sábado, 11 de noviembre de 2017

Big Bang Mini



La Nintendo DS fue una consola muy peculiar, con un diseño novedoso que regaló una oportunidad a los conceptos más alocados y dispares. De toda esa maravillosa variedad, y con motivo de la iniciativa Zona Delta Pium Pium Pium, hoy rescato Big Bang Mini, un juego que pasó terriblemente desapercibido y que merece más reconocimiento del que recibió.



El planteamiento es muy sencillo: debemos destruir el mayor número de enemigos posibles mientras esquivamos todos los proyectiles que nos lancen. Para disparar, trazamos una línea con el stylus hacia donde queremos lanzar nuestro misil, mientras que para evitar las balas movemos nuestro... ¿avatar? ¿Nave? ¿Pirámide? En fin, que movemos la pieza que nos representa también con el lápiz para sortear todos los peligros. En efecto, la interacción es puramente táctil, por lo que no podremos disparar mientras esquivamos, así que tocará ser ágil y tener buen ojo para alternar correctamente entre ambos comandos. Además, tenemos un tercer movimiento, una barrera reflectante que podemos dibujar con una línea horizontal.


¡Espero que el resumen haya quedado claro, porque esto se complica! Pasados los primeros niveles, los enemigos empezarán a ser mucho más agresivos, las balas se contarán por docenas y los patrones serán más complejos y exigentes. Uno pensaría que puede relajar el gatillo y dedicarse a recorrer la pantalla de la forma más segura, pero para superar cada fase se requiere llegar a una cierta puntuación, así que tocará disparar sí o sí. Además, hay un último detalle para "animarnos" a ser lo más precisos posible, y es que si fallamos un disparo y no atinamos a ninguna diana, el proyectil explotará al chocar con los límites de la pantalla y provocará una lluvia de fuegos artificiales dispuestos a aguarnos la fiesta.


Y hablando de fuegos artificiales, eso es justamente lo que lanzamos: fuegos artificiales. Todo el juego goza de un diseño colorido, animado y alocado que varía de una localización a otra. ¿Has deseado alguna vez ser una bola de nieve pirotécnica? ¡Con Big Bang Mini es posible! Recuerdo una frase que leí hace tiempo sobre el juego en la que aseguraban que "las capturas de pantalla cobran sentido una vez has probado el juego, lo prometemos". ¡Describe tan bien la esencia que desprende! De hecho, me recuerda ligeramente a la saga Parodius, aunque sin llegar a su nivel de genialidad japonesa.



¡Lo mejor es que toda esta fantasía está muy lograda! El desafío crece de forma bien medida, la duración es más que decente e invita a picarnos para lograr un buen récord personal, e incluso esconde algún que otro extra. Además, como las partidas son cortas, va que ni pintado para viajes en autobús o pequeños ratos muertos. No es especialmente variado, las cosas como son, y si no te engancha en sus primeras horas nada va a hacerte cambiar de opinión más adelante, pero aquel que conecte con el juego sabrá sacarle todo el jugo y gozará lo que no está escrito. ¿No sabéis qué hacer esta noche? ¡Probad Big Bang Mini, a ver si sois capaces de desengancharos!











Acerca de Anti

Vivan las medianías,

vivan los juegos pequeños,
vivan los arcades locos.


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