martes, 10 de marzo de 2015

Oda a Langostenberg


Langostenderg es, como muchos otros, uno de los diversos héroes anónimos a los que les debemos muchísimo pero que tristemente la historia maltrata olvidando su nombre diluyéndose en la marea del tiempo. Sin embargo, y a fin de darle un tributo tanto a él como a los demás salvadores de nuestra especie que no han recibido nunca el menor crédito, nos disponemos aquí y ahora a darle el homenaje que se merece, pues como ya lo he dicho Langostenberg nos liberó del infierno sin que si quiera lo supiéramos. Hizo lo imposible, vio lo invisible, se enfrentó al poder, tocó lo intocable, rompió lo irrompible. Todo esto y mucho más. Esta es su historia.


Al principio Langostenberg no se hacía llamar así; de hecho, el nombre por el que debería haber sido conocido en todo caso habría sido "Langostinenberg", pues es un langostino, pero por motivos que desvelaré cuando llegue el momento durante años todo el mundo le llamó de ese modo. Sin embargo, antes de que todo se estropeara y su vida se convirtiera en una carrera diaria por sobrevivir la gente le llamaba Fabricio, el langostino de la Navidad. Él no sabía qué era eso de la navidad, pero el nombre le gustaba y lo exhibía con orgullo en el patio del colegio. 

Pasó el tiempo y Fabricio se graduó el primero de su promoción de Arte Moderno en la Facultad politécnica de Chuenenserteing, pero justo el mismo día de su retorno triunfal al pueblo (que, por si os interesa, su pueblo natal se llamaba Yhhhhasdli (llamaba porque ahora ya no existe, como ahora veréis)) descubrió que el pequeño valle donde había pasado su infancia ya no existía (¿veis? os lo dije). No entendía cómo, pero algún malnacido había prendido fuego al lecho marino y toda su familia había muerto calcinada (por supuesto esto lo hizo un malvado mago oscuro de la especie calamar que se aburría y quería hacer sufrir a unos pobres langostinos, pues solo un mago podría hacer arder el agua, pero eso no lo descubriría hasta muchos años después).


Mientras se paseaba por las ruinas de su hogar localizó un extraño superviviente clarísimamente perteneciente al exterior de su país, pues portaba un maletín cuyo precio excedía por mucho la renta total anual de la familia más rica de Yhhhhasdli.

"¿Se encuentra usted bien?" preguntó Fabricio.

"AAAAAAhhhhh, una langosta bebé!!!!" respondió el desconocido.

"¿Qué? No, que va, soy un langostino, como usted. Lo que pasa es que siempre fui bastante grande para mi edad."

"Bastante grande? Chaval, podrías pasar por una langosta enana a poco que te pusiésemos unas pinzas falsas. Espera un momento..."

"Oiga, ¿sabe qué ha sucedido?" (si os preguntáis por qué Langostenberg está tan sereno tras la pérdida de su familia, os recuerdo que los langostinos tienen un corazón demasiado pequeño como para que el dolor anide durante mucho tiempo en él sin matarlos, por lo que o se endurecen desde pequeños o ante la muerte de un langostino querido se van a pique y terminan suicidándose por la profundísima tristeza).

"Oh, ¿no lo sabes? Han sido las langostas" mintió. En realidad ese hombre era un miembro de la LIA, Langostinos Inteligence Asosiasion, y acababa de ver en Fabricio una oportunidad perfecta. "Como supongo sabrás, las langostas son un grupo radical muy jodido que suelen actuar de este modo tan violento para reivindicar su creencia en el Transatlántico Tropocontinental Gubernamental-Lorca (abreviado TTGL), una entidad que según ellos fue la que se llevó a Langosta Jisus hace eones y que por ello los extraños seres de la superficie deben pagar caro." (Irónicamente esta parte es cierta, Langosta Jisus fue cazada hace milenios y deborada por los primeros seres humanos, siendo su gran conocimiento el que brindó a la humanidad la posibilidad de dominar la escritura y agricultura; en referencia a TTGL no tenemos datos concluyentes, así que mantendremos esa parte del mito para que cada uno la interprete como quiera).

"Las langostas son peligrosas. Únete a nosotrso y, con nuestra ayuda, podrás infiltrarte en su organización y vengar a tus padres."

"Lo haré", dijo Fabricio. Y ese fue el día que Langostenberg nació oficialmente.


Al principio fue duro. Muy, muy duro. Las langostas más veteranas desconfiaban de esa extraña langosta enana a la que le habían amputado las tenazas un par de rayas psicóticas cuando era pequeña y que la habían mantenido en un zulo todo ese tiempo, pero la realidad no tardó en hacerse notar: Langostenberg era muy bueno en su trabajo, y ante tal eficacia cualquier posible duda de su lealtad se desvaneció en muy poco tiempo.

¿Qué decís? ¿Que he olvidado nombrar de qué se encargaba? Oh, no, para nada lo he olvidado. De hecho todo esto es una pausa dramática para crear aún más hype, pues Langostenberg se introdujo tan a la perfección en su papel que por momentos olvidó en qué bando estaba. Recordad: las langostas son terroristas, y como tales necesitan armamento y soldados. 

Langostenberg era el mejor de entre todos ellos.

Su piloto estrella.

El único langostino que pilotó alguna vez un mecha submarino en las guerras Langos-Tiburónicas.


Terminada la campaña su ascenso fue rápido, y en relativamente poco tiempo conquistó el terreno de Namuervela, lugar donde se situó una de las células más poderosas del ejército langosta bajo su comando. Fue entonces cuando descubrió la verdad sobre la muerte de su familia y cómo sus jefes langostino le habían manipulado, pero los planes langosta estaban demasiado avanzados ya como para poder huir sin traicionar todos sus principios con ello. 

Iban a destruir la Luna.

El plan estaba listo: lanzarían al espacio diferentes cabezas nucleares invisibles que destruirían nuestro satélite, logrando con ello un cambio de las mareas y la destrucción del ser humano y el resto de la civilización terrestre para iniciar una nueva era de supremacía langostil. En teoría esos misiles eran también indestructibles, pero Langostenberg no se dejó vencer por la adversidad. Herido en una épica contienda minutos antes del despegue, robó el prototipo de W.A.L.P.U.R.G.U.I.S. (World Aniquilation Langosta Power Uber Rich Gastrointeritis Universe Invencible Section) y se lanzó a sí mismo contra los misiles intentando con ello salvar todo lo que alguna vez le importó.

La explosión no tuvo paragón en este ni en cualquier otro universo paralelo, siendo tan grande que inutilizó toda la tecnología marina y les obligó a volver a una edad de piedra perpetua en la que se han mantenido hasta nuestros días.


Esta es su historia. Quizás algunos os estéis preguntando cómo puedo saber todo eso, si en realidad los langostinos no pueden comunicarse con los humanos y Langostenberg murió por nuestros pecados en el último momento.

Fácil.

No murió.

W.A.L.P.U.R.G.U.I.S. estaba preparada para, en caso de una anomalía cósmica de semejante poderío, enviar a su piloto a un agujero interdimensional que le teleportara directamente al futuro, lugar donde podría restaurar su imperio de ser ello necesario.

Fue entonces cuando lo encontré. 

Tras curarle sus heridas, le dejé mi ordenador para que se comunicase conmigo, siendo esta transcripción su propio relato de su miseria. ¿Que donde está ahora? Lo desconozco. Con lágrimas en los ojos debí dejarle marchar, pues él mismo me dijo que su tiempo en la tierra había terminado. Fue una despedida dura, pero en el fondo ambos sabíamos que era lo mejor. Langostenberg es un héroe anónimo, y como tal no le gustan las muchedumbres ni los premios, pero no podía dejarle desaparecer sin darle una última despedida.

Mi despedida.

Adiós, Langostenberg. Sé que, por lejos que estés, sigues luchando por nuestro bien. Eres un auténtico patriota.

No hay comentarios:

Publicar un comentario