sábado, 28 de junio de 2014

The Maxx


Que una editorial como Norma pierda los derecho de una serie y te la venda completa en tres tomacos de 300 páginas con tapa dura en un pack de tan solo 23 euros está genial para el consumidor, pero si además de eso la serie resulta ser tan buena como esta me parece un crimen el no darle una oportunidad. Recalcado este punto (sí, primero os digo que la compréis y luego de qué va), ¿cuales son los motivos de haberme quedado tan satisfecho con el salto de fe que supuso mi última adquisición?

Bueno, quizás los más veteranos recuerden una serie llamada The Maxx que echaban en los 90 por la MTV. Yo ni la vi ni sabía que existía hasta hace un par de días, pero al parecer este es el cómic en que se basaba la misma, y como casi siempre el original difiere horrores de la adaptación dudo que su visionado cuente como para decir "pues yo ya me vi The Maxx de pequeño, paso del cómic". A fin de cuentas, dudo mucho que en la serie infantil hablaran de violaciones y maltrato con tanta facilidad (que no irrespetuosidad) como el original. La historia nos pone en la piel de Maxx, el "algo" morado de la portada que resulta ser un superhéroe sin techo que... joder, ¿cómo diablos os lo explico? Básicamente Maxx vive simultáneamente en dos mundos, el nuestro donde intenta proteger a Julie, una trabajadora social de la que se hizo amigo y el NuncaNunca, una especie de lugar de ensueño donde es el protector de La Reina Leopardo. ¿Una serie donde realidad y ficción se entremezclan con la percepción que tenemos de lo que nos rodea y montones de mierda pseudometafórica? Ajá. ¿Alguna vez os he dicho lo muchísimo que me encantan estas cosas?

Empezar a leer The Maxx puede hacerse difícil, sobre todo si tenemos en cuenta que durante casi su primera mitad no tendréis ni la menor idea de qué narices está pasando en realidad, pero os aseguro que a la larga todo tendrá sentido y quedaréis satisfechos con las respuestas. El problema está en que esta explicación no llega al final sino sobre el capítulo 20 (de 35), por lo que en adelante la serie va bajando la calidad hasta unos capítulos finales que casi no tienen nada que ver con los primeros en tono ni fuerza. Ojo, no son malos, pero os aseguro que esos primeros 20 caps los gocé como hacía tiempo que no me pasaba, así que conforme el foco de la trama se desplazó a otros menesteres que me resultaron menos interesantes mi valoración de la serie fue bajando (además de que en el último tomo hay dos capítulos que directamente no aportan NADA al conjunto y que son poco menos que un what if que no venían a cuento).


El dibujante es Sam Kieth, el cual también trabajó en Sandman. Lo admito, su trabajo en Sandman me parece una mierda, pero lo que hace Kieth aquí me ha encantado. La composición de viñetas, la conjunción de estilos, el diseño de los personajes... de verdad, me enamoró completamente. Es sí, durante los primeros 20 números, a partir de ahí se pasa a un estilo muchísimo más convencional y pierde ese toque único que tan bien le estaba sentando a la obra. Los guiones, a excepción de un par de capítulos puntuales con colaboradores de la talla de Alan Moore, también los firma Kieth, y os aseguro que no he sido capaz de saber cual fue el capítulo de Moore hasta que lo busqué en internet, así que os hacéis a la idea de lo bien que lo hace Sam. 

Ya os lo dije al principio: si tenéis 23 euros y ganas de comprar un cómic, The Maxx es una de las mejores opciones posibles. No es para todo el mundo, lo sé, pero realmente creo que por ese precio tener la serie completa es un auténtico lujo, y si no os gusta ya tenéis para navidad, santo y cumpleaños de algún amigo. Ah, sí, también incluye como extra en el último tomo la miniserie "Los amigos de Maxx", pero ni pertenece a la historia original ni tiene nada que ver con The Maxx más allá del título, así que dudo que la inclusión de un spin of tenga demasiado peso a la hora de decidir si os lo compráis o no.

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