Un detalle: normalmente aprovecho el segundo párrafo de las entradas para poneros en situación en relación al argumento, pero esta vez no lo haré. ¿Acaso no tiene historia? ¿Es tan sorprendente que es mejor llegar sin tener ni idea? ¿Es tan mala que no importa? Bueno, un poco de las dos últimas. Veréis, por un lado la historia es simple, podría resumírosla en tres o cuatro líneas; por el otro, lo interesante de Thomas es cómo la cuenta, pues bebe considerablemente de la espléndida narrativa de la que hacía gala Bastion y la emplea a su manera (narrador que nos va contando lo que hacemos y hace avanzar la trama).
En mi opinión la narrativa de Bastion es muchísimo mejor que la de Thomas, pero eso no es lo importante, sino que está mal distribuída. Prácticamente no sucede nada durante algo más del primer tercio del juego, y teniendo en cuenta que apenas dura 3 horas supone que en la primera hora no veremos avanzar el argumento lo más mínimo. Además, la primera hora es también el período donde más veces tendremos que repetir mecánicas (en especial la aburridísima "escalera" de piezas) por lo que comprendo que más de uno desespere y lo deje de lado antes de llegar a la auténtica chicha del juego.
Y es que sí, luego la cosa mejora considerablemente. Es cierto que la trama no se convierte en ningún momento en un prodigio de la narrativa, pero al coincidir el hecho de que al fin pasen más cosas que ir de habitación en habitación sin rumbo fijo y que los puzzles ganen en interés le sienta de maravilla al juego. Es más, tengo la sospecha de que en realidad el resto del juego me pareció considerablemente bueno gracias a lo malo que es su inicio.
Y... ¿entonces qué cambia? Bueno, es sencillo. Primero solo controlaremos a Thomas (el rectángulo rojo), luego aparecerá el cuadradito naranja, luego el rectángulo amarillo... y así sucesivamente, teniendo cada uno sus habilidades particulares. El problema es que los tres primeros personajes son súper parecidos (solo varía tamaño y salto entre ellos), así que tooooodo el período donde los tenemos a ellos solos nos lo pasamos... creando escaleras entre ellas para que el pequeñito pueda llegar al final de la fase. Lo entendería una o dos veces, pero cuando te llegan dos fases seguidas de unos 10 minutos cada una donde tienes que hacer eso constantemente.... buf. Un puto coñazo, vamos.
Luego como digo la cosa mejora considerablemente, pues los otros personajes le dan una nueva dimensión a los puzzles realmente divertida, y aunque de vez en cuando recupere esa mecánica no nos saturará tanto en ningún momento... aunque justo al final se invente otro método para alargar todavía más el juego. No diré exactamente qué sucede; simplemente avisaré que en las últimas fases prácticamente tendremos que repetir algunas zonas 5 veces.
En lo que respecta al apartado gráfico, podéis verlo con echar un ojo a cualquier imagen: minimalismo puro y duro. A mi personalmente no me apasiona, pero si te gustan esa clase de técnicas Thomas te chiflará. Eso sí, la música, pese a que todo el mundo le ha encantado, a mi no terminó de chistarme.
Poco más me queda por añadir de Thomas. Pagar 8 euros por él me parece excesivo, sobre todo a sabiendas que dura 3 horas y que la primera de ellas es un coñazo... pero ahí entra nuestro amigo el bundle, al cual todavía le quedan 7 días de vida y con el que lo podemos tener al precio que nosotros queramos. Ahora bien, hay una pega: la versión de PC está en inglés. Sé que existe una versión para PS3 y Vita que sí tiene subtítulos, pero obviamente costará más que el centavo por el que lo podríais conseguir en PC. Cosa vuestra, pero a mi me parece una gilipollez muy grande no darle una oportunidad a un juego que puede conseguirse por menos de 1 céntimo cuando además vienen más cositas en el paquete.
NOTA: 6,5
Y es que sí, luego la cosa mejora considerablemente. Es cierto que la trama no se convierte en ningún momento en un prodigio de la narrativa, pero al coincidir el hecho de que al fin pasen más cosas que ir de habitación en habitación sin rumbo fijo y que los puzzles ganen en interés le sienta de maravilla al juego. Es más, tengo la sospecha de que en realidad el resto del juego me pareció considerablemente bueno gracias a lo malo que es su inicio.
Y... ¿entonces qué cambia? Bueno, es sencillo. Primero solo controlaremos a Thomas (el rectángulo rojo), luego aparecerá el cuadradito naranja, luego el rectángulo amarillo... y así sucesivamente, teniendo cada uno sus habilidades particulares. El problema es que los tres primeros personajes son súper parecidos (solo varía tamaño y salto entre ellos), así que tooooodo el período donde los tenemos a ellos solos nos lo pasamos... creando escaleras entre ellas para que el pequeñito pueda llegar al final de la fase. Lo entendería una o dos veces, pero cuando te llegan dos fases seguidas de unos 10 minutos cada una donde tienes que hacer eso constantemente.... buf. Un puto coñazo, vamos.
Luego como digo la cosa mejora considerablemente, pues los otros personajes le dan una nueva dimensión a los puzzles realmente divertida, y aunque de vez en cuando recupere esa mecánica no nos saturará tanto en ningún momento... aunque justo al final se invente otro método para alargar todavía más el juego. No diré exactamente qué sucede; simplemente avisaré que en las últimas fases prácticamente tendremos que repetir algunas zonas 5 veces.
En lo que respecta al apartado gráfico, podéis verlo con echar un ojo a cualquier imagen: minimalismo puro y duro. A mi personalmente no me apasiona, pero si te gustan esa clase de técnicas Thomas te chiflará. Eso sí, la música, pese a que todo el mundo le ha encantado, a mi no terminó de chistarme.
NOTA: 6,5
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