A los 10 minutos de empezarla no sabía qué coño estaba mirando. Terminado el segundo capítulo dudaba de si había hecho bien escogiendo esta serie. Cuando terminé el cuarto ya hacía rato que había dejado de pensar y le había dado a play al quinto. Baccano! tiene un inicio caótico como pocos, lo que sumado a su narrativa desordenada hace que su toma de contacto sea algo durilla para el espectador, pero en cuanto te adaptas a su ritmo es una maldita droga. Eso si, ¿cómo no disfrutar de una especie de Memento con 15 personajes tan carismáticos como para protagonizar una serie cada uno de ellos por si solos?
Y su opening es tremebundo.