Si os soy sincero, no tengo ni puta idea de cómo abordar esta entrada (prueba de ello es que haya pasado casi un mes desde que lo completé y que sea ahora cuando estoy escribiendo estas líneas). Habitualmente, cuando redacto algo, pienso en lo que me ha transmitido y trato de plasmarlo con palabras. Por regla general eso es suficiente para mis artículos. En este caso no. Dado el terrible contraste de sensaciones que me ha brindado este título, soy incapaz de avanzar este texto por mucho que lo intento.
Limbo. ¿Qué puedo decir de él que no hayan dicho ya los demás bloggers de internet? Podría hablar de sus apartado artístico. Podría hablar de su sonido. Quizás de mi interpretación de la historia. Pero creo que todo eso sería redundante; si hay algo que sólo yo puedo aportar sobre este juego es mis impresiones tras terminármelo. Y eso es lo que voy a intentar transmitiros.