martes, 9 de mayo de 2017

NieR: Automata (spoilers)





Sufrí mucho en su momento para escribir sobre el primer NieR. Daba por sentado que, por mucho que me esforzara, no podría llegar a hacerle justicia; es tan simple como que no tengo la habilidad necesaria para plasmar sobre el papel todo lo que supuso para mí. Aun así, lo intenté, y dentro de lo que cabe me sentí satisfecho. Con NieR Automata estoy pasando exactamente por lo mismo. Es una buena señal, ¿verdad? El saber que esta nueva obra despierta en mí las mismas inquietudes que aquella historia de hace tres años... Es alentador.


Sin tapujos.

Sin censura.

Sin secretos.


Hablemos de NieR Automata.



AVISO: En este texto se destripa todo NieR y NieR Automata. si no has conseguido los finales A, B, C, D y E debes cerrar la página ahora mismo.




Tenemos una Tierra invadida por robots alienígenas y debemos hacernos cargo de ellos. Las máquinas son chatarra desalmada que priva a los humanos exiliados a la Luna el derecho a volver a sus hogares, conrear otra vez sus campos, pescar en sus océanos... No me lo trago, ni yo ni nadie que haya jugado a NieR. Sabemos que estaremos quince horas masacrando a unos seres aparentemente hostiles para descubrir más tarde que solo eran unos pacifistas superados por la sed de sangre del jugador, y te pasas la primera hora y media dando por supuesto que sabes cómo va a evolucionar todo esto. Pero dos pueden jugar a esto, y olvidamos que con quien estamos jugando es con Yoko Taro. El señor Taro sabe lo que piensas, sabe lo que esperas y sabe lo que quieres, y en tres horas te planta en un parque de atracciones con máquinas haciendo desfiles del amor, y en otra media hora estarás en una aldea de niños que te piden si tú, desalmado androide cuyo registro de bajas supera las cuatro cifras, quieres jugar con ellos. Ahora ya no tienes que preocuparte por haber predicho toda la trama durante la primera misión del juego. Nunca olvides que es NieR quien está jugando contigo, no al revés.


Orgías en el desierto, become as Gods, Adán y Eva sin genitales... La historia sigue su curso, las máquinas van a su rollo, le pegamos a un huérfano cuyo hermano lo dejó solo en el mundo cuando quiso suicidarse por las risas y 2B practica asfixia erótica con 9S.


"Al final nos olvidaremos
de cómo follar de forma normal."


 
2B llora, 9S hackea el universo, momento romántico y créditos. Final A. No está mal, pero daba para más.



Empezamos la segunda partida, todos sabemos que en B es donde nos esperan las revelaciones y los sentimientos rompe-corazones. Esta vez controlamos a 9S, quien posee el arsenal más destructivo de todos cuanto existan, pero el juego transcurre más o menos de la misma forma... Hasta el último tercio. Al igual que en el castillo de Shadowlord, una hermosa androide que nos ha estado guiando hasta ahora nos entrega los documentos que revelan aquello que tanto hemos estado esperando. Ahora sí, por fin hemos llegado al momento culminante, el momento en el que se nos escupe la verdad a la cara, la verdad que hemos ignorado hasta el mismísmo final. Terminamos otra vez la historia con una conclusión esencialmente idéntica pero desde un punto de vista diferente y reflexivo, como en NieR.



Sabes que esto es el final porque así funciona NieR, ¿no es así? Sabes que tienes una primera vuelta normal, luego una segunda vuelta con el punto de vista cruel y despiadado y ya, si eso, algún requisito extra para desbloquear una secuencia de cierre diferente para las siguientes rejugadas. Así que cuando pasas por todo esto, cuando sabes que estás en el final de NieR Automata porque así era NieR, cuando terminas la ruta revelación y estás ya valorando qué te ha parecido el juego, 2B se pone su armadura de combate, se reúne con sus compañeras y se lanza en un ataque a gran escala.

Y Yoko Taro nos saluda.


Termina el prólogo, empieza NieR Automata.








El inicio de la ruta C es la razón por la que amo NieR Automata. Te superan, no puedes hacer nada porque te superan a una escala hasta ahora inexistente. Sufres, sufres, te sientes impotente, te arrastras por el fango huyendo como puedes, te creas la ilusión de que podrás salir de esta mientras te quedas ciego, sordo, muerto. Lo intentas, al final solo sabes que lo intentas, sin preguntas, solo instintos; todo da igual, excepto salir de esta, porque no estabas preparado para esto, pensabas que sí pero no es así. Te has confiado, te has traicionado. Toda esta parte la viví con piel de gallina, escuchando una risa malvada en mi cabeza y una voz que me susurraba lo excitado que estaba ante esto. No existe una zona de confort, no aquí. Detrás mío había un hombre enmascarado apuñalándome a traición para dejarme claro, una vez más, que nunca debo confiarme, que él siempre está un paso por delante, que él es mi amo y yo soy su siervo. El mejor regalo que podía desear.


"NieR no es un shmup."


Para mí, NieR Automata es este instante. Todo lo que viene después es genial, por supuesto: Devola y Popola son maravillosas, la Torre tiene grandísimos momentos y las referencias a los anteriores juegos de Yoko Taro son una constante, pero para mí NieR Automata es ese momento singular. La banda sonora, la construcción del personaje de 9S, la complejidad de emociones... Esta obra es profunda, densa, aunque no os descubro nada nuevo enunciando esto. Pero, de hecho, si estoy escribiendo esta entrada es única y exclusivamente porque tengo dentro la necesidad de plasmar lo importante e intenso que ha sido esta vivencia, de escribir unos pensamientos para mí mismo. Solo he querido aprovechar para, ya de paso, arrojar esta botella al mar y darte una vez más, Yoko Taro, las gracias.









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