domingo, 6 de enero de 2013

Global frequency


Hasta tres o cuatro meses, lo único que sabía de Warren Ellis es que había escrito Planetary, obra de la que todo el mundo hablaba genial pero que en ninguna biblioteca podía encontrar. Poco después empecé el curso y, en uno de esos días de aburrimiento supino, me dio por hacer limpieza en mi portátil. Fue entonces cuando encontré Transmetropolitan, la cual me había descargado tiempo atrás y nunca había empezado. La palabra "encantado" se quedó corto para describir mi estado tras su lectura.

No me repetiré diciendo que es un imprescindible y que todos deberíais verla (aunque es un imprescindible y todos deberíais verla), sino que pasaré a comentar cómo, después de aquello, decidí informarme un poco más respecto a Warren. Resulta que, además de Transmetropolitan, también había escrito la ya nombrada Planetary y una tal "The authority", de la cual lo único que sabía era que tenía que ver con superhéroes. Como no tenía ganas en aquel momento de ese género y no encontré donde conseguir Planetary (en la biblioteca de Santiago solo tenían la mitad de la serie), lo dejé estar y me puse con otras series. 

Recientemente, en uno de mis paseos por la hemeroteca santiaguesa, me topé con un cómic llamado Blackgas. Recordaba que era uno de los muchos que me descargara tiempo atrás pero nunca leyera, así que tras fijarme en quien era su autor (a ver si adivináis) lo cogí del estante y me lo traje para casa. Como ya comenté en su día, al ver quien lo firmaba me hypeé cosa mala y resultó un jarro de agua fría bastante potente. Así pues, cuando empecé a las pocas horas a leer Global frequency (una vez más, biblioteca de por medio) estaba receloso: ¿eran la laureada Planetary y Transmetropolitan casos puntuales o fue Blackgas un trabajo menor y aquí recuperaría la pasión por este autor?

Global cambia de dibujante en cada capítulo, teniendo estilos radicalmente distintos entre ellos. Para muestra, una comparativa sobre el único personaje que sale siempre: Aleph.

No lo comenté, pero en su momento me leí el primer capítulo de Planetary. No me quedó muy claro el concepto, pero la sensación que me transmitió Global frequency fue exactamente la misma que ese primer capítulo: un cúmulo de historias autoconclusivas sobre una organización y mucho entretenimiento y carisma de por medio. No sé si Planetary cumplirá con eso a lo largo del resto de su recorrido, pero Global frequency sí. Es cierto, un hilo conductor le habría sentado como anillo al dedo, pero el sistema autoconclusivo funciona y nos permite ver cada capítulo desde una faceta totalmente distinta, teniendo todos un gran nivel pero destacando algunos por méritos propios a lo grande (los capítulos 2, 9 y 12 son jodidamente épicos).

Anda, llevo más de media entrada y todavía no he dicho de qué va la serie. Veréis, Global frequency es una agencia civil secreta que posee agentes por todo el mundo y se encarga de proteger a la gente que necesita ayuda. ¿Que una secta ha secuestrado un edificio pero la policía no toma medidas? Global frequency. ¿Que se abre un agujero negro en el centro de San Francisco? Global frequency. ¿Un proyecto militar supersecreto se ha escapado y existe riesgo de que llegue a la ciudad y la destruya en cuestión de horas? Global frecuenqy. Ojo, sé que suena a "serie de tiros porque sí", pero no lo confundáis. Sí, en muchos casos hay tiros, pero a diferencia de series como Black kaiser donde son el hilo conductor, aquí los disparos son uno de los medios, primando muchas veces la investigación sobre la resolución y la sorpresa sobre lo convencional.

Hablando de lo convencional, creo que debería mencionar algo referente al dibujo. No sé si entre los proyectos de WildStorm (el sello bajo el que salió originalmente esta serie) será lo habitual, pero es la primera vez que me pasa el toparme con un cómic que tiene cada capítulo dibujado por un autor diferente, cambiando radicalmente el estilo de un capítulo a otro, cosa que al principio choca pero que a la larga da una mayor variedad al conjunto y un toque de frescura y renovación constante. Personalmente, considero los capítulos 2 (Glenn Fabry), 5 (Jon J Muth), 9 (Lee Bermejo) y 12 (Gene Ha) como los que mejor apartado artístico muestran, mas no por ello los demás quedan fuera de lugar.

Teniendo 1000 agentes, que no os sorprenda que en cada capítulo aparezcan solo unos pocos y nunca se repitan los mismos.

Entonces qué, ¿lo compramos? Buff, difícil. 25€ cuesta la versión de Norma, y realmente me gustó tanto el cómic como la maquetación general, pero... no sé, le falta algo. Es bueno y una lectura muy recomendable, pero creo que necesita "algo más" para impulsarme a gastar tantísimo dinero en él. Quizás una trama que uniera todas las historias o algo parecido, no sé. Aún así, no dudéis en echarle un ojo o pillarlo si sois fans declarados de Transmetropolitan, pues no saldréis decepcionados.

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