No recuerdo cómo empecé la carrera. Probablemente fue con un chaval aterrorizado por lo que le esperaba, desorientado en una ciudad totalmente nueva para él y con la esperanza de olvidar todo su pasado y marcarse un reinicio en lo que respectaba a su vida social, pero como digo ha pasado ya demasiado tiempo. A menudo me gusta recordar mi primer día como en las películas, con un discurso lleno de esperanza por parte de algún rector con americana, coderas y barba alentándonos a luchar por lo que queremos e intentando que esta generación fuera aún mejor que la anterior.
Tristemente mentiría.