La Guerra es Paz.
La Libertad es Esclavitud.
La Ignorancia es la Fuerza.
Tenía miedo. Durante los últimos cuatro años me he negado la oportunidad de releer 1984 por temor a que esa novela que tanto me gustó en bachillerato cayera de ese pequeño podio en el cual la había situado; afortunadamente, todos mis terrores han resultado ser infundados. No solo 1984 me ha parecido tan bueno como la primera vez, sino que la experiencia acumulada durante estos últimos años me han permitido no solo captar aún más la grandeza de este título, sino además comprender hasta qué punto Orwell acertó de lleno a la hora de describir esta horrible sociedad que algún día podría ser la nuestra.
La verdad, por mucho que me duela admitirlo me siento incapaz de escribir un texto a la altura de un libro tan redondo, pues todo lo que añadiera en adelante resultaría, además de redundante, información que os conviene desconocer para disfrutar todavía más de este libro, así que si todavía no os habéis hecho con él os insto encarecidamente a ello. Quizás a algunos no les parezca un libro fácil, pero tampoco alcanza unas cotas de complejidad que lleguen a resultar prohibitivas para su lectura. Si no sabéis nada de 1984 no sabéis cómo os envidio, pues todavía no habéis experimentado el placer que supone adentrarse en esta novela sin saber nada de su contenido.
En caso de que todavía no os atreváis a dar el paso, solo os diré que de la trilogía distópica (1984, Un mundo feliz y Fahrenheit 451) es sin lugar a dudas la obra más dura a la par que redonda, así que si tenéis curiosidad de hasta qué punto podría degenerar una sociedad bajo las manos adecuadas esta es sin lugar a duda la obra que os deberíais comprar. Gracias, Mister Orwell.
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