo arte para decírselo a los demás.
Bayonetta, Portal 2, The Last of Us... diablos, incluso Call of Duty, independientemente de su calidad, siguen siendo productos cuyo fin es vender, y no por ello debemos avergonzarnos al decir que disfrutamos con ellos. ¿Acaso necesitas decir que la última cinta de Michael Bay es arte para admitir que has pasado una hora entretenida viendo cosas volar por todas partes? Aquí es lo mismo.
Menos hablar y más jugar, que a fin de cuentas su objetivo es entretenernos.
Menos hablar y más jugar, que a fin de cuentas su objetivo es entretenernos.
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