Hubo un tiempo en el que toda película que se precie debía estrenarse acompañada de un videojuego homónimo. Harry Potter, Spiderman, El Señor de los Anillos... Todos tenían su versión poligonal, y siempre para todas las plataformas del momento, desde PlayStation 2 hasta móviles con Symbian. Eran un movimiento publicitario como cualquier otro, y a veces ni siquiera tenían relación con la película en cuestión, pero todo seguidor de la franquicia de moda quería hacerse con la última aventura de su héroe favorito. Si bien salieron algunas pequeñas joyas de todo esto, la inmensa mayoría eran medianías, simples y llanas medianías... Oh, benditas medianías, cómo os hecho de menos.
El Episodio III de Star Wars tuvo, por supuesto, un montón de juegos homónimos para todas las plataformas existentes. Por supuesto, no era lo mismo para Xbox que para PSP, y yo, que crecí con la gloria bidimensional de Streets of Rage y Golden Axe, me compré la más cutre de todas... La de Nintendo DS, prácticamente un calco de la de Game Boy Advance. Mientras todos los fans se dedicaban a luchar con acrobacias tridimensionales, yo daba de palos a unos robotitos pixelados con una espada láser aún más pixelada... ¿Pobre Anti? ¡Ja! ¡Viva la vieja escuela! ¡Viva el mamporreo a dos botones! ¡Vivan los juegos clásicos! ¡Que vivan los géneros obsoletos!
Robando vilmente a IGN por falta de más imágenes decentes. |
Por si no lo habéis adivinado por los juegos de Mega Drive nombrados antes, Star Wars Episodio III: La Venganza de los Sith para GBA y Nintendo DS (en adelante, La Venganza de los Sith o, si estoy muy vago, el juego este) es un beat'em up digno del apelativo "de toda la vida", con sus enemigos clónicos, sus decorados destruibles y sus jefes. ¡Incluso tiene ascensores con emboscadas! ¿No emana todo un delicioso olor añejo? ¡Es directo, es simple, es divertido! Cómo tiene que ser un buen yo contra el barrio, por más intergaláctico que sea.
No hace tanto que rejugué La Venganza de los Sith y me llevé una muy grata sorpresa. Es decir, esperaba encontrarme con el típico juego de segunda fila hecho solo para aprovechar el filón de un nombre de moda; un juego que, por más que en su momento me divirtió, imaginaba víctima del típico recuerdo embellecido por ser de cuando aún era un renacuajo que flipaba con Dragon Ball: Final Bout. Bueno, pues resulta que a veces uno se equivoca con sus expectativas y me encontré con un título sólido y la mar de disfrutable. Salas con mucho que matar, espadas y láseres, un botón de ataque que machacar y cuatro habilidades especiales para dar variedad. Era simple entonces y lo sigue siendo hoy, y si algo simple funciona sabes que no envejecerá. No hay combos ni demás parafernalias y todo se reduce a avanzar, matar, avanzar y matar. Además, para añadir un poco de sustancia y exploración, hay varios coleccionables repartidos por los niveles que nos permitirán evolucionar las habilidades tanto de Anakin como de Obi Wan, los dos personajes jugables.
Y más imágenes de webs externas. No, no me siento cómodo con esto. |
El juego no es especialmente variado, pero tampoco resulta repetitivo a la mínima que nos guste el género; hay suficiente variedad de enemigos y el poder adquirir nuevas habilidades nos hacer cambiar el enfoque de los combates a lo largo de la partida. Tiene incluso algunos momentos más plataformeros, como una sección donde toca esquivar obstáculos mientras huimos de un señor tanque. Como guinda, los jefes, que nos obligan a jugar con un estilo más enfocado al duelo que rompe con el riesgo de monotonía. En cuanto a lo visual, los sprites y las animaciones están bien; los escenarios, no tanto.
Tiene, sin embargo, un fallo destacable: las fases de naves; o, mejor dicho, las fases de naves obligatorias. En la versión de Nintendo DS hay unos niveles tridimensionales en los que controlamos una nave y debemos esquivar obstáculos o destruir una flota enemiga. Como extra no están nada mal, permiten incluso un modo personalizado contra la IA o contra otros jugadores, con sus desbloqueables y todo... Pero no como parte obligatoria del modo principal. Si fuesen cortas no tendría demasiada queja, pero hay algunas, en especial una de la campaña de Obi Wan, que se hace larga y especialmente insulsa, de modo que se carga un poco el ritmo. Como modo secundario es un acierto, es uno de esos extras a los que acabas echando un par de horitas por lo menos, pero maldigo quien lo introdujo con tan mal gusto en el modo principal. En GBA no hay naves, pero hay un modo cooperativo que no llegué a probar nunca.
Si algo se mueve, se mata. Si algo brilla, se rompe. |
La Venganza de los Sith para GBA y NDS llegó en una etapa donde los beat'em up ya escaseaban, y lo que salió no estaba nada mal. No brilla en nada, pero es un tipo de juego que hoy en día se echa bastante en falta, y no me refiero solo a su género. En las consolas actuales faltan las medianías; parece que no haya un punto medio entre el triple A y la chapuza absoluta, y con los costes de producción en aumento todos sabemos que esta brecha está yendo a más. Quizás por eso me sentí obligado a escribir este texto, a dedicar unas líneas a un juego que no importó a nadie, que no destacó en nada y que nadie recuerda. Por los juegos de películas y los géneros anticuados.
Acerca de Anti
sigue siendo inmune a las Death Note. Estudiante de
ingeniería industrial, gamer, amante y gamer otra vez,
tiene la ridícula esperanza de que alguien en alguna parte
se fije en sus textos. Quiere dominar el mundo para poder
destruirlo sin impedimentos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario