lunes, 25 de noviembre de 2013

We love Katamari


Dadá, dadadadadá, darádadadadadaaaa... Es imposible. Lo he intentado todo, pero no existe cura: una vez se te mete en la cabeza es demasaido tarde para ti, pasarás el resto de tu existencia tarareando esta melodía cada vez que alguien diga la palabra... Katamari. ¿Y sabes lo peor? Que te encantará. Dentro música:



Bueno, tras exagerar un poquito en el párrafo introductorio, creo que es el momento de responder a la pregunta que muchos os estaréis haciendo: ¿Qué se supone que es Katamari? Bien, en el año 2004 Namco publicó para la más que difunta y enterrada PlayStation 2 un juego llamado "Katamari Damacy", en el cual El Rey del Cosmos destruye accidentalmente todas las estrellas del cielo y es tarea de su hijo (y por consiguiente nuestra) de recomponer lo que papuchi se ha cargado. ¿Te parece raro? Pues espera, que esto todavía estamos calentando. 

Decidme, ¿de qué están hechas las estrellas? ¿Gas en combustión? Puff, no tenéis ni idea. Las estrellas se componen de toda la mierda que puedas pegar a tu katamari (una pelota cubierta de algún tipo de hyper pegamento) y que luego papi lanzará al espacio a cubrir el hueco dejado por su accidente. ¿Aún no te paree raro? Pues aún sigue.

Tras el éxito de Katamari Damacy, El Rey del Cosmos se convierte en una celebridad y la Tierra se llena de fans de Katamari, así que en esta secuela nos mandará a cumplir los caprichos de sus forofos para que su popularidad siga en alza. ¿Sigue sin parecerte raro? Pues si con la siguiente foto no te has sorprendido ni una vez puedes afirmar que ya lo has visto todo:

Y esta sugerente pose del Rey del Cosmos con nuestro 
Katamari será la recompensa que obtendremos por cada fase superada.

Ahora bien, ¿es malo que sea tan raro? No, al contrario. We love Katamari es uno de los juegos con más personalidad que he visto en toda mi vida, y apuesto a que pasarán años antes de que alguna compañía tenga los cojones necesarios para hacer algo mínimamente parecido en el panorama actual. Dios, si estamos hablando de un simulador de escarabajo pelotero que se controla solo con los joystick del mando, ¿cuantas veces hemos visto algo parecido?

Además, We love Katamari no solo es raro y curioso, sino también endiabladamente divertido. Su humor absurdo, tanto en los diálogos (que tristemente se pueden hacer repetitivos a la larga, para que negarlo) como en sus situaciones (llevar a un chaval en lugar de una pelota para hacerlo engordar y gane todos los combates de sumo posibles, derribar y adherir la casita de chocolate para que Hansel y Gretel den un paso más en su camino a la diabetes, robar la mayor cantidad de cosas a modo de colecta para salvar unos pandas...) harán las delicias de todos aquellos que estén cansados de los típicos chistes de siempre. ¿Quieres sorprenderte a cada paso? We love Katamari es tu juego. 

Eso si, pese a lo divertido que es tiene algunos problemillas de control que pueden estropear un poco la experiencia cuando llevamos Katamari absurdamente grandes (creedme cuando uso el término "absurdamente grande"), además de que su paupérrimo apartado visual puede alejar a los más quisquillosos, aunque cualquiera que logre perdonárselo estará delante de uno de los juegos más endiabladamente divertidos que he probado (y con una OST sorprendentemente buena).

Ni el Crysis mueve estos jráficos.

Hoy en día dudo que sea fácil encontrar este juego, pues no creo que trajeran demasiadas unidades del mismo a España y su precuela directamente no llegó a Europa, pero si tenéis la oportunidad de jugarlo yo no lo dudaría lo más mínimo. Está perfectamente traducido al español y tiene un manual primoroso, de esos que hoy en día ya no se hacen; a decir verdad, es uno de esos juegos que me alegro de tener original. No he probado sus secuelas en PSP, pero he oído que no están a la altura ni de este ni del original, así que avisados estáis.

NOTA: 8 

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