No se cierra de verdad un año videojueguil hasta que no se publican los GOTYs correspondientes, pero no GOTYs de los lanzamientos del 2016, sino de lo que he jugado este año, aunque sean juegos de hace dos décadas. ¡Después de los geniales premios de Sudit llegan los de Anti!
Fast Racing Neo, el F-Zero del año.
Imagen de Chato, Artist Of The Year.
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Mejor expansión:
The Old Hunters (Bloodborne)
Los DLCs dan cáncer a los jugones y cualquier otro año habría pasado de mencionarlos a no ser que metiese una categoría a estafa del año (que, por cierto, en esta edición se va para Street Fighter V, pero me niego a dedicarle un párrafo a ese hijo de Satanás), pero esta vez ha sido distinto... Esta vez, ha habido gloria en los contenidos descargables, ha habido calidad de verdad. From Software lo ha bordado con The Old Hunters, la expansión para Bloodborne con jefes nuevos que cazar, zonas tentadoras y exquisitas, armas que son una gozada y auténticos regalos para todos los amantes de su mitología. Y si le doy el primer premio es por algo, porque este año también he jugado a Artorias of the Abyss, que es un contenido muy notable para todo fan de Dark Souls, y Legion, la última expansión de World of Warcraft y una de las mejores que ha recibido el juego a lo largo de su vida, con una clase nueva muy dinámica, un mundo que se siente inspirado y momentos de gran epicidad.
Mejor juego multijugador:
Overwatch
No ha sido un año muy online para mí, y gran culpa de ello lo tiene la enorme decepción que supuso Street Fighter V (prometo no nombrarlo en la siguiente categoría, palabra), pero he picoteado varios de los títulos del momento y Overwatch ha resultado en una apuesta redonda. ¿Todas esas alabanzas que le ofrecen los medios están justificadas? Sí, Overwatch es el multijugador del año sin ninguna duda, y tiene todos los números para establecerse como algo más que una simple moda. Fácil de aprender, difícil de dominar y vistoso a la vez que agradable, una fórmula que Blizzard domina y es clave para dar vida a un juego online. ¿Y por qué no le doy el premio a Dark Souls si me he metido su cooperativo en vena semana tras semana? Porque el online da asco, y mucho, y si es jugable de verdad es gracias a mods y trucos raros para lograr conectarte con la gente que quieres; suerte que Bloodborne solucionó todo esto. Ah, y Titanfall 2 también ha sido un competidor muy digno, se ha quedado cerca de la cima.
Mejor juego indie:
Freedom Planet
Ufff... Esto ha sido difícil. En los últimos meses del año me ha venido por darle caña a varios pendientes del mundo independiente que han resultado ser unas joyas: Undertale, The Talos Principle, Thumper... Y, sí, Freedom Planet. Al final he tenido que escoger un ganador por eliminación: en Thumper llevo pocas horas y solo los primeros niveles, así que no le puedo dar el premio; The Talos Principle me está fascinando gracias a su atmósfera y sus reflexiones, pero no puedo evitar sentir que los rompecabezas son más un obstáculo que otra cosa y me niego a dar un veredicto antes de desentrañar su misterio final; Undertale y Freedom Planet son... son... son muy buenos, ambos; pero así como Freedom Planet me ha ofrecido diversión nostálgica y constante, Undertale tiene algún que otro bajón, incluso momentos en los que veo comprensible que la gente lo dropee hastiada. Punto para los recuerdos de antiguos amores de verano.
Popurrí de juegos no premiados
que merecen un reconocimiento:
Antes del verdadero premio a juego del año, dediquemos cuatro líneas a nombrar aquellos que más gratamente me han sorprendido y que no han salido en las anteriores categorías: Life is Strange, jugado en pareja y candidato a mi GOTY 2016, nos ha ofrecido momentos reflexivos, tiernos, personales, de intriga y de madurez, un aire intimista y una historia introspectiva y de redescubrimiento tanto de uno mismo como de aquellos quienes nos rodean; BlazBlue: Central Fiction ha sido lo mejor que he tocado en el terreno del fighting, con un amplísimo plantel de luchadores tan variado y profundo como siempre, y espero dedicarle una entrada a la altura en breves; Titanfall 2 ha salido por ahí cuando hablaba de los multijugadores, pero su campaña es una joya y, aunque corta, derrocha originalidad, frescura y buenas ideas a cada misión, siempre capaz de ofrecer algo nuevo para cada tramo y unos entornos coloridos y bellos; Driveclub me ha fascinado tanto por hermoso como por directo y arcade; el reinicio de Ratchet & Clank es una pequeña maravilla obligatoria para todo poseedor de una PS4, con un montón de armas locas, buen humor y un acabado general gratificante y sólido; de Odin Sphere Leifthrasir llevo una excelente primera mitad, pero soy incapaz de reunir ganas suficientes para completar la historia de su tercer personaje; Deus Ex: Mankind Divided es un digno sucesor de Human Revolution, lo cual es decir mucho, y, aunque no tiene esos momentos brillantes de la anterior entrega, mantiene un nivel general más estable y un mejor equilibrio entre los distintos poderes y formas de afrontar las situaciones; y Donkey Kong Country Returns es un plataformas de diez que hará las delicias de novatos y veteranos.
Y como gran decepción del año está, por supuesto, Street Fighter V. Ha sido una beta a precio de oro, un medio juego mal programado con un online de pena y falto de modos básicos como el arcade, el versus contra la CPU, los desafíos para aprender las bases de los personajes o el modo historia con el que tanto se llenó la boca Capcom. Un auténtico golpe bajo de unas proporciones inusitadas.
Popurrí de juegos no premiados
que merecen un reconocimiento:
Antes del verdadero premio a juego del año, dediquemos cuatro líneas a nombrar aquellos que más gratamente me han sorprendido y que no han salido en las anteriores categorías: Life is Strange, jugado en pareja y candidato a mi GOTY 2016, nos ha ofrecido momentos reflexivos, tiernos, personales, de intriga y de madurez, un aire intimista y una historia introspectiva y de redescubrimiento tanto de uno mismo como de aquellos quienes nos rodean; BlazBlue: Central Fiction ha sido lo mejor que he tocado en el terreno del fighting, con un amplísimo plantel de luchadores tan variado y profundo como siempre, y espero dedicarle una entrada a la altura en breves; Titanfall 2 ha salido por ahí cuando hablaba de los multijugadores, pero su campaña es una joya y, aunque corta, derrocha originalidad, frescura y buenas ideas a cada misión, siempre capaz de ofrecer algo nuevo para cada tramo y unos entornos coloridos y bellos; Driveclub me ha fascinado tanto por hermoso como por directo y arcade; el reinicio de Ratchet & Clank es una pequeña maravilla obligatoria para todo poseedor de una PS4, con un montón de armas locas, buen humor y un acabado general gratificante y sólido; de Odin Sphere Leifthrasir llevo una excelente primera mitad, pero soy incapaz de reunir ganas suficientes para completar la historia de su tercer personaje; Deus Ex: Mankind Divided es un digno sucesor de Human Revolution, lo cual es decir mucho, y, aunque no tiene esos momentos brillantes de la anterior entrega, mantiene un nivel general más estable y un mejor equilibrio entre los distintos poderes y formas de afrontar las situaciones; y Donkey Kong Country Returns es un plataformas de diez que hará las delicias de novatos y veteranos.
Y como gran decepción del año está, por supuesto, Street Fighter V. Ha sido una beta a precio de oro, un medio juego mal programado con un online de pena y falto de modos básicos como el arcade, el versus contra la CPU, los desafíos para aprender las bases de los personajes o el modo historia con el que tanto se llenó la boca Capcom. Un auténtico golpe bajo de unas proporciones inusitadas.
Y ahora sí, el premio absoluto, la categoría definitiva, el campeón indiscutible...
Juego del año:
DARIUSBURST Chronicle Saviours
Sin dudas, sin vacilaciones, sin titubeos. El mejor juego del año es el mejor shoot'em up que he jugado jamás y uno de los juegos más perfectos que he tenido entre mis manos.Tiene una cantidad de contenido abrumadora, una jugabilidad exquisita y perfecta, unos niveles y diseños ajustados con la más bella precisión, una banda sonora viva y espectacular... Es un juego redondo, sin fallos, así de simple; un juego al que cuantas más horas le echas, más lo disfrutas, donde la diversión, el reto y la emoción son omnipresentes; y es, además, el primer "juego de navecitas" que realmente me ha transmitido algo a nivel artístico, a nivel sentimental. He jugado grandes obras este año, pero el rey, el rey es este juego de aniquilar mariscos espaciales, y espero que lo vuelva a ser en 2017.
DARIUSBURST Chronicle Saviours
Sin dudas, sin vacilaciones, sin titubeos. El mejor juego del año es el mejor shoot'em up que he jugado jamás y uno de los juegos más perfectos que he tenido entre mis manos.Tiene una cantidad de contenido abrumadora, una jugabilidad exquisita y perfecta, unos niveles y diseños ajustados con la más bella precisión, una banda sonora viva y espectacular... Es un juego redondo, sin fallos, así de simple; un juego al que cuantas más horas le echas, más lo disfrutas, donde la diversión, el reto y la emoción son omnipresentes; y es, además, el primer "juego de navecitas" que realmente me ha transmitido algo a nivel artístico, a nivel sentimental. He jugado grandes obras este año, pero el rey, el rey es este juego de aniquilar mariscos espaciales, y espero que lo vuelva a ser en 2017.
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