sábado, 21 de diciembre de 2013

Deconstruyendo géneros: de Madoka a Watchmen pasando por Evangelion


Venga, ¿a qué esas caras de sorpresa? Todos sabéis lo mucho que me gusta Madoka, lo impresionante que me parece el trabajo de Moore en Watchmen y lo que disfruto hablando (aunque casi siempre para mal) de Evangelion; que les diera un artículo conjunto era una mera cuestión de tiempo. "Pero tío, si estos tres no tienen nada en común." ¿Eso crees? Atento: todos ellos mutilan el género al que pertenecen, destrozan los clichés e incluso logran transmitirnos repudia por arquetipos que en su momento amamos; en definitiva, los tres deconstruyen el género que trabajan (chicas mágicas, superhéroes y mechas respectivamente). Así pues, y teniendo en cuenta que habrá spoilers de las tres series (aunque solo estarán en la parte que hablo de cada una, así que si no la viste puedes saltarte sus párrafos), ¿por qué nos gusta tanto que los autores deconstruyan los géneros?

Porque nos encantan las historias clásicas. Verlas, oírlas, contarlas, da igual el modo, todos disfrutamos con el típico bien contra el mal, pues irónicamente el saber lo que va a pasar en cualquier momento les confiere un aire de familiaridad capaz de trasladarnos a nuestra más tierna infancia. Sin embargo, repetir una y otra vez el mismo patrón puede pasarle factura al producto, haciéndonos pensar que el género está quemado y que no merece la pena seguir consumiéndolo. Llegados a este punto, pueden pasar dos cosas: o no hay cambios y lo damos por perdido... o cae en las manos adecuadas, el autor se saca la polla, golpea la mesa muy fuerte con ella y nos dice "Eh, ¿crees que las historias de chicas mágicas son mierda para niñas pequeñas? Prepare your anus". Y así fue cómo (me gusta imaginar que) nació Madoka.

Majo Shojo Madoka Magika. Ains, cuanto amo esta serie. Realmente me apena ver cómo hoy en día mucha gente comienza a restarle méritos cuando, para mi, es de los mejores animes de los últimos años: animación impresionante, OST de infarto (Ice, Magia, Agmen clientum... escoged), personajes que producen empatía en el espectador, un diseño visual para los enemigos que rompe con el 99% de los antagonistas de anime... Sin embargo, la auténtica razón de su popularidad es que, a partir de una premisa totalmente cliché (unas chicas reciben poderes mágicos de una mascota kawaii para que se enfrenten al mal) nos cuela una puta tragedia donde la frase "¿Qué estarías dispuesta a sacrificar para tener lo que deseas?" toma unos tintes jodidamente tenebrosos. En serio, es el Fausto de Ghoete en versión moderna, tu alma a cambio de un deseo que casi al 100% acabará jodiéndote la vida más de lo que la arregla. Y si crees que te acabo de joder la serie al decírtelo... en fin, un poco, pero es culpa tuya por leer, que ya avisé antes que venían spoilers. Y en los próximos dos párrafos el doble, así que luego no te quejes.


El horror... el horror...

Todo lo que cabría esperar saliera en un anime de chicas mágicas aparece en Madoka, pero retorcido de tal forma que nos pegará a la pantalla como si fuera la primera vez que vemos un anime: la mascota adorable resulta ser un alien que usa a las niñas como ganado, en lugar de formar equipo deben competir entre ellas para evitar la muerte, al aceptar el trabajo pierden su alma... por el amor de Dios, ¡si alguna vez decide dejar de matar brujas ella misma se convertirá en una y sus ex compañeras tendrán que matarla! ¿Es o no la mayor violación que ha sufrido el género de las chicas mágicas en toda su historia? Y eso sin contar viajes en el tiempo, teorías de la entropía y seres adorablemente monos que consideran las emociones una enfermedad mental. 

Y aún así es genial. En serio. Si en lugar de ver la serie a su propio (y muy bien llevado) ritmo me hubiera tragado toda esta información del tirón (y la que he omitido) habría tenido un jodido shock. Dios mío, incluso ahora que la he visto sigo pensando hasta qué punto se mojaron sus creadores al meter ciertas escenas. A ver, ¿cuantas veces has visto en una serie de este tipo que una de las chicas le pegue un tiro en la cara a su mejor amiga para ahorrarle sufrimiento? Es algo que te esperarías de The walking dead, no de una serie que se emitía en horario infantil (que esa es otra, la deconstrucción de Madoka fue un secreto hasta el último momento, por lo que los primeros capítulos donde aún parece una serie normal se emitían en el prime time de los niños; como era de esperar, tras la decapitación del capítulo tres la pasaron al horario nocturno).

Palabras similares podríamos dedicar a Neon Genesis Evangelion. Es más, al igual que con Watchmen ya traté este tema en sus respectivas entradas, así que no me alargaré mucho aquí (pero lo poco que hablaré tendrá spoilerazos). En resumidas cuentas, Evangelion se nos presenta como una típica serie de robots gigantes donde el prota tiene que salvar la ciudad del mal cuando en realidad es Misery de Stephen King versión mechas, o lo que es lo mismo: 26 capítulos para destruir cualquier atisbo de esperanza y cordura de la mente del protagonista, cogiendo todas y cada una de las cosas que ama y masacrándolas ante sus ojos para ver cómo reacciona. ESO ES EVANGELION Y NO LOS MECHAS, ver cómo una persona emocionalmente inestable y con claros síntomas depresivos como Shinji Ikari ve a su padre torturarle, a la chica que le atrae cortarse las venas, a Rei saltando en pedazos y a dos de los tres únicos chicos con los que tiene una buena relación (uno de los cuales parece que hasta el punto de sentir atracción) acaban realmente mal por su culpa, uno sin un brazo y una pierna y el otro decapitado. Y ME ESTOY DEJANDO THE END OF EVANGELION.

Lo siento, soy incapaz de hablar de Eva sin colar algún chiste de él, así que aquí va el de hoy.

¿Y qué podemos decir de Watchmen? El que para mi es "EL CÓMIC" (así, en mayúsculas) salió en un momento donde los superhéroes estaban en pleno declive, con un público cada vez menos interesado en las chorradas de siempre y un porvenir bastante negro si la cosa se no cambiaba. Fue entonces cuando llegó Moore, agarró a los superhéores más importantes del momento y decidió ver qué pasaría si vivieran en el mundo real. ¿Batman? Un paranoico obsesionado con su ideal de justicia para el cual el fin justifica cualquier método. ¿Superman? Una criatura tan por encima de la humanidad que acaba desentendiéndose de ella. ¿La batalla final? Já, no solo el malo causa un maldito genocidio, sino que convence a los buenos de que con ello ha traído la paz mundial y que si le detienen solo harán que todas las víctimas hayan muerto en vano. OLE SUS COJONES. Está claro que, desde que Moore metió mano en las bragas de mamá cómic y le ayudó a parir Watchmen sus retoños no volverían a ser los mismos.

Pero esto no termina aquí. Aunque estas obras (y otras que no he mencionado por no alargar innecesariamente la entrada, como Spec ops: The line o Bioshock) juegan bastante con las expectativas del jugador a lo largo de su desarrollo, hay una que va incluso más allá que todo lo que he nombrado hasta ahora, y esa es Metal Gear Solid 2: Sons of liberty. Odio y amo este juego, de verdad os lo digo. Desde el momento que lo terminé hasta hace apenas unas semanas me pareció un despropósito absurdo, carente de lógica y en definitiva "una Kojimada". Sin embargo, fue caer en mis manos este link, asimiliar todo lo que esto implica con calma y... joder, las otras obras que he comentado hoy desmontan sus géneros, pero MGS 2 directamente deconstruye los malditos videojuegos, siendo el único AAA que conozco en el cual su director se sacó el miembro, lo estampó contra la mesa y dijo "Tú no eres el jugador, tú vas a ser Raiden porque te voy a traicionar igual que le traicionan a él y de un modo que nunca se ha hecho en un videojuego".

Es cierto que Braid y Hotline Miami, en mayor o menor medida, intentan romper esas barreras que con los años han encasillado a los videojuegos dentro de determinados patrones, pero tanto el momento en que salió como el nivel y la profundidad de análisis que tiene este juego encima... de verdad, realmente tengo la sensación de que Kojima quería que ese fuera su último MGS y que la razón de que el 3 fuese una precuela es que pasaran años y la gente analizase MGS 2, dándose cuenta así de todo lo que significa en lugar de lo que a priori nos muestra. Hasta me da un poquito de pena, pues me lo imagino un día hablando con el jefe de Konami diciéndole "Pero señor, yo no quiero hacer otro Metal gear, estoy harto de esa saga y si hice el 2 así es porque no quiero que haya secuelas", y contestándole éste "Hideo, soy tu jefe y quiero que hagas un Metal gear para PS3 que cierre toda la mierda metafórica que metiste en el 2, ¿está claro?"


Eso si, sigo pensando que a Kojima se le fue la mano con el número y duración de las cinemáticas...

Y en fin, creo que esto es todo. La verdad, esta entrada ha nacido un poco de la improvisación del momento, pues directamente me vino el texto a la cabeza mientras venía en el tren y empecé a bosquejarla en un papel que contiene lo que vendría a ser la parte de Madoka. Supongo que aquí vendría una conclusión, pero siendo toda la entrada las conclusiones de ver diferentes series no tiene mucho sentido, ¿no? Digamos que las deconstrucciones, si están bien hechas (y las entendemos), molan la hostia. ¿Cuales son vuestras favoritas?

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