Jamás entenderé lo que me ha pasado con Code Geass. Permitidme plantearos la situación: ante una serie no especialmente larga (50 capítulos), con unos personajes super carismáticos, una premisa base original, buena música, animación a la altura y un ritmo y trama endiabladamente adictivos es de suponer que en cuestión de una o como mucho dos semanas libres haya terminado con ella, ¿verdad? Pues no. Desde el momento en que me vi el primer capítulo hasta que hace apenas unos minutos he finalizado el último han pasado nada más y nada menos que 3 años.
