martes, 24 de julio de 2018

Kung Fu Master (Arcade, NES)



Como bloguero y fan del beat’em up, hace ya un tiempo que decidí hacer una serie de textos hablando del origen y evolución del género, y desde el primer momento supe que tarde o temprano acabaría hablando del juego de hoy: Kung Fu Master. Era inevitable, no tan solo es uno de los pioneros del género y fue diseñado por la leyenda de Takashi Nishiyama… también es generalmente considerado como el primer beat’em up de la historia

Obviamente, si sois seguidores del blog, sabréis que ello no es enteramente cierto, y es que hace poco hablé de Chuck Norris Superkicks, un beat’em up anterior a Kung Fu Master para la Atari 2600 y otras consolas, y estoy seguro que si indagara más probablemente podría encontrarme algún otro ejemplo incluso anterior y totalmente desconocido. Algo similar pasa con otros géneros, por ejemplo los first person shooters: normalmente se cita a Wolfenstein 3D como el padre del género, pero tras años de investigación la gente ha encontrado ejemplos que se remontan… ¿A los años setenta? Jesús. 

Tal vez Kung Fu Master no fuera el primer beat’em up de la existencia, pero su papel e importancia dentro de la historia de los videojuegos y el género es innegable, así que no merece menos atención por ello. 


Pero antes de empezar a hablar del juego en sí, hay una cosa que debo tratar y es la forma en que se comercializó originalmente. El juego es una obra independiente con un poco de inspiración de Game of Death de Bruce Lee (el juego se desarrolla en cinco pisos de un pagoda igual que en la película), pero en vez de darle un nombre original Irem decidió comercializarlo como una versión en videojuego de una peli de Jackie Chan del momento, Kuai can che, también llamada Los Supercamorristas aquí en España, Wheels on Meals en inglés y, finalmente, el nombre japonés de Spartan X que compartiría con este juego. 

Por el bien de la ciencia e investigación, me vi la película en cuestión para decir con toda seguridad que el film no comparte ningún rasgo con el juego de Irem más allá del nombre del protagonista y su novia (Thomas y Sylvia), lo cual es una pena porque la película se desarrolla en Barcelona y otras localidades de Cataluña. Hubiera sido genial tener un beat’em up de esta época e importancia en el que peleas con malos delante de la Sagrada Família. Por la película en sí… meh. Tiene un par de escenas buenas, pero en general no ha envejecido muy bien. También es curioso que, debido a que el juego no tiene nada que ver con la película, Irem pudo renombrar el juego como Kung Fu o Kung Fu master para el mercado occidental y darle identidad propia… pero a su misma vez el juego tendría en Japón un par de secuelas también llamadas Spartan X. No sé si llegaré a hablar algún día de ellas, pero es un dato curioso. 


Pero dejémonos de trivialidades y hablemos del juego en sí. Kung Fu Master es un sidescroller en el que para avanzar tienes que derrotar cuerpo a cuerpo a todos los enemigos que se pongan en tu camino durante 5 niveles, representados por 5 pisos de un pagoda. El protagonista, Thomas, puede moverse a la izquierda y la derecha, agacharse y saltar además de realizar puñetazos y patadas básicos los cuales varían dependiendo de si estás de pié, agachado o en el aire dándote un total de seis movimientos ofensivos. No suena como algo especialmente complejo, pero cada uno de tus ataques tienen sus situaciones en los que son más o menos efectivos contra los enemigos que te vienen, creando una profundidad alrededor del juego en el que progresivamente vas dominando qué técnicas usar en cada nivel… si es que tienes la paciencia y dedicación para ello. 

Como muchos arcades de su época, Kung Fu Master es muy difícil y no disimula para nada que va tras tus monedas. Tal vez Thomas sepa artes marciales, pero los enemigos son capaces de vaciar su contador de vida en nada y menos, dándote un margen de error bastante pequeño. Junta ello con algunas mecánicas frustrantes y tienes un juego que pondrá a prueba tu paciencia. Mucho. 


Empecemos por el hecho de que los enemigos base del juego respawnean constantemente. Sí, hay secciones del juego diseñadas para que te aparezcan ciertos enemigos, pero los esbirros normales no tienen un límite de cúantos pueden aparecer, tanto por la izquierda como por la derecha, así que constantemente tienes que parar para a encargarte de ellos, lo cual rompe el flujo natural del juego. Y si no los derrotas, en el momento en el que te alcancen te agarran e inmovilizan, ante lo cual tienes que ser rápido y mover el joystick alternativamente hacia los lados para quitártelos de encima o bien te reducen la vida muy rápidamente. 

Este tipo de mecánica es bastante común incluso fuera del género y aún dura en nuestros días, y aunque no me guste y sea un grano en el culo, es una decisión de diseño que hace que estés al descubierto dándole más complejidad técnica a ciertos escenarios, pero que esto lo haga el enemigo más común del juego hace que sea extremadamente frustrante y tengas que estar meneando los controles cada dos por tres y ello es MOLESTO. Es el equivalente a intentar hacer deporte y que cada pocos segundos te aparezca una mosca en la cara y tengas que ahuyentarla, no es divertido y se pone en medio de tu curso de acción. 

Luego, el juego te pone contra otros enemigos: niños ninja, un lanzador de cuchillos y luego otros dos más creativos como mariposas asesinas y huevos de los que nacen dragones en miniatura que pondrán a prueba tus habilidades para esquivar y realizar el ataque más conveniente para la situación. Problema: estos cabrones también te quitan la vida bastante rápido, tienes que reaccionar en seguida y cuando se juntan con otros enemigos, entre ellos los malditos esbirros base, puedes encontrarte en un auténtico infierno. 


La parte más interesante del juego para mí son los bosses al final de cada nivel. Cada uno tiene un estilo y patrones de ataque distintos y sirven como un buen desafío y te ponen contra las cuerdas, especialmente el final boss, el que parece que bloquea todos tus ataques y con el que tienes que tener mucha suerte… pero para llegar a ellos tienes que pasar por las fases en sí, las cuales son tan frustrantes que hace que el juego no sea una buena experiencia. 

No lo he pasado muy bien con Kung Fu Master. Al igual que Chuck Norris Superkicks es una buena idea lastrada por algunas decisiones de diseño cuestionables. Y es una lástima porque hay elementos que me gustan mucho para la época en que salió el juego: los diferentes movimientos, las ideas detrás de los enemigos y bosses, el hecho de que es gratificante oir el impacto de tus golpes y ver los enemigos caer fuera de la pantalla… Estoy seguro que en su día Kung Fu Master era algo especial, pero no ha envejecido muy bien y no lo recomiendo... 


...al menos en su versión arcade. 




Kung Fu Master tuvo la suerte de ser convertido para sistemas domésticos, entre los cuales quiero destacar su versión para NES por dos razones: salió en el catálogo de lanzamiento de la consola, convirtiéndose rápidamente en la versión más famosa del juego, y el juego fue adaptado por Nintendo, quien ajustó el gameplay para tener un poco de piedad con el jugador y no hacerlo todo tan difícil. 

En su día ya le dí una oportunidad a este juego en NES, y recuerdo que no llegó a gustarme. ¿Pero después de jugar a la versión de arcade? ¡Esto es una maravilla venida de los cielos! 


Para empezar, el juego no te lanza tantos enemigos, haciendo que te no te tengas que parar TANTO y te puedas concentrar mejor y planear tus ataques, y el daño que recibes es menor, dándote más margen de error. También se han mejorado los controles y ahora te puedes deshacer de los esbirros aporreando botones de una forma más práctica y rápida. Con estos pequeños cambios, Kung Fu Master para la NES se siente como un juego más justo y gratificante de superar, y hace que no me molesten tanto sus defectos, los cuales me volvían loco en el arcade original. Es sin duda la mejor versión y la que recomiendo jugar. No dura mucho, poco más de 5 minutos, y tampoco tiene mucho que hacer contra beat’em ups posteriores más elaborados, pero su sencillez y gameplay directo hace que puedas pasar un buen rato con él sin problemas. 

Kung Fu Master vendería alrededor de tres millones y medio de unidades en la NES, convirtiéndose en uno de los juegos más exitosos de la consola y descubriendo el potencial de la fórmula beat’em up a toda una industria. Tal vez Chuck Norris Superkicks viniera antes, pero ni se acerca a la importancia tras el juego de Irem y Nintendo, y es que este sería el inicio de algo muy grande, y por ello merece ser recordado. 

...Al menos la versión de NES. 


¡Gracias por leer este texto y que paséis un buen día!

-Chato Maltés

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