Esta frase, que parece más sacada de algún foro de niños de 13 años que otra cosa, en realidad debería ser "En mi opinión, de entre todo lo que leí de Warren Ellis Transmetropolitan es lo mejor", pero como eso no vende y este blog no lo visita ni mi madre no existe la posibilidad de represalias de los más puristas del cómic, así qué vamos con las razones de que considere Transmetropolitan mejor que títulos como The authority, Planetary o Global frecuency entre muchos otros.
-Dibujo
Solo con ver la cantidad de detalles por viñeta que se dan cada vez que Spider sale a dar un paseo por la ciudad debería quedar claro este punto:
Además (y esto es bastante personal) me parece mucho mejor que el de The authority (bastante parco en detalles) o el de Planetary (el cual ni fu ni fa). El único que consideraría a la altura es el de Global frecuency, pero es un dibujante por capítulo, así que es bastante injusto hacer competir a un tío contra otros 12.
-Spider Jerusalen
Todos los personajes de Transmetropolitan son muy grandes, cierto, pero la figura de Spider Jerusalen es simplemente la brutal. Sí, al principio parece el típico personaje flipado que hace lo que quiere y que intenta quedar como el mejor ante el lector, pero en cuanto nos dejamos de tonterías y arranca la trama seria se destapa como un personaje que sí, puede actuar como un chulo prepotente pero que 1) sabe lo que hace y 2) consigue ganarse nuestro cariño hasta el punto de que lo pasemos realmente mal cuando la vida decide darle una somanta de hostias.
Venga, tiraré del recurso fácil y haré dos cosas: linkearos al capítulo número 31, el cual trata sobre la prostitución infantil (puede leerse aisladamente sin destriparse nada de la trama) y copiar aquí los dos discursos que añadí la otra vez en la entrada de la serie:
Hay un ritmo selvático latiendo ahí abajo; el sonido de las porras golpeando los escudos antidisturbios, una tradición de la policía.
Estoy en Ángeles 9, sobre lo que sin duda se llamarán los Disturbios Transientes. La historias la escriben los vencedores, claro, y si los polis quieren llamarlos así, así se llamarán.
Porque va a haber sangre trasiente por todas partes. ¿Y sabéis una cosa?
No es culpa suya.
Los trasientes no habrían podido hacerlo solos, sólo son niños grandes. Una sociedad cuerda les habría etiquetado como los cabezahuecas que son y les habría comprado un parque infantil.
Pero nadie comprobó siquiera si su intento de secesión era viable. Centro Cívico decidió aplastarles, nada más.
Pagaron a unos transientes para empezar el barullo, interfiriendo en una manifestación no violenta.
Violencia expontanea, la única excusa que tiene Centro Cívico para enviar a los antidisturbios. Esa gente está sangrando por un montaje.
Es una demostración de fuerza. ¿Cómo se atreven a ignorar la autoridad de Centro Cívico? ¿Cómo se atreven esos monstruos a pensar por sí mismos?
Vamos a salir a machacar bebés, lunáticos e incompetentes, porque así nos parece que tenemos más pelotas que nadie.
Veo a un trasiente claramente desarmado, con media cara colgando y tres polis pegándole patadas.
Uno de ellos se está acariciando el miembro erecto.
Lo siento. ¿Es una observación demasiado dura para vosotros? ¿Se parece demasiado a la verdad?
Que os jodan.
Si a alguien en esta ciudad le importara una polla de perro muerto la verdad, esto no ocurriría.
No vería a una mujer transiente con sangre en la cara acurrucada en el portal de un sex-shop agarrándose la barriga.
No vería a un chico muerto, como mucho de trece años, tirado sobre el capó de un coche delular.
Nadie tendría los ojos ensangrentados por los sprays de incapacitación o las nervo-bombas que la poli lanza por Cranberry.
No estaría aquí arriba, rodeado de gente que tiene que vivir y trabajar aquí, y que llora abiertamente.
¿Os gusta esto? ¿Os gusta cómo describo la mierda que les pasa a la gente con la que os cruzásteis por la calle la semana pasada?
Bien. Os lo merecéis. Por vuestro silencio.
Veréis, las cosas son así: Centro Cívico y los polis hacen lo que les sale de los huevos, y vosotros os quedáis sentaditos.
Vuestro jefe hace lo que quiere. El capullo del peaje, el gorila del bar, los seguratas que os cachean al entrar en la clínica, los periódicos y teleprensas que os mienten porque sí.
Hacen lo que quieren. ¿Y vosotros qué hacéis? Pagarles.
Este "disturbio", esta tormenta de mierda que cae sobre un puñado de fetichistas ingenuos y orgullosos; pagásteis por ello. Tragáoslo.
Debe de gustaros que os mienta gente con una autoridad que jamás se ha ganado.
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¿Has querido pegar fuego a la cabeza de alguien sólo para ver qué aspecto tenía? ¿Te has parado en la calle y has pensado: podría volver ciega a esa monja sólo con darle un beso? ¿nunca has trazado planes para coser juntos bebés y gatos callejeros para crear un Nuevo Humano Perfecto? ¿Te has alzado desnudo y rodeado de gnte que desea tu esperma resplandeciente, chorreando incienso, soma y testosterona por todos los poros? Si la respuesta es sí, entonces eres el cabrón que me robó las drogas el viernes por la noche. Y te encontraré. Oh, sí.
Sin caer en Spoilers, el antagonista en Transmetropolitan tarda en hacerse notar, pero en el momento en que muestra su auténtica cara de destapa como uno de los mayores cabrones manipuladores del cómic en general, el cual es capaz de todo simple y llanamente por el placer de hundir a los demás en la miseria... y a diferencia de la mayoría de series y cómics, aquí su plan no es conquistar el mundo ni nada por el estilo sino simplemente joderle la vida a la gente por el mero hecho de demostrarles que puede hacerlo.
-Trama
Política, drogas, enfermedades terminales, prostitución infantil, tecnología futurista... dicho así parece que Transmetropolitan abre demasiados frentes y se queda corto en todos, pero para nada. Todo lo que toca Warren lo hace con sumo cuidado, dándole el protagonismo justo y necesario para cumplir su función pero sin atosigar al lector con un aluvión de datos innecesarios.
-No depende del fanservice
Y este para mi es el mayor error de las obras de este señor. Son muy buenas pero si no controlas de cómics y pillas las referencias la mitad de la gracia de Planetary o The Authority (más la primera que la segunda) se va a la porra. Transmetro, en cambio, se puede servir del fanservice en un momento dado como Top 10 mediante por ejemplo un guiño en segundo plano o una coña puntual al fondo de la página, pero no basa su existencia en esto. El resto de sus obras grandes, sin embargo, sí usan demasiado esa arma de doble filo que son las referencias.
Y bueno, así a bote pronto estos son los motivos por los que considero Transmetro lo mejor que ha escrito Ellis hasta ahora. ¿Alguna objeción?
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