La portada de Goth es muy, muy bonita. Suena raro, vale, pero creo que es importante decirlo para entender bien mi relación con Goth. Durante su estancia en Galicia Chato encontró este pequeño manga autoconclusivo de apenas 200 páginas y decidió hacerse con él, y dado que su cubierta me pareció altamente sugerente aproveché yo también para darle una lecturilla rápida. El resultado... bueno, digamos que el dibujante no logró sugerirle al guionista tanto como a mí.
Goth nos pone en la piel del típico estudiante japonés que, al igual que el 900% del estudiantado del resto del globo, encierra bajo una faceta de cordialidad y buenrrollismo a un psicópata despiadado que odia a sus compañeros de clase y los considera escoria fácilmente prescindible (si vosotros no os atenéis a esta descripción es porque sois unos ninis o porque aún no os ha llegado la edad del pavo; paciencia). Este chaval (a quien llamaremos Kamiyama) se siente fuertemente interesado por una de sus compañeras de clase, aunque no tanto por sus encantos como por las cicatrices que pueblan sus muñecas. ¿Tendremos aquí una historia donde un ser despreciable se interesa por una persona maltratada por la vida y usa su relación como mecanismo redentor? Nah, qué va. Goth son 4 historias autoconclusivas sobre diferentes crímenes y donde de un modo u otro la chica acaba involucrada y nuestro querido psicópata termina por rescatarla.
No me malinterpretéis, prefiero de lejos la trama de los asesinos antes que otra tópica relación forzada de redención, pero aunque en los dos primeros números la fórmula funciona las siguientes dos historias se sienten mucho más toscas y predecibles, pues el autor apenas modifica su estilo y los giros con lo que en nada los veremos venir a kilómetros (algo realmente doloroso en un producto como este donde el factor sorpresa es parte crucial de su desarrollo). Asimismo, mientras que el personaje masculino apenas evoluciona conforme avanza la trama la chica solo se va volviendo cada vez más inútil, pasando de ser un personaje interesante a otro maldito cacho de carne por momentos idiotizado cuya aportación a la historia es ser secuestrada y rescatada una y otra vez.
El principal problema de Goth radica en que, como bien comenta el guionista de la novela original en el epílogo de este manga, tiene como premisa argumental base que "existe una heroína que es atacada por varios monstruos y un héroe protagonista que la salva". Y es una tremenda lástima, pues al principio Yoru se nos presenta como un personaje fuerte que llega a actuar en el segundo capítulo con una iniciativa y sangre fría que ya querrían para sí muchas protagonistas de otros títulos, pero esto no hace sino acrecentar el contraste con las escenas donde el autor la idiotiza para el lucimiento de Kamiyama o donde la secuestran porque sí. Asimismo, las pequeñas incoherencias argumentales y demás escenas que tal y como están no tienen sentido a poco que reflexionemos sobre ellas no hacen sino dañar todavía más la fórmula de Goth (ese personaje que aparece solo al final del capítulo 3 y abandona el manga sin hacer nada como si con él no fuera la cosa...).
No os mentiré: me he entretenido leyendo Goth y el dibujo está bastante bien, pero no creo que éste sea el manga adecuado en el que invertir vuestro tiempo y dinero. Si lo veis en la biblioteca y/o tenéis ganas de un manga de misterios y asesinatos desde otro punto de vista quizás sea una buena elección sobre todo por sus dos primeros números, pero fuera de ahí yo personalmente os recomendaría barajar otras opciones con las que llenar vuestro tiempo libre.
No me malinterpretéis, prefiero de lejos la trama de los asesinos antes que otra tópica relación forzada de redención, pero aunque en los dos primeros números la fórmula funciona las siguientes dos historias se sienten mucho más toscas y predecibles, pues el autor apenas modifica su estilo y los giros con lo que en nada los veremos venir a kilómetros (algo realmente doloroso en un producto como este donde el factor sorpresa es parte crucial de su desarrollo). Asimismo, mientras que el personaje masculino apenas evoluciona conforme avanza la trama la chica solo se va volviendo cada vez más inútil, pasando de ser un personaje interesante a otro maldito cacho de carne por momentos idiotizado cuya aportación a la historia es ser secuestrada y rescatada una y otra vez.
El dibujo está muy bien, pero contiene varias páginas con sus buenas dosis de sangre y vísceras.
El principal problema de Goth radica en que, como bien comenta el guionista de la novela original en el epílogo de este manga, tiene como premisa argumental base que "existe una heroína que es atacada por varios monstruos y un héroe protagonista que la salva". Y es una tremenda lástima, pues al principio Yoru se nos presenta como un personaje fuerte que llega a actuar en el segundo capítulo con una iniciativa y sangre fría que ya querrían para sí muchas protagonistas de otros títulos, pero esto no hace sino acrecentar el contraste con las escenas donde el autor la idiotiza para el lucimiento de Kamiyama o donde la secuestran porque sí. Asimismo, las pequeñas incoherencias argumentales y demás escenas que tal y como están no tienen sentido a poco que reflexionemos sobre ellas no hacen sino dañar todavía más la fórmula de Goth (ese personaje que aparece solo al final del capítulo 3 y abandona el manga sin hacer nada como si con él no fuera la cosa...).
No os mentiré: me he entretenido leyendo Goth y el dibujo está bastante bien, pero no creo que éste sea el manga adecuado en el que invertir vuestro tiempo y dinero. Si lo veis en la biblioteca y/o tenéis ganas de un manga de misterios y asesinatos desde otro punto de vista quizás sea una buena elección sobre todo por sus dos primeros números, pero fuera de ahí yo personalmente os recomendaría barajar otras opciones con las que llenar vuestro tiempo libre.
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