domingo, 24 de agosto de 2014

INFORME DIARIO DE UN ESPAÑOL A SU AMADA PATRIA DESDE CATALANDIA: Día 5

Día 4


Si en mis anteriores informes no hice referencia a la temperatura ambiente fue porque no quería llenar mis importantes y carismáticas aventuras de quejas del palo "OH DIOS MÍO QUÉ CALOR MATADME DE UNA PUTA VEZ", pues dañarían severamente mi imagen de macho alfa gallego (sobre todo al puntualizar que mis acompañantes siempre decían que "Pues estos días no hace buen tiempo"). Así, y aprovechando que hoy fue domingo, decidimos ir a visitar una playa catalana, a ver si es cierto ese mito de que el agua está caliente y puedes meter los pies sin perder la circulación de tus extremidades inferiores.

Inicialmente la noté un pelín fría, pero nada del otro mundo, entré caminando y en nada ya estaba nadando. Mis guías catalanes, por su parte, no pararon de decir que estaba helada y en el caso de Albert soltar chillidos más propios de una comadreja aplastada por un camión que de un ser humano racional. Poco que añadir, pues tuvimos un día de playa normal, con gente bañándose, tiempo en la toalla jugando a las cartas, construcción de civilizaciones con sistema socioeconómico propio en la arena basado en el comercio de conchas y culto a un frisbie y luchamos a muerte contra el oleaje al grito de ROW ROW FIGHT THE POWER.

Tal que así pero más épico. Y con más vergüenza ajena.

Oh sí y en el viaje de vuelta en coche cantamos Still Alive

Día 6.

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