Siempre he creído que la tríada jugabilística (palabra perteneciente © de este blog)de Nintendo es la conformada por Mario, Zelda y Metroid. Apuesto a que muchos pondrían por aquí a cierto zorro del espacio o a cierta familia de monos saltarines, pero a la vista que la trilogía Country fue desarrollada por Rare y que nunca me han terminado de convencer los juegos de naves, es mi deber moral concederle a Metroid esa categoría de honor. ¿Que porqué este inicio? Para que entendáis que, aunque no me haya podido pasar todos los Metroids del mercado, sí que hablo con cierto conocimiento de causa (inclúyase Mother M entre los que he tenido la oportunidad de catar en detalle...).
Llegados a este punto, es menester decir que existen dos maneras de analizar este juego: centrándonos únicamente en su faceta de remake o analizándolo como juego individual sin tener en cuenta las circunstancias que rodearon su creación. Ambas me parecen importantes, pero a la vista de los casi 20 años que pasaron entre original y remake creo que será más importante el centrarnos en el juego en sí que en el hecho de que sea un remake, mas no os preocupéis: como remake le da mil patadas en la boca a toda esa basura mensual que recibimos en nuestras PS360 con la coletilla "HD collection". Así sí, joder, así sí.
Algo que fue bastante criticado de Metroid fusion fue su linealidad, pues Adam cortaba la acción cada dos por tres para decirnos qué hacer, a donde ir y cómo hacerlo. La gente dirá lo que quiera, pero a mi me parecía un sistema cojonudo. Llegabas a un sector, te daban una misión, te comías el tarro para cumplirla y al acabar volvías a hablar con Adam a ver qué te mandaba. Metroid Zero Mision es igual solo que sin Adam. Veréis, ¿de qué sirve esa supuesta libertad si cada dos por tres me estoy cruzando con estatuas chozo que me marcan en el mapa a donde tengo que ir? Para eso ponerme algo de historia y que no parezca que me paseo por Zebes for the lulz.
Temas argumentales a parte, pocas quejas en el apartado de la jugabilidad. A ver señores, es un Metroid, está claro lo que nos vamos a encontrar: muchos enemigos, tanques ocultos a tomar por culo, jefes grandotes y peligrosos, zonas vacías de personas pero no enemigos... lo cual me recuerda a algo muy curioso: el juego tiene muchas ralentizaciones. En serio, cada vez que estaba en una zona con muchos enemigos me iba todo pilladísimo hasta que los mataba. Admito que lo jugué en un emulador y no en una GBA, pero tengo mis dudas que un ordenador capaz de mover Bioshock en alto o de emular Ico sin problemas se me resienta al jugar al Metroid.
Y bueno, no hay mucho más que añadir, como ya dije es un metroid. La buena música de siempre, duración ínfima, la nula rejugabilidad de siempre excepto el conseguir un mayor porcentaje de objetos en menos tiempo o intentar pasarse el modo difícil del juego, una sorpresita retro al terminar el juego, diferentes artworks de Samus en función de nuestras estadísticas... lo de siempre. Eso sí, más les vale que para el próximo Metroid incluyan novedades de peso o un buen desarrollo argumental, pues una vez cuela por lo de que era un remake del primero y todo eso, pero más no.
NOTA: 7,5
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