jueves, 26 de julio de 2012

Albert Fish (+16)


Si sois personas sensibles, no leáis esto. En serio. Esta serie de entradas consiste en reseñar casos reales de tortura y/o asesinato, con lo cual si esta clase de cosas os afecta... hacéos un favor e ir a pedirle a vuestras parejas que os regalen algún juego de puzzles o id a ver como pongo a parir al MW3.

Esta vez hablaremos de Albert Fish, conocido también como "El vampiro de Brooklyn" o "El hombre gris". ¿Sus crímenes? Violación, asesinato, tortura, pedofilia y canibalismo. ¿Seguís queriendo entrar a leer más?


Fish nació el 19 de Mayo de 1870 en Washington D.C. Cuando solo tenía 5 años, su padre falleció de un infarto. Ante la imposibilidad de mantener a 4 hijos, su madre le envió a un orfanato, lugar donde comenzarían sus problemas. Hamilton Fish (nombre que poseía Albert en aquella época) fue azotado y vilipendiado tanto por sus compañeros como por los profesores. Su mote era "Ham and eggs", lo cual le motivaría años después a cambiar de nombre a Albert, a fin de cortar con aquellos recuerdos... aunque parece que algunos se quedaron muy arraigados, pues Albert, durante el tiempo que pasó internado, comenzó a mostrar síntomas de placer cuando era atacado, sufriendo erecciones ante el dolor.

Fish de joven

Esta tendencia se mantendría una vez su madre le recogiera del orfanato para volver a cuidarlo por poseer de nuevo dinero para mantenerlo. Así, durante su juventud Fish mostró toda clase de tendencias sexuales extrañas: homosexualidad (esta ya a los 12 años), coprofagia (se comía sus propias heces), urofagia (lo mismo pero con orina), masoquismo (se masturbaba mientras se azotaba, se introducía algodones empapados en alcohol por el ano y les prendía fuego...), voyeurismo (llegando a pasar tardes enteras en baños públicos para deleitarse)... pero todavía no había hecho nada realmente malo. Hasta 1890. Cuando Fish tenía tan solo 30 años se mudó a Nueva York, lugar donde comenzó a la vez una relación con un deficiente mental a quien intentó castrar y a violar jóvenes vagabundos. Aún así, la policía no le relacionó en ningún momento con los crímenes y, en 1896, se casó con una chica nueve años menor que él con quien engendraría 6 retoños.

Pese a ello, Fish pisó la cárcel por malversación de fondos hasta 1903, pero ello no resintió su matrimonio... a corto plazo, pues en el 1917 su mujer le abandonó por John Straube. Fue entonces cuando Fish empezó a escuchar voces, las cuales supuestamente pertenecían tanto a Dios como sus apóstoles y le incitaban a asesinar niños en sacrificio. Durante este tiempo Fish mantuvo su trabajo de pintor de casas por todo USA, mas pese a intentarlo no logró consumar ningún asesinato, ya fuera porque el niño escapaba o porque los padres aparecían a tiempo. Aún así, durante este período violó a más de 100 infantes. Sería pocos años después cuando comenzarían las muertes.

Familia Budd antes del asesinato de Grace.

En 25 de Mayo de 1928, Edward Budd puso un anuncio en el periódico buscando trabajo. Tres días después Fish apareció en su puerta bajo la falsa identidad de Frank Howard, granjero. Fue entonces cuando vio a la pequeña Grace, de 10 años, hermana de Edward. Tras un par de visitas formales, Fish "contrató" a Edward y convenció a la familia para llevarse consigo a la pequeña Grace a una fiesta de cumpleaños en la casa de su hermana. No volverían a ver a su hija ni a Frank Howard.

Tras denunciar la desaparición a la policía, éstos detuvieron a Charles Edward Pope, vecino de 66 años, a causa de las acusaciones de su demente esposa. Tras unos cien días de prisión y juicio fue liberado, quedando el caso durante 7 años en el fondo de algún cajón por falta de hilos de los que tirar. ¿Adivináis qué fue lo que reavivó el caso? Quizás los que recordéis el caso de Miyazaki os hagáis a la idea: una carta del mismo criminal... aunque esta es muchísimo más dura que la del anterior asesino reseñado en este blog. Ahora la pondré traducida, pero ya aviso que es muy dura, así que decisión vuestra leerla o pasar a cómo continuó la investigación.

Estimada Señora Budd. En 1894 un amigo mío fue enviado como asistente de plataforma en el barco de vapor Tacoma, el Capitán John Davis. Viajaron de San Francisco a Hong Kong, China. Al llegar ahí él y otros dos fueron a tierra y se emborracharon. Cuando regresaron, el barco se había ido. En aquel tiempo había hambruna en China. La carne de cualquier tipo costaba de 1-3 dólares por libra. Tan grande era el sufrimiento entre los más pobres que todos los niños menores de 12 años eran vendidos como alimentos a fin de evitarles a los demás morir de hambre. Un chico o chica menores de catorce años no estaban seguros en las calles. Usted podía entrar a cualquier tienda y pedir filete o carne para estofado. La parte del cuerpo desnudo de un chico o chica sería sacada y lo que usted quisiera sería cortado de él. El trasero de un chico o chica es la parte mas dulce del cuerpo y era vendida como la chuleta de ternera a un precio muy alto.

La pequeña Grace Budd.

John permaneció ahí durante mucho tiempo adquiriendo gusto por la carne humana. A su regreso a N.Y. secuestró a dos chicos, uno de 7 y el otro de 11 años. Los llevó a su casa, donde los desnudó y ató a un armario. Entonces quemó todo lo que ellos llevaban. Varias veces cada día y cada noche los azotó para hacer su carne buena y tierna. Primero mató al chico de 11 porque tenía el trasero más gordo y por supuesto una mayor cantidad de carne en él. Cada parte de su cuerpo fue cocinada y comida excepto la cabeza, huesos e intestinos. Fue asado en el horno, hervido, asado, frito y estofado. El chico pequeño fue el siguiente. En aquel tiempo, yo vivía en la calle 409 E 100 cercana a la derecha. Él me decía frecuentemente cuan buena era la carne humana, así que decidí probarla.


El domingo 3 de junio de 1928, yo le visité en el 406 W calle 15. Le llevé un pote de queso y fresas. Almorzamos. Grace se sentó en mi regazo y me besó. Decidí comerla con el pretexto de llevarla a una fiesta. Usted dijo que sí, que ella podría ir. La llevé a una casa vacía en Westchester que yo ya había escogido. Cuando llegamos, le dije que se quedara afuera. Ella recogió flores, subí y me quite mis ropas. Yo sabía que si no lo hacía las mancharía con su sangre. Cuando todo estuvo listo, me asomé a la ventana y la llamé. Entonces me oculté en un armario hasta que ella estuvo en la habitación. Cuando ella me vio completamente desnudo comenzó a llorar y a tratar de correr escaleras abajo. La atrapé y me dijo que se lo diría a su mamá. La desnudé. Pateó y me rasguñó. La estrangulé y entonces la corté en pequeños pedazos para poder llevarme la carne a mis habitaciones. La cociné y comí. Cuan dulce y tierno fue su trasero asado en el horno. Me llevó nueve días comer su cuerpo entero. No la violé aunque podría haberlo hecho si lo hubiera deseado. Murió virgen.

La casa donde Fish llevaba a sus víctimas.

Inicialmente se creyó que la carta era una broma de mal gusto a fin de amargar a los padres, pero el detective King se dio cuenta que había demasiadas coincidencias entre la realidad y lo allí descrito, además de que la letra coincidía con la hayada años atrás en los papeles del contrato firmado por Edward y Fish. Por último, la carta venía en un sobre con un pequeño símbolo hexagonal con las siglas N.Y.P.C.B.A., que significa "Asociación Benevolente Privada de Chóferes de Nueva York". Esto fue vital dado que encontraron de donde provenían esas cartas gracias a un miembro de la compañía: de un apartamento alquilado a un tal Albert Fish.

Tras un forcejeo en su casa, Albert fue detenido y llevado a comisaría, donde no solo no negó nada de lo ocurrido... sino que además se descubrió que Grace no fue la única a la que mató. Fraciss McDonnell (estrangulado con su ropa interior, su cadáver se encontró en un bosque cercano a su residencia) y Billy Gaffner (quien, en lugar de una carta, tiene una confesión simplemente atroz, la cual postearé en un par de párrafos) fueron dos víctimas confirmadas, pero también se cree que las muertes de Yetta Abramowitz de 12 años (estrangulada y golpeada en el tejado de un edificio), Mary Ellen O´Connor de 16 años (su cuerpo se encontró mutilado cerca de los bosques donde Fish había estado pintando) y Benjamin Collings, de 17 años, fueron obra suya. Cuando le preguntaron sobre el número de violados, sonrió y dijo "Por lo menos cien".

Hace nada dije que Billy Gaffner tendría su propio espacio a causa de lo duro que resulta el testimonio de lo que le hizo tras secuestrarlo en medio de la calle. Pues bien, si pensábais que lo de antes fue duro ni os imagiáis como es esta. Avisados estáis si queréis leerla.

King junto a Fish tras detenerle. El asesino tenía de aquella 64 años.

Lo llevé a los tiraderos de Riker Avenue. Allí hay una casa que permanece sola, no lejos de donde lo atrapé, llevé al chico ahí. Lo desnudé y até sus manos y pies, lo amordacé con un harapo sucio que recogí en el tiradero. Entonces quemé sus ropas. Arrojé sus zapatos al vertedero. Regresé y cogí el tranvía de la 59 Street a las 2 a.m. y caminé de ahí a casa. Al siguiente día cerca de las 2 p.m., llevé herramientas y un muy buen azote. Casero. Con mango corto. Corté uno de mis cinturones a la mitad, corté esas mitades en seis tiras de cerca de 8 pulgadas de largo. Azoté su trasero descubierto hasta que la sangre corrió en sus piernas.

Corté las orejas, la nariz y la boca de oreja a oreja. Le saqué los ojos. Entonces ya estaba muerto. Enterré el cuchillo en su vientre y acerqué mi boca a su cuerpo y bebí su sangre. Recogí cuatro sacos viejos de patatas y reuní una pila de piedras. Entonces lo corté en pedazos. Tenía una bolsa de viaje conmigo. Puse su nariz y oreja y unas cuantas rajas del vientre en el bolso. Entonces lo corté por el centro de cuerpo. Apenas debajo del ombligo. Después a través de sus piernas aproximadamente 2 pulgadas debajo de su trasero. Puse esto en mi bolsa con mucho papel, le corté la cabeza, pies, brazos, manos y las piernas debajo de la rodilla. Coloqué todo esto dentro de los sacos pesados con piedras, los até y los arrojé en las fosas de agua fangosa que usted verá a lo largo del camino que va a North Beach.

Regresé a casa con mi carne. Tenía las partes de su cuerpo que más me gustaban. Su "mono" (pene) y "pee wees" (testículos) y un agradable y gordo trasero, para asar en el horno y comer. Hice un estofado con sus orejas y nariz, pedazos de su cara y el vientre. Puse cebollas, zanahorias, nabos, apio, sal y pimienta. Estaban buenos. Entonces partí su trasero, corté el pene y los testículos y los lavé primero. Puse tiras de tocino en cada nalga y las puse en el horno. Entonces escogí 4 cebollas y cuando la carne había asado cerca de 1/4 de hora, vertí un poco de agua para la salsa de la carne y puse las cebollas. A intervalos frecuentes rocié su trasero con una cuchara de madera. Así la carne sería agradable y jugosa. En cerca de 2 horas, estaba agradable y tostada, cocinada. Nunca comí ningún pavo asado que tuviera la mitad del sabor que este dulce gordo y pequeño trasero. Comí cada bocado de carne en cerca de 4 días. Su pequeño "mono" era dulce como la nuez, pero sus "pee wees" no pude masticarlos. Los arrojé al inodoro.


En el juicio Fish alegó locura, haciendo referencia a las voces y al historial clínico familiar (su madre oía voces, su hermana era una demente, dos de sus tíos acabaron en un psiquiátrico...), mas pese a explicar que lo hacía por orden divina, que el comérselos le provocaba un éxtasis sexual muy prolongado y mostar muchas de sus extrañas parafilias sexuales (como el hecho de que en el momento de ser capturado tenía 29 agujas colocadas en sus genitales, aquí una radiografía) fue sentenciado de culpable por crímenes con premeditación tras diagnosticarlo psicótico pero cuerdo. Tras casi un año detenido, fue ejecutado el 16 de Enero de 1936 en la silla eléctrica. Justo antes de morir, Fish dijo que la silla sería "La experiencia suprema de mi vida".

Ahora, al igual que cuando hice la entrada de Miyazaki, os propongo una reflexión: ante un caso como este, una persona que (como yo) está en contra de la pena de muerte... ¿Qué debe pensar? Por partes. Yo creo en la reinserción social, pero... ¿Qué reinserción se merece un tío como este? No mataba por sus ideales o venganza sino por puro placer y de manera totalmente aleatoria (pues dudo la inmensa cantidad de violaciones que perpetró demuestran que era un tío de impulsos). Sinceramente, tras conocer su historia no puedo sino alegrarme de su final. Pero... ¿y vosotros? ¿Compartís mi opinión al respecto?

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