Conocí a Jodorowsky gracias a La casta de los Metabarones, el cual se convirtió por méritos propios en uno de mis cómics favoritos. Tiempo después leí El incal, una colaboración con Moebius de la cual salí bastante desencantado; dado que por regla general las obras de Moebius no me gustan, achaqué a él mi desagrado con el cómic en cuestión. Desafortunadamente, El lama blanco me hace pensar que Jodorowsky no es precisamente inocente en lo que respecta a mi actitud hacia el anterior...
Pero no adelantemos acontecimientos, veamos de qué trata este cómic. "Un niño europeo nacido en el tíbet guarda en él la reencarnación del último lama, lo que le llevará a convertirse en el primer lama blanco". Ok, entonces será sobre la vida del niño, de cómo afronta ser sometido a los duros entrenamientos de los monjes, de cómo supera el vivir entre tibetanos por su color de piel mientras los británicos comienzan a conquistar el país y demás cosas, ¿no? Bah, y una porra, pese a intentar situarse en un contexto histórico real aquí hay magia, diablos y toda clase de idas de olla constantemente. Si, aquí está el problema, todas las apariciones y técnicas mágicas se cargan el relato de superación realista que podría ser... pero tampoco consiguen crear una buena historia de fantasía.
De verdad, hay tantos agujeros argumentales cuando paras a pensarlo... a riesgo de spoilearos considerablemente, diré algunos: ¿Para qué reencarnarte? Eres el maldito Lama motherfucker que demuestra que puede invocar malditos demonios destruye ciudades con solo desearlo, ¿realmente necesitas reencarnarte? ¿Para qué nombrar tu sucesor a un tío que sabes que te va a traicionar, matar a gente inocente y tiranizar medio Tibet durante 20 años? ¿Por qué diablos Gabriel al final del cómic (ojo spoiler gordo) no usa sus poderes para traer la paz como en el pasado en lugar de decir "Nah, a la mierda, quememos el monasterio y diseminémonos por el mundo"? Y lo peor es que podría seguir, porque el grado de incoherencias y deus ex machina es demasiado alto en este cómic.
Es una lástima, pues el dibujo es magnífico y la premisa inicial muy buena, pero realmente no es un cómic que recomendaría a nadie, y menos cuando la integral cuesta 50 euros.
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