viernes, 29 de abril de 2016
La saga Diablo - Diablo I
Es muy común encontrarse con gente que de cara a fin de año se proponen varias metas personales: leer más, dejar de fumar, ser mejor persona, sacarse el carnet de conducir… luego hay gente como Sudit y como yo, los cuales nos proponemos jugar a X juegos durante el año siguiente. Por mi parte, el año pasado cumplí mi propósito de jugar a la serie Drakengard/NieR de Yoko Taro a pesar de todo tipo de complicaciones técnicas y mal diseño (¡maldita seas Cavia!). Dicho esto, este año he sido un poco más benevolente conmigo mismo proponiéndome jugar una serie universalmente considerada como exponente del Action RPG, eso es: la saga Diablo.
Antes de nada, cabe decir que yo ya tengo un historial con la serie de Blizzard, y es que de pequeño le dediqué muchas horas a Diablo II y a Lord of Destruction pero… ¿qué hay del primer Diablo, el juego que lo empezó todo? Bueno, lo cierto es que antes de ponerme a jugar para esta review ni tan siquiera había entrado en contacto con la primera entrega de la serie… y de no ser porque he bajado el juego via Torrent tal vez no lo habría podido jugar puesto que Blizzard ya no distribuye el juego ni parece interesada en venderlo ni tan siquiera en digital. Podría tirar de eBay o segunda mano peeeeeero no pienso pagar lo que piden algunos cuando por menos puedo comprar de primera mano Diablo 2 o Diablo 3 con expansiones incluidas.
Dejémoslo en que si algún día lo encuentro en un estado y precio razonable tal vez lo compre, pero no voy a perder el sueño por haberlo bajado de la bahía pirata.
En fin, Diablo, para aquellos que hayáis vivido en una roca en los últimos 20 años, es un point and click action rpg y como tal su gameplay es muy intuitivo: atacas haciendo clic sobre un enemigo, mueves a tu personaje haciendo clic a donde quieras que vaya, abres puertas/cofres/sarcófagos haciendo clic… clic clic clic clic. Es una formula tan simple y directa que hace que el gameplay haya envejecido bastante bien a pesar de tener 20 años a sus espaldas. Escoge entre Soldado, Hechicero o Pícaro como clase y en nada y menos te encontrarás mazmorreando a través de los niveles generados aleatoriamente por el juego y…
Espera un momento, ¿dónde está la historia? ¿Cuál es mi quest principal?
No hago broma. A parte de la cutscene que aparece al arrancar el juego, no hay ningún tipo de tutorial o cartel que me indique a dónde ir o que me diga cuál es el propósito del juego. Simplemente apareces en el pueblo de Tristam y a partir de ahí eres libre de ir a la Catedral, la mazmorra principal del juego. Puedes hablar con los NPCs para que te expliquen la historia tras el pueblo o incluso que te den quests secundarias, pero cuando empecé el juego sinceramente creía que estaba haciendo algo mal. ¿Tal vez el manual del juego me indique qué he de hacer? Sí, vamos a mirar a mirar el manual a ver que…
¡L-la madre que me parió! ¡El manual tiene 80 páginas! :'D
En serio, este cabrón tiene de todo, desde un bestiario con ilustraciones a casi 20 páginas de lore. Por suerte para mí también incluye una sección de tutorial gracias a la cual he podido comprobar que el juego espera que te adentres en las profundidades de la Iglesia por ímpetu propio sin necesidad de una quest principal. Una parte de mí ve esto como mal diseño, mientras que otra lo ve como un vestigio de una época en la que los juegos eran más ambiguos y no cogían de la mano al jugador como hoy en día, Dark Souls style.
En cualquier caso, el núcleo del juego consiste en ir bajando pisos situados bajo la Catedral generados aleatoriamente a la roguelike hasta llegar al infierno, donde tienes que matar al rey de los demonios, Diablo. A medida que bajas, uno encuentra enemigos más fuertes, con más experiencia y un loot más valioso con el que equipar su personaje. Es un planteamiento muuuuuy estándar y sin ningún tipo de sorpresas o giros de tuerca, y por ello es uno de sus aspectos que más mal han envejecido en comparación con exponentes más recientes del género, los cuales ofrecen un mundo que explorar junto con varias mazmorras y pueblos mientras que Diablo se sitúa en un único pueblo y en una única mazmorra.
Pero ahí no se acaba la historia. Normalmente en este tipo de RPGs uno tiene la opción de revisitar niveles anteriores para farmear, subir niveles y conseguir mejor equipamiento. Pues bien, en Diablo una vez has limpiado un nivel de enemigos, estos no respawnean. Esto no debería ser un problema de tener el personaje preparado para enfrentarse a cada nuevo nivel, pero la aleatoriedad de los objetos dropeados por los enemigos junto a una curva de dificultad un tanto errática no garantizan que tengas el nivel o equipo necesarios… lo cual desafortunadamente me ocurrió en uno de los últimos niveles del juego. Así pues, sin poder avanzar sin que me violaran y sin ningún lugar donde levelar mi personaje… ¿qué opción me quedaba? Empezar de nuevo una partida. No joke. Por suerte para mí, uno tiene la oportunidad de mantener el mismo personaje con el mismo equipamiento y nivel, pero hubiera preferido otra forma de continuar jugando que comerme de nuevo 15 niveles porque sí.
Luego, da igual que clase de personaje escojas, Diablo no tiene un árbol de habilidades para ninguna de sus clases y lo único que diferencia a cada una es unos stats iniciales ligeramente distintos, los cuales uno puede mejorar a medida que sube de nivel. ¿Qué significa esto? Significa que o bien uno sube sus stats de fuerza/destreza para jugar como un soldado, o aumenta los stats de magia para jugar como un mago. No hay mucha variedad de estilos con los que jugar, lo cual reduce drásticamente el valor jugable del título.
Quitando la mala suerte que tuve que me obligó a empezar una nueva partida, uno puede llegar al último nivel del juego y matar a Diablo en unas 10-12 horas. Diablo no es un juego largo, lo cual agradezco: al no tener mucho que ofrecer, hubiera sido molesto si éste prolongase demasiado su tiempo de juego.
Tal vez Diablo encandilara a muchos en su día con su oscuro y atmosférico apartado gráfico y banda sonora, además de crear escuela con su gameplay, el cual sería copiado por infinidad de juegos (Sacred, Dungeon Siege, Torchlight, Titan Quest, Path of Exile…), pero… ¿personalmente? No creo que valga la pena jugarlo hoy en día puesto que no tiene mucho que ofrecer (menos aún si lo comparamos con títulos más recientes). Objetivamente es un juego sólido, pero eso no es suficiente cuando ahí fuera hay muchísimos juegos ahí fuera que merecen mucho más tu tiempo, por lo que entiendo perfectamente que Blizzard no quiera seguir distribuyendo el juego. ¿Tal vez sea mejor saltar directamente a su secuela? Eso tocará comprobarlo otro día… Mientras tanto, muchísimas gracias por leer y… ¡hasta otra!
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