Aunque ya le dediqué una entrada a esta serie en mi primer blog, considero necesario dedicarle un segundo artículo a la misma, pues la entrada es de marzo del 2010, momento en que escribía como el culo, la serie no estaba acabada y además yo tenía mucha menos experiencia en esto del manganime. Y qué coño, me apetece comentar qué opino de las últimas dos sagas (publicadas después de esa entrada). Eso sí, ante todo, honestidad: a esta serie le voy a meter mucha más caña de la que se merece. ¿La razón? Al haberla seguido a ritmo Japón durante un par de años (sí, un cap a la semana) le fui cogiendo cariño poco a poco; por ello, el Cristo que la autora montó con la serie conforme pasaba el tiempo me molestó muchísimo más de lo que debería. Así pues, por muchas cosas malas que diga ahora de la misma, pensad que como shonen merece bastante la pena pese a las múltiples cagadas de la autora en los últimos arcos argumentales.