sábado, 4 de octubre de 2014

Hyrule Warriors

¿Habéis jugado alguna vez a un musou? Viene a ser algo así como dar un espadazo y cortar cincuenta o sesenta enemigos de golpe. Son niveles de conquista donde debemos hacernos con las bases enemigas sin que ellos nos quiten las nuestras, con ríos de duendes cual ejército de Mórdor y comandantes que en lugar de durar una ostia duran una y media. Esto es lo que nos ofrece Hyrule Warriros, ni más ni menos; bueno, un poco más sí.



Lo primero que debemos tener claro es que esto no es un Zelda. ¿Acaso ves ese nombre en el título? No, ¿verdad? Pues eso, nada de puzzles, bombas a precio de oro y monederos de máximo 99 rupias (aquí se cuentan con cientos de miles). ¿Y qué tiene de Zelda, pues? El homenaje, por supuesto. Luchamos en el castillo de Hyrule, en la Montaña de la Muerte, el Lago Hylia y demás zonas famosas; controlamos a Zelda, Ganondorf, Zant y Fay (que sigue hablando con porcentajes), a Sheik, Grahim, Ruto y Maripola (sí, la de los bichos)... Y otros tantos, que la lista es larga. Sobra decir que cada uno tiene sus armas propias, sus ataques y combos, magias y técnicas especiales, incluso mecánicas singulares, así que tenemos variedad para rato. Los enemigos, excepto un par de ellos, también son ya viejos conocidos, así como los distintos objetos. ¿Bombas? Se tiran de cinco en cinco. ¿Arco? Con flechas perforadoras. ¿Gancho? Sí, y lanza lunas.





El juego es largo, largo tipo "¡oh sí, me he pasado la campaña y aún hay tropecientos desbloqueables chachis!". A parte del modo Leyenda, que es el modo historia de toda la vida, están principalmente el modo Desafío, con batallas a lo grande (más que de costumbre) y el modo Aventura, la guinda que redondea las posibilidades del juego. El modo Aventura nos mete en el mapeado del primer Zelda, siendo cada pantalla un nivel a superar que puede consistir en, por ejemplo, desafíos como "vencer solo al enemigo con escudo de madera" u objetivos más clásicos del tipo "derrota a todos estos jefes". Según la puntuación obtenida se nos darán más o menos premios, y si usamos un personaje concreto podemos obtener corazones extras para su barra de vida. El mapa general también tiene elementos de búsqueda, como quemar matojos o romper piedras, un detallazo para los fans de la saga. En las batallas en sí también podemos descubrir cuevas con bombas o encontrar skulltulas escondidas, así que siempre debemos estar atentos a los detalles si queremos hacernos con todo.


¿Una conclusión? Venga, va, una conclusión: el argumento es solo una excusa y técnicamente es algo pobre, al igual que todos los musou, pero Hyrule Warriors sabe ofrecer variedad en su contenido y es ideal para machacar botones y marcarse combates guapos sin mucho esfuerzo, genial para quitarse el estrés de encima. Es un vicio simple y arcade de los que tanto nos gustan.






Acerca de Anti

Su nombre real es Albert, pero como no tenéis ninguna foto
sigue siendo inmune las Death Note. Estudiante de
ingeniería industrial, gamer, amante y gamer otra vez,
tiene la ridícula esperanza de que alguien en alguna parte
se fije en sus textos. Quiere dominar el mundo para poder
destruirlo sin impedimentos.
 

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