Prácticamente todos los libros que he leído en gallego me han decepcionado, moviéndose mis reacciones entre la indiferencia y el más absoluto de los coñazos. Excepto con un libro, que no solo me gustó sino que me ha dado por releer hace poco. Lástima que no sea de un autor gallego, sino que se tratase de una traducción de un finlandés, cosa que hace que siga dándome bastante asquete la literatura gallega en general. Eso sí, el libro, como espero transmitiros a lo largo de esta entrada, merece y mucho la pena.
La historia nos mete en la piel de Oiva, un ladrón que tras dar el golpe del siglo (robar más de 30 kg de oro puro al gobierno) decide traicionar a sus compinches y huir a un bosque perdido en Laponia, lugar donde espera que no le encuentren para reclamar su parte. Poco tardará en conocer al comandante Remes, un borrachuzo que se acaba de tomar un año de escendencia y que es engañado por Oiva para buscar oro a lo largo del monte.
Como os imagináis, la cosa no es precisamente un drama, sino que no pararemos en ningún momento de toparnos con personajes aún más pintorescos que los anteriores. Ancianas fugitivas, guías turisticos corruptos, putas de lujo... es increíble cómo Arto Paasilina consigue juntar en su libro todos estos personajes y hacer que encajen a la perfección.
Es obvio que no será el libro de tu vida, además de que se trata de una literatura muy sencillita dirigida sobre todo a un público adolescente, pero si lo veis os aseguro que una vez paséis de su inicio (momento donde Oiva es más repelente que nunac) os mantendrá con una sonrisa en la boca hasta el final.
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