jueves, 25 de enero de 2018

Porno Narrativo: Jimmy Corrigan y Fabricar Historias


Leí Jimmy Corrigan por primera vez a finales de 2015 - principios de 2016, y mi impresión ante él fue... peculiar. Entendía lo que buscaba el dibujante y me parecía un título brillante en cuanto a su narración visual, pero me sentía incapaz de darle una valoración justa a la obra en su conjunto. Desde entonces ha pasado un año dos años, y por circunstancias vitales tuve la oportunidad de darle una segunda lectura... y me pareció una puta mierda sobrevalorada que de verdad no entiendo cómo hay quien dice que es mejor que Asterios Polyp. 

Oh, y también tuve ocasión de leer Fabricar Historias, del mismo autor, y joder qué cómic tan bueno y qué uso de la narración visual





Vayamos por partes. En primer lugar, ¿por qué llamo a Jimmy Corrigan "puta mierda sobrevalorada"? Primero, porque es una frase que me gusta mucho, llama la atención del lector y porque la gente lo tiene tan endiosado que de verdad es difícil no responder así por más que esté mejor narrado 80% del comic book en general. En segundo lugar, porque si bien tiene una narración visual brutal de poco sirve si el contenido no está a la altura.

Jimmy Corrigan: El chico más listo del mundo se publicó a lo largo de 5 años de manera semanal en el periódico Newcity y trimestral en Acme Novelty Library, así que no os será demasiado difícil entender que Jimmy tenga unos problemas de ritmo salvajes. Si buscas una historia puedes ir olvidándote: Jimmy Corrigan es un ejercicio de estilo, y presta más atención a mostrar cada escena de una forma vistosa que a contar algo intersante. Esto, según gustos, puede parecer o una genialidad (opinión de la mayoría de la crítica) o una pérdida de tiempo (la mía). Todo el mundo está en su derecho de disfrutar de Jimmy Corrigan por lo que es, pero en mi caso particular me cuesta leer 380 páginas de las cuales solo 80 tienen trama. Habrá quien encuentre placer en una obra "contemplativa" como esta, pero no es mi caso particular.

Y me jode. Me jode horrores. Si bien la trama es el equivalente comiquero de un valium, su narración es fantástica. Pongamos por caso la portada del cómic:




Lejos de ser una portada como otra cualquiera, la sobrecubierta de Jimmy es un desplegable de tamaño considerable (el cual os he subido a una resolución a la altura, así que si no lo habéis hecho abridlo de una vez en otra pestaña), en la cual se nos narra sin palabras la historia familiar de Jimmy desde los tiempos de sus tatarabuelos e información variada sobre nuestro personaje al momento de inicio de la obra. Es brillante, y muy pocas veces me he encontrado algo así en este medio.

Otro ejemplo que me encantaría destacar es esta doble página, la cual nos presentan los eventos acaecidos en un taller en un momento puntual del día usando la definición del diccionario inglés de la palabra Staff:


Lamento la calidad de las imágenes, pero yo no tengo Jimmy Corrigan y en internet no las encontré, así que tuve que tirar de lo que había.

O esta, empleando una foto para mostrarnos el nacimiento y muerte de una familia:



El problema (a mis ojos) es que todo esto ocurre en un vacío, y por cada página de este tipo tenemos 15 que nos hacen preguntar por qué dedicamos nuestro tiempo a este cómic. Jimmy Corrigan es llevar a sus últimas consecuencias la expresión "Solo es una cara bonita". Detrás de todas estas técnicas narrativas e ideas no existe una historia que lo sostenga todo, y la sensación final es la de estar malgastando una copa de oro con incrustaciones para beber agua del grifo. Sí, si tienes mucha sed igual te hace el apaño, pero el recipiente pide un contenido a la altura, y no esto. Un buen cómic con un mal dibujo sigue siendo un buen cómic, pero un buen cómic con una mala historia pasa a ser un artbook. Si tu objetivo es dedicarte a los cómics debes leer Jimmy Corrigan, pero si eres un usuario normal y corriente... igual te cunde más leer las primeras 100 páginas y, si no te está gustando, parar y no perder más tiempo con él.

O ir directo a Building Stories.



Si dejo aquí este vídeo no es para aumentar las visitas de mi canal de youtube (que también), sino para que lo miréis y veáis la obscena cantidad de cosas que tiene Fabricar Historias en su interior. Si bien el vídeo dura menos de 2 minutos, sacar los 14 folletos contenidos en la caja de Fabricar me llevó el triple de tiempo, y leerlos una burrada (varios de ellos más de una hora). Building Stories es un cómic creado de tal modo que lo puedas leer en cualquier orden posible, y eres tú el que debe juntar las piezas en su cabeza para formar la historia completa. No, no os molestéis en buscar en internet un orden cronológico o de lectura recomendado; la gracia está en hacerlo nosotros solos, y buscar la respuesta en internet antes incluso de leerlo le quieta toda la gracia al asunto. Además, mientras que algunos se ubican muy fácilmente otros abarcan años, e incluso podría decirse que algunos fascículos suceden de manera paralela a otros. Mientras dejéis el más grande de todos para el final no deberíais tener problemas (y esto lo digo más por la cantidad de personajes y lugares que recorre que por otra cosa, pues es más sencillo leerlo si tienes nociones previas del resto de folletos).

Así como Jimmy Corrigan hablaba de... nada, en Building Stories tenemos diversas historias sobre la pérdida, ya sea de la confianza en la pareja, el tiempo a lo largo de nuestras vidas o directamente la de una parte de nuestro cuerpo (la anónima protagonista de Fabricar Historias es una mujer a la que por algún motivo le falta una pierna), y sobre todo acerca del cómo aprendemos a vivir con todo ello. No voy a decir que sea mi drama favorito, pero sí admito que Building trabaja francamente bien sus temas sin restregarnos lo horrible que es todo cada cinco minutos.

Y sí, tal y como imaginaréis por el título de la entrada, su narrativa visual también es fantástica.



Atención a esta página. Aprovechando el enorme tamaño del cuaderno en el que está esta historia, Chris Ware dibuja un enorme edificio y, conforme bajamos la mirada por los pisos y las escaleras, somos testigos de toda la vida de la dueña del mismo, desde su infancia hasta su vejez. 

Desafortunadamente, muchos de los trucos que aquí presenta ya se veían en Jimmy Corrigan y tampoco creo que aproveche los diferentes formatos. Building Stories cuesta 60 eurazos por la cantidad y variedad de objetos que incluye en su interior, pero varios son iguales, otros no aportan demasiado y algunos son francamente incómodos de leer. Sí, en ocasiones aprovecha el formato y da resultados geniales como en el ejemplo anterior, pero al menos yo no veo sentido a utilizar tamaños tan dispares que disparan el precio si luego no les vas a dar un uso único y especial.

Pero bueno, basta de quejarse. Building Stories las tenía todas consigo para caerme gordo y no solo ha resultado una agradable sorpresa sino que me ha gustado. No pagaré 60 euros por él porque es un pastizal que ni tengo ni espero tener para invertir en cómics, pero si algún día lo encuentro a 30 euros probablemente lo añada a mi estantería. ¿Mi recomendación final? Si lo encontráis u os lo prestan, leedlo sin dudar un minuto. Puede gustaros más o menos, pero ya solo por lo raro de encontrar que es no deberíais desaprovechar esa oportunidad. Y qué coño, tiene una narrativa visual realmente buena y el guión no está nada mal. Si Jimmy era un poco de agua del grifo, Building utiliza esa copa para servir un excelente whisky de 25 años.

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