Hoy le ha tocado el turno a una sorpresa: El azul es un color cálido. He ido a visitar la nueva biblioteca de Girona y entre libros, sofás y películas me ha destacado una portada muy persuasiva y familiar. Tenía tiempo y, sobretodo, quería darle la oportunidad de atraparme, en especial después de la recomendación de mi novia. Una hora bien aprovechada, sin duda.
El azul es un color cálido nos habla de los conflictos amorosos y sexuales de Clementine, una adolescente que tiene muy claro que las chicas deben salir con chicos (ésta es la frase más sobreexplotada a la hora de hacer la sinopsis del libro o de su adaptación al cine, os lo aseguro). Es fácil deducir que en seguida aparece una chica que trastocará esa verdad absoluta y descubrirá a Clementine una nueva faceta suya.
Hablemos del dibujo. Los trazos son finos y los colores, apagados, pero logra ser muy vivo gracias a ese punto de azul que destaca viñeta tras viñeta. No solo es un estilo destacable de por sí, sino que además se adecua a la perfección con el carácter de la narración: una vida gris con el pelo azul de Emma dando calor. A destacar, por cierto, caras, ojos y labios. El desarrollo es ágil y va directo a los puntos importantes, sin tramos superfluos de por medio... Quizás vaya un poco "demasiado" a la idea, pues me ha dado la sensación que ha faltado profundizar un poco más o añadir algo de sustancia en según qué tramos, pero para nada empaña esto el conjunto.
Conocí este cómic a raíz de la película La vida de Adèle, que cuenta con mi sello de aprobación y recomendación, así que ya sabía de antemano por donde irían los tiros. Sin embargo, ambas historias se diferencian y hacen hincapié en distintos matices: mientras que el cómic centra sus páginas en la propia homosexualidad, la película se mueve más por los sucesos de la relación en sí, con especial énfasis en dificultades como la barrera cultural entre Emma y Adèle (así se llama aquí Clementine). Si os gusta una, deberíais dedicar una tarde también a la otra.
Acerca de Anti
sigue siendo inmune a las Death Note. Estudiante de
ingeniería industrial, gamer, amante y gamer otra vez,
tiene la ridícula esperanza de que alguien en alguna parte
se fije en sus textos. Quiere dominar el mundo para poder
destruirlo sin impedimentos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario