lunes, 8 de abril de 2013

Misery


Lo he pasado realmente mal leyendo este libro. Misery no es una novela corriente; Misery es el proceso de destrucción de la humanidad del escritor Paul Sheldon; Misery son 350 páginas de vejaciones, torturas físicas y psicológicas de una persona a otra, destruyendo poco a poco cualquier atisbo de esperanza y cordura que reside en la mente del protagonista. ¿Y sabéis lo peor? Que ya sea por morbo o tensión no podremos soltar el libro en ningún momento.

Pero, ¿de qué va Misery? ¿Torturas nazis? ¿Un maratón de Sálvame Deluxe? ¿Un café de tres horas conmigo? No, para nada. Como ya dije, el protagonista de Misery es Paul Sheldon, escritor de novelas de éxito (la saga Misery, protagonizadas por una cortesana) y de otras de no tanto renombre (por las cuales desearía ser conocido). Desafortunadamente para él, justo al terminar su última novela sufre un accidente de tráfico en medio de una ventisca.

Es entonces cuando entra en escena Anne Wilkes, ex enfermera que rescata a Paul y lo mete en su casa, lugar donde le cura y mima pues (como ella dice) "es su fan número 1", en especial de sus novelas de la saga Misery. Las cosas no pintan bien para Paul: tiene las piernas rotas, la casa de Anne está aislada de todo el mundo exterior y su único medio de supervivencia tiene más de una gotera en la mollera (que está muy loca vamos). Ah, eso y que Misery muere al final del último libro que ha escrito, justo el que Anne compró el día que le rescató...

Sé que existe una peli basada en la novela, pero con lo mucho que sufrí el libro paso de verla a corto plazo.

Como supondréis a partir de lo dicho, Anne no tardará en amargarle la existencia al pobre Paul, llegando a algunos extremos de sadismo que entrarían perfectamente en películas como Saw (para los que vieron la peli, la escena SPOILER del martillo en realidad es con un hacha. TOMA CENSURA). En resumidas cuentas, Misery es un libro cojonudísimo pero que sufres como ninguno, pues sabes que por mucho que le hagan a Paul todavía le quedan páginas para seguir sufriendo. Es más, cada vez que aparecía Anne por la puerta me cagaba vivo pensando en lo que le podría hacer...

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