Pese a considerarme fan de la franquicia Metroid, apenas he completado Fusion, Zero Mision y Other M. Los motivos son muchos: Metroid 1 y 2 me parecen demasiado ariscos como para ponerme con ellos hoy en día, no he tenido ganas de emular aún Super Metroid y obviamente no me iba a pasar el resto de la trilogía Prime sin haberme pasado antes su primera entrega. Sin embargo (y esto es algo que muy pocos saben) aunque compré este juego en el 2003 no lo pude terminar hasta hace apenas unas horas. Raro, ¿verdad?
Tal y como supondréis, al llegar a uno de los enemigos más duros del juego (Thardus) se me disparó el corazón y, una vez lo hube derrotado, grité basta. Apagué la consola, metí el disco en su caja y en cuanto tuve ocasión me acerqué al Centro Mail de Vigo para vender el maldito juego. A estas alturas de la vida soy incapaz de recordar qué compré en su lugar, pero no importa. El quid de la cuestión es que por primera y única vez en mi vida un juego me consiguió meter tanto en su mundo que me vi obligado a dejarlo de lado.
Sin embargo, con el paso del tiempo empecé a sentirme mal al respecto, pues realmente recordaba Metroid Prime como un gran título al que no había sido capaz de adaptarme; por ello, algunos meses tras el lanzamiento de Metroid Prime 2: Echoes intenté darle una segunda oportunidad a la saga, pero me temo que alquilarlo un fin de semana y ver qué tal no fue precisamente la mejor opción, pues terminé por dedicar el finde a estar en el multijugador con mi hermano. Metroid Prime 3 tampoco terminó de gustarme, aunque en ese caso era más una cuestión del wiimote que otra cosa.
Thardus.
Los años pasaron y cuanto más difícil se me hacía encontrar un Metroid Prime para la Game cube con su viejo sistema de control más rabia me daba haberme deshecho del mío de una forma tan estúpida. Fue entonces cuando Anti (ya sabéis, ese colaborador que solo escribe una vez cada 5 meses) me dio el chivatazo de un hombre que vendía en Vandal el Metroid Prime por 5€ y el Prime 2 por 10, estando este último precintado. No había terminado de cargarme el enlace y ya estaba revisando mi saldo bancario para saber si podía realizar el ingreso a primera hora del día siguiente o no.
No os aburriré con lo referido a la compra del juego, los largos meses donde quería jugarlo y no tenía tiempo o el cómo lo empecé durante un puente y tuve que abandonarlo a la mitad otras tres semanas por no tener mi Game cube disponible. En su lugar, permitirme deciros por qué Metroid Prime no es solo uno de los mejores juegos del cubo de Nintendo, sino también uno de los títulos más redondos que he tenido el placer de tocar en mi vida.
A nivel trama el juego se situaría entre los sucesos del Metroid original y lo acaecido en Metroid 2: Return of Samus, encontrándonos con nuestra cazarrecompensas habiendo finalizado su primera aventura contra los piratas espaciales y buscando a los supervivientes de su ataque al planeta Zebes, teniendo por objetivo eliminar de una vez por todas hasta el último rastro de la amenaza pirata. Es entonces cuando localiza la fragata Orpheon, una de sus naves que termina estrellándose contra el desconocido planeta Tallon IV. Decidida a matarlos a todos, Samus descenderá a Tallon armada solo con su cañón, pues durante la incursión en la fragata su traje quedó seriamente dañado. No se imagina lo que encontrará en ese lugar...
Los piratas espaciales en toda su gloria.
Tallon IV es un planeta vivo donde, en el momento de nuestra llegada, absolutamente todo es un riesgo cuya presencia no debes tolerar. No es que sea un juego extremadamente jodido, sino que las primeras horas de Metroid Prime son lo mejor que he pasado este año. Esa sensación de soledad, saber que casi cualquier cosa podía matarme y sentir que realmente exploras un lugar inhóspito y hostil... en serio, se trata de algo indescriptible. Es cierto que conforme obtienes mejoras la situación se va normalizando y, aunque siga siendo un juego magnífico, esta vulnerabilidad se pierde y con ella parte de la inmersión, pero esto no quita que aproximadamente el primer tercio de Metroid Prime haya sido una de las pocas cosas que me alegro de haber sufrido.
Sin embargo, la hostilidad del terreno y su cámara en primera persona no es lo único que ha tenido que ver en este éxito, pues gráficamente Metroid Prime es un auténtico portento. Quizás ahora el efecto no sea tanto, pero hagamos memoria por un momento. Metroid Prime salió en 2002, lo que significa que visualmente hablando pasamos de esto...
Sin embargo, Metroid Prime no es un juego perfecto, pues hay tres detalles que considero empañan la experiencia final. El primero de ellos es el relativo a la turbosfera, una habilidad realmente útil pero que en no pocas ocasiones deberemos utilizar en un amago de pista de skate para llegar a lugares elevados; creedme cuando os digo que es un dolor en el culo capaz de sacarte de lleno de la situación. Algo similar ocurre en relación al botón R, pues el único método de mover la cámara es deteniéndonos y pulsándolo. Sí, habéis leído bien: Samus Aran comparte con los protagonistas de Resident Evil el complejo de torreta.
El no poder girar la cámara en movimiento es una putada en cualquier juego, pero cuando se trata de uno en primera persona con combates, exploración y plataformas... tela. Es cierto que la opción de fijar blancos soluciona gran parte de la papeleta en las batallas, pero enfrentarse a algunos tipos de pirata espacial, la imposibilidad de caminar y girar o no poder avanzar en diagonal nos calentará más de dos y tres veces la cabeza. A la larga nos acostumbramos, cierto, pero a la larga. Esto último se relaciona con el tercer problema, el uso del rayo enganche. Como imaginaréis, se trata de una herramienta de gran utilidad pero cuyo empleo es tristemente poco intuitiva, volviéndose un auténtico engorro cuando no podemos elevar la cámara a la vez que lo utilizamos.
La función de escanear enemigos y zonas concretas del mapeado para conocer más de Tallon y su historia es, sin lugar a dudas, uno de los mayores aciertos de Retro para informarnos en tiempo real del planeta sin cargarse la inmersión.
Poco puedo añadir sobre este juego. Tiene errores, si, pero en el momento de su salida fue una joya y hoy en día sigue siéndolo. Si tienes un amigo que pueda prestártelos o directamente sabes donde comprarlo, yo que tú no me lo plantearía dos veces e iría a por él de cabeza, pues estamos ante uno de los mejores juegos que puedes encontrar en cualquier plataforma.
NOTA: 9
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