Hay un ritmo selvático latiendo ahí abajo; el sonido de las porras golpeando los escudos antidisturbios, una tradición de la policía.
Estoy en Ángeles 9, sobre lo que sin duda se llamarán los Disturbios Transientes. La historias la escriben los vencedores, claro, y si los polis quieren llamarlos así, así se llamarán.
Porque va a haber sangre trasiente por todas partes. ¿Y sabéis una cosa?
No es culpa suya.