domingo, 21 de junio de 2015

Kick-Ass


¿Recordáis la encuesta de hace un par de semanas donde os preguntaba por un montón de cosas aparentemente aleatorias pero que al juntar las respuestas me permitirían descubrir el tejido de la realidad y destruir el Cosmos Intrauterino del Intelecto Cuántico? Ya sabéis, el CIIC. Bueno, pues [¡¿¡¿EN SERIO EXISTE UNA ASOCIACIÓN LLAMADA CIIC?!?! Joder, hoy en día ya ni puedes hacer un chiste sin miedo a que haya algo con ese nombre] resulta que le he metido la traca final a la biblioteca de Santiago, por lo que pese a que muchos me comentasteis que había demasiadas reseñas de cómics me temo que durante una temporadita habrá ración doble de eso. ¡Ahora bien! Vuelven los libros. Y es posible que hasta haga un artículo de un juego de WiiU que no sea de Platinum Games, alucinad. Dicho esto, Kick Ass.

Ay, Millar, ay. En serio, ¿qué nos pasa? A ti y a mi, ojo, porque está claro que si todo el mundo está contento con tus cómics y yo soy el rarito que siempre queda insatisfecho con ellos parte de la culpa (ya sea por haber leído demasiadas cosas buenas o simple haterismo) es mía. Ahora bien, cuando tu Ultimates y Authority me encantan y justo esas obras corrigen aquello que siempre achaco al resto de tus cómics... no sé eh, igual tampoco es que tú seas completamente inocente.

Si me habéis oído alguna vez hablar de su Logan: Old Man o Wanted (no busquéis sus reseñas porque apenas profundizo en lo que voy a decir a continuación) veréis que me encanta la premisa base pero que la sensación que me queda al acabarlos es que están muy desaprovechados, lo cual llega a los extremos de que estoy convencido de que si otros autores hubieran guionizado sus obras estas serían muchísimo mejores de lo que son ahora. Kick Ass, cómo no, sufre de este mismo mal, partiendo de una premisa cojonuda (¿y si en el mundo real un adolescente idiota decidiera enfundarse un traje de superhéroe e imitar a sus ídolos a costa de su integridad física?) pero quedándose muy por detrás de lo que podría llegar.


Ah, sí, y también sale esta niña de vez en cuando comiéndose todas y cada una de las escenas donde muestra su carita.

El principal problema de Kick Ass es su ritmo. Cuando le comenté esto a Chato saltó al momento diciendo que no tiene problemas de ritmo, que siempre va rápido y que entretiene en todo momento... y justo ahí es donde está el problema. Kick-Ass es un cómic de 224 páginas, 8 números enteros donde todo va excesivamente rápido y apenas se toma un momento para respirar. Uno podría decir que esto es bueno porque te permite leerlo del tirón, pero Kick-Ass es uno de los mejores ejemplos de cómo los cómics se han convertido en un producto de consumo rápido, los cuales ya no buscan dar un contenido de calidad sino que te lo leas a toda velocidad y vayas corriendo a comprar otra grapa con la que terminar de llenarte.

Voy a poner un ejemplo rápido que los que hayáis leído ambos lo entenderéis. El regreso del caballero oscuro tiene menos páginas que Kick-Ass. Leed esto un par de veces más y por favor intentad procesar lo que significa. En menos páginas El regreso nos cuenta tropecientas mil cosas más sobre su mundo, personajes, la trama en general e incluso me atrevería a decir que tiene mejores escenas de acción (o al menos las que hay se graban más en la retina que los desmembramientos de Kick-Ass). Sí, vale, esto ha pasado en todos los géneros del cómic en los últimos 20 años e incluso dentro de obras como Sandman la cantidad de contenido por capítulo decrece sustancialmente de los primeros a los últimos números, pero la obra de Millar es el ejemplo donde más fácilmente percibo esta clase de prácticas. ¿Será porque leo muy poco cómic actual de Marvel y DC? Quién sabe. Lo importante es que Kick-Ass, el título a tratar hoy, me da transmitido esa misma impresión.


"Pero Sudit", diréis, "es absurdo comparar El regreso con Kick-Ass porque el tono de ambas obras es radicalmente diferente, es como si dices que La naranja mecánica es mejor que Casino Royale porque pasan más cosas en menos tiempo cuando tienen objetivos distintos". Sí, es cierto, pero cómics como The Ultimates del mismo Millar son el mejor ejemplo de cómic bombástico cuyo único objetivo es molar y sin embargo tiene capítulos enteros donde no se dan una sola hostia y en los cuales los personajes crecen y evolucionan. Diablos, que todo el segundo arco de Ultimates (desde la batalla de Hulk hasta el cierre del volumen 1) son 24 páginas menos que Kick-Ass y suceden el triple de cosas. Por hacer un símil videojueguil, Kick-Ass se las da de Bioshock con todo el rollito de sus primeros números de deconstruir los superhéroes y por qué la gente en la vida real no los imita pero en el fondo aspira a ser el nuevo COD para terminar quedándose en la campaña de Homefront. 


Bueno, vale, aquí me he pasado, Homefront era más malo que la madre que lo parió, pero se entiende la metáfora.

Dicho esto, me gustaría poder comentar que el dibujo y guión merecen la pena, peeeeeeeeeeeero no. El guión es entretenido, tiene algunas frases geniales y Hit-Girl derrocha carisma, pero el dibujo de Romita Jr. me ha sorprendido muchísimo para mal, sobre todo porque he visto trabajos suyos de él medianamente actuales y me cuesta creer que sea del mismo tío. Siendo justos tengo la sensación de que el colorista es el principal culpable de esto, pues viendo los originales de Romita debo admitir que presentan una calidad mucho mayor que en el cómic final, pero aquí debemos valorar lo que compramos y no lo que había en la mesa de dibujo, y os puedo asegurar que desde los pedos mentales de Bachalo en Shade no me paraba tantas veces en un dibujo con la sensación de que había algo que no encajaba.

Y en fin, creo que eso es todo. Kick-Ass es, ante todo, una oportuniad perdida, y esto mismo se puede decir en mayor medida de casi todo lo que he leído de Millar como Hijo Rojo, Wanted, Old Man o la maldita Civil War (que en realidad es un plagio del segundo arco de Astro City y que todos debéis leer porque Astro City es lo puto mejor que existe en superhéroe mainestream, pero eso es otro tema). Si tenéis curiosidad por él os diría que lo bajáseis o leyérais en la biblio, pues por más tapa dura que incluya no veo que se merezca de ningún modo los 19 euros que pide Norma por ella. 

Y si no siempre podéis veros la película, que hace mil años que la vi y no me acuerdo nada de ella, pero me da que en su momento me gustara y que cumple sobradamente la función de "Si miras esto pilllarás las mejores escenas, los mejores chistes y podrás ir a las secuelas sin miedo". Ah, por que sí, tiene secuelas (tres a falta de una), pero como veréis otro día estas son mucho mejores que el original. Eso sí, tranquilos, también podéis leerlo como obra autoconclusiva sin ningún problema, que cierra prácticamente todos sus arcos argumentales.

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