Siempre he visto a Daredevil como un héroe de segunda fila, y no solo porque sus poderes sean de lo más cutres ("Hey, me quedé ciego y ahora tengo un sonar, qué guay soy"). Lo que había leído de él se resumía al Clásicos del cómic: Daredevil que salió hace un par de años por España que recopilaba historias clásicas (basura infecta) y algunas más actuales (algo potables, pero normalitas en su mayoría) y a su actuación en Civil War. En ambos casos me transmitía lo dicho: héroe de barrio que queda pequeño ante el resto de héroes marvelianos. Esto es importante, pues así os haréis a la idea de hasta qué punto me sorprendí al terminar con este cómic (cuya lectura, todo sea dicho, llevaba meses posponiendo a causa de su protagonista). Solo diré que mi primer pensamiento al acabarlo fue "Miller, ¿porqué coño no vuelves a tu estilo de los 80 donde hacías unos cómics acojonantemente buenos y dejas de lado la mierda a la que te dedicas hoy en día?". Vale, mierda no es, pues en general siguen siendo cómics aceptables, pero poner sus últimos trabajos al lado de El regreso del caballero oscuro, Ronin o este Born again es cuanto menos insultante (obviamente la ponzoña de Holy terror no va incluída en la ecuación anterior, ahí si que hizo una puta mierda).
Esta historia, publicada paralelamente a El regreso del caballero oscuro (ironías de la vida, pasó de publicar cosas de esa calidad a la vez en editoriales rivales a directamente no sacar nada a la altura en ninguna parte) empieza realmente fuerte: Karen Page, la exnovia y exsecretaria de Matt Murdock (alter ego de Daredevil) se ha convertido en adicta a la heroína, lo cual la ha arruinado. Presa del mono, decide vender la identidad de Daredevil a cambio de un chute, nombre que llega a manos de Kingpin, el hombre que domina Nueva York entre las sombras y que empieza a estar harto de los ataques de Daredevil a sus negocios. Así, usará todas sus influencias para destruir desde las sombras la vida de Matt, empezando por su carrera como abogado y terminando con su hogar y cordura.
A partir de esa premisa veremos sufrir a Matt como pocas veces han puteado a un superhéroe: sin casa, sin amigos, sin dinero, herido, atacado constantemente, viviendo entre los vagabundos a la espera de una oportunidad de resurgir y recuperar su felicidad... todo esto aderezado por un guión muy bien construído (como solía hacer Miller nos pone varias tramas paralelas interrelacionadas, en este caso en las figuras del periodista Stan Uris y de la yonki Karen Page) y un dibujo espectacular por parte de David Mazzucchelli.
Poco puedo añadir a esta entrada sin joderos todavía más el argumento, así que diré que para mí el único error de este cómic es haber salido en la serie regular de Daredevil. ¿La razón? Que al trabajar en una serie regular hay varias cosas que no puedes hacer: matar personajes clave (o por lo menos hacerlo sin miedo a que te los resuciten a la semana) como el protagonista y el villano principal, cerrarlo todo (cuando acabes tu arco argumental la serie debe continuar) y adaptarlo todo al estilo de la serie (hay poco margen de maniobra, pues a poco que haces algo radical pasa como con el número 700 de Spiderman salido hace poco...). Esto último es una reflexión mía, pues estoy seguro que Miller no habría podido hacer ni de coña lo que hizo en El regreso si hubiera salido en la serie regular (en especial lo relacionado con Joker o el finalazo que se gasta).
Una última cosa: me parece un must read donde los haya, pero 23 euros en tapa dura por sus 170 páginas es un robo. Buscadlo en bibliotecas o tirad de internet para leerlo, pero pagar todo eso por este cómic es excesivo.
Poco puedo añadir a esta entrada sin joderos todavía más el argumento, así que diré que para mí el único error de este cómic es haber salido en la serie regular de Daredevil. ¿La razón? Que al trabajar en una serie regular hay varias cosas que no puedes hacer: matar personajes clave (o por lo menos hacerlo sin miedo a que te los resuciten a la semana) como el protagonista y el villano principal, cerrarlo todo (cuando acabes tu arco argumental la serie debe continuar) y adaptarlo todo al estilo de la serie (hay poco margen de maniobra, pues a poco que haces algo radical pasa como con el número 700 de Spiderman salido hace poco...). Esto último es una reflexión mía, pues estoy seguro que Miller no habría podido hacer ni de coña lo que hizo en El regreso si hubiera salido en la serie regular (en especial lo relacionado con Joker o el finalazo que se gasta).
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