domingo, 8 de marzo de 2015

Esencia de mujer (1992)

¿Y si eres un chaval estadounidense aplicado y estudioso que aspira a labrarse un buen futuro académico? Pues querrás ir a una buena universidad, de esas que te hipotecan el coche, la casa y el riñón derecho para poder entrar. ¿Y qué pasa una vez dentro? Que necesitas más pasta, ya sea para volver algún día a casa, hacerte amigo de los ricachones del Jaguar o comer algo caliente de vez en cuando, para romper la rutina. Miremos el tablón de anuncios, a ver qué se cuenta de nuevo.


Bien, hay algo sobre cuidar a un señor y cobrar una pasta si sobrevivo, perfecto. Cojamos el coche. Ah, cierto, soy pobre; cojamos mejor el bus. Oh, es verdad, subieron la tarifa; mejor en bici. Uf, me olvidaba, la cambié por agua potable. Nada, a andar, que es sano. Y llegamos, y la casa es bonita, y los nenes son unos angelitos, y OH DIOS MIO QUE ME TOCA CUIDAR DE UN MILITAR CIEGO QUE SE VA A NEW YORK!!! Sonamos.


¿Y si a partir de aquí nos ponemos serios? ¿Y si ahora dejamos a los niños de papá en un segundo plano y nos centramos en el militar ciego? ¿Y si lo que ahora nos hará bailar son los remordimientos y el marcadísimo carácter de nuestro nuevo acompañante? Esa sonrisa inicial por las bromas de los gamberros de la clase desaparece en el mismo momento en que nos convertimos en el lazarillo de una alma atormentada por su pasado y su futuro. Grandes personajes, grandes interpretaciones (ni una vez se le va la mirada a Al Pacino, quien interpreta al ciego), gran película.





Esencia de mujer se presenta desenfadada, cambia su rumbo hacia algo más profundo y, a partir de aquí, evoluciona. Tenemos humor, sí, pero sobretodo tenemos reflexión en un drama que debería ser visto por todos para poder ser recordado por todos.






Acerca de Anti

Su nombre real es Albert, pero como no tenéis ninguna foto
sigue siendo inmune las Death Note. Estudiante de
ingeniería industrial, gamer, amante y gamer otra vez,
tiene la ridícula esperanza de que alguien en alguna parte
se fije en sus textos. Quiere dominar el mundo para poder
destruirlo sin impedimentos.

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