Esta imagen es gloria.
Es acojonante lo que hace la memoria, ¿eh? Hace menos de un año que vi Mawaru Penguindrum y un mes desde que terminé Yuri Kuma Arashi, y estoy seguro que ni la primera es tan buena como recuerdo ni la segunda tan aberrante como pienso, y sin embargo soy incapaz de quitarme las ganas de revisionar la de los pingüinos y de prenderle fuego a la de las ositas. Diablos, recuerdo que al terminar Mawaru me quedé un poco aturdido pero no por la serie en sí, sino por la sensación de que el final había sido precipitado y obtuso por el mero hecho de serlo, y pese a ello como me ponga a escuchar Gray Wednesday o Fate of the Sons of the Flame me sale la lagrimilla como si ahora estuviésemos hablando de NieR o de Punpun. Bendita subjetividad.
Este opening es genial y todos deberíais verlo.