Si os ofendéis por lo que voy a escribir en esta entrada, si os sentís atacados, intentad tomarlo como una llamada de atención. En caso de que no hayáis leído mi reflexión sobre el machismo en la comunidad de videojuegos, casi prefiero que le echéis un ojo antes que a esta entrada, pues es informativa y está llena de datos, fuentes y demás enlaces de interés; en cambio, aquí solo voy a soltar un poco de odio con el teclado.
Lo voy a repetir una vez más: esta entrada no tiene ningún valor, son solo mis ansias de gritar al vacío. Si queréis dedicar vuestro tiempo a leerme hablando de machismo y feminismo, por favor, id a esta otra entrada y ojead las webs y comunidades que enlazo en ella. Si ya la leísteis o lo que más os importa de este tema es el poder ver a gente echando espuma por la boca, os podéis quedar.
¿Os pensáis que me sorprende verme escribiendo este texto? ¿Os creéis que me gusta tener que publicar estas denuncias? ¡Si me hierve la sangre solo de pasear por las redes! ¡Suficiente me ha costado lograr escribir ese primer párrafo sin insultar a ningún señoro! Pero es importante reflexionar y reformar que atacar sin ton ni son, por eso quería enlazar la otra entrada y avisar de que hoy, aquí, solo busco desahogo.
Hechos los formalismos, carguemos contra esa toxina eterna que es el machismo.
Esta es Kassandra, una mercenaria espartana. Kassandra es feroz, independiente y la última sensación de Internet. No, no es famosa por sus habilidades en el combate, ni por sus espectaculares brazos, sino por algo mucho más cruel, un pecado gravísimo: es la protagonista de Assassin's Creed Odyssey, un videojuego triple A. ¿Qué? ¿Personajes femeninos en un videojuego para el gran público? ¿Cómo es posible que hayan profanado de tal forma nuestro sagrado medio? ¡Si casi colapsó la sociedad occidental cuando se mostraron mujeres soldado en Battlefield V!
Kassandra levantó ampollas desde el primer minuto. ¡Una mujer protagonizando un Assassin's Creed, inaudito! Sí, vale, es el tercer Assassin's con una protagonista femenina, el cuarto si contamos Syndicate, pero esos no cuentan, porque todos sabemos que en la Antigua Grecia todavía no se habían inventado las mujeres. ¡Ubisoft está destruyendo dos mil quinientos años de historia!
¿Suena exagerado? Os propongo un juego: coged un papel en blanco y dibujad una línea horizontal; esta línea limita la realidad. Ahora, os voy a listar elementos presentes en Assassin's Creed Odyssey y vais a escribir debajo de esa línea los que os parezcan históricamente aceptables. Los que no veáis correctos a nivel histórico, los vais a escribir arriba, y cuanto más absurdos os parezcan más lejos tenéis que apuntarlos.
Empecemos:
Según los defensores del """""rigor histórico""""", vuestra hoja de papel debería ser algo así:
Así es, hay auténticas hordas de energúmenos preocupadísimos por ese "rigor histórico" que las mujeres están destruyendo. No los elementos sobrenaturales, no los unicornios pastando por Grecia, no los casi-aliens... ¡Las mujeres! Por suerte, estos eminentes jugadoros están siempre alerta para iluminarnos y salvarnos, igual que ya hicieron con Battlefield. ¿La Primera Guerra Mundial sin Francia ni Rusia, pero con los Estados Unidos? ¡Perfecto! ¿La Segunda Guerra Mundial con mujeres soldado? ¡Blasfemia! Pero incluso si deciden pasar por alto tan atroz insulto al pasado, los pobres se ven bloqueados por una barrera insalvable:
¡Qué injusticia verles sufrir tales torturas! Ellos, tan excelsos, tan castos, subyugados al polígono femenino. ¡Alienados, todos alienados tan solo para que una ínfima parte del público —el cincuenta por ciento— pueda sentirse representado! Que vuelva el erizo azul hipersónico, que vuelva el marine espacial con esteroides, que vuelva el siempre inclusivo dios de la guerra destructor de colosos; eso sí eran avatares realistas. Las mujeres ya se sentían representadas antes con los hombretones cachas de turno; no era necesario llegar a estos extremos. ¿Por qué creen que se incluían esas bellezas desnudas en las grandes obras de antaño? ¡Para que pudieran sentir en sus propias carnes cómo el gran héroe las salvaba! ¿Qué otro destino puede desear una mujer? A parte de parir y dejarse violar en secreto, claro.
¡Oh, espera, que eso nos enlaza con otro atentado a la auténtica e inigualable masculinidad® del macho macho, el de toda la vida!
¿Sabéis eso de ir con las llaves en la mano al volver de una noche de fiesta? ¿Las drogas en las bebidas para abusar de la chica de turno? ¿Las denuncias de acoso y agresión? ¿Las víctimas asesinadas por sus parejas? ¡Todo mentira! Es un plan para vivir a costa de denunciar a hombres aleatorios y acabar con el cromosoma Y.
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Lo peor es que hay gente que realmente piensa lo del anterior párrafo, palabra por palabra. Los tenéis en vuestro trabajo, en vuestra clase, en todo vuestro entorno. Existen, por imposible que parezca. Y, dicho sea de paso, muy preocupante tiene que ser tu forma de mantener relaciones si tanto te asusta que te denuncien por ello. Aquí ya entramos en la más pura violencia de género, el desprecio de la mujer en la sociedad y el rol de pasividad impuesta, y estos temas merecen un extenso análisis a parte. Pero existen, son reales, son omnipresentes, y a veces los tenemos peligrosamente interiorizados y aceptados.
¡Por eso es tan importante gritar contra esta gente! Es una lucha de todas y todos, una batalla que solo ganaremos con la máxima colaboración. Debemos mojarnos, debemos hacer ruido; solo así conseguiremos el cambio.
Me alegra pensar que cada vez son más los que ven el ridículo de este circo. Poco a poco, las compañías y las webs van cambiando a mejor, y las mujeres se atreven a hacerse oír. Y si no os gusta, usuarios, lo siento pero os podéis considerar fuera de juego. Habéis aceptado todo lo que se os ha puesto por delante, desde el online de pago hasta el pase de temporada y los micropagos... ¿Pero no podéis dejar sitio para las mujeres? Entonces, solo os diré una cosa, un último y sabio consejo: cerrad al salir.
Esta es Kassandra, una mercenaria espartana. Kassandra es feroz, independiente y la última sensación de Internet. No, no es famosa por sus habilidades en el combate, ni por sus espectaculares brazos, sino por algo mucho más cruel, un pecado gravísimo: es la protagonista de Assassin's Creed Odyssey, un videojuego triple A. ¿Qué? ¿Personajes femeninos en un videojuego para el gran público? ¿Cómo es posible que hayan profanado de tal forma nuestro sagrado medio? ¡Si casi colapsó la sociedad occidental cuando se mostraron mujeres soldado en Battlefield V!
Kassandra levantó ampollas desde el primer minuto. ¡Una mujer protagonizando un Assassin's Creed, inaudito! Sí, vale, es el tercer Assassin's con una protagonista femenina, el cuarto si contamos Syndicate, pero esos no cuentan, porque todos sabemos que en la Antigua Grecia todavía no se habían inventado las mujeres. ¡Ubisoft está destruyendo dos mil quinientos años de historia!
¿Suena exagerado? Os propongo un juego: coged un papel en blanco y dibujad una línea horizontal; esta línea limita la realidad. Ahora, os voy a listar elementos presentes en Assassin's Creed Odyssey y vais a escribir debajo de esa línea los que os parezcan históricamente aceptables. Los que no veáis correctos a nivel histórico, los vais a escribir arriba, y cuanto más absurdos os parezcan más lejos tenéis que apuntarlos.
Empecemos:
- Seres mitológicos como Medusa o el Minotauro
- Civilización capaz de controlar las leyes naturales, ahora extinta y olvidada
- Unicornios
- Una mujer mercenaria
Según los defensores del """""rigor histórico""""", vuestra hoja de papel debería ser algo así:
Así es, hay auténticas hordas de energúmenos preocupadísimos por ese "rigor histórico" que las mujeres están destruyendo. No los elementos sobrenaturales, no los unicornios pastando por Grecia, no los casi-aliens... ¡Las mujeres! Por suerte, estos eminentes jugadoros están siempre alerta para iluminarnos y salvarnos, igual que ya hicieron con Battlefield. ¿La Primera Guerra Mundial sin Francia ni Rusia, pero con los Estados Unidos? ¡Perfecto! ¿La Segunda Guerra Mundial con mujeres soldado? ¡Blasfemia! Pero incluso si deciden pasar por alto tan atroz insulto al pasado, los pobres se ven bloqueados por una barrera insalvable:
Captura sacada de aquí. |
¡Qué injusticia verles sufrir tales torturas! Ellos, tan excelsos, tan castos, subyugados al polígono femenino. ¡Alienados, todos alienados tan solo para que una ínfima parte del público —el cincuenta por ciento— pueda sentirse representado! Que vuelva el erizo azul hipersónico, que vuelva el marine espacial con esteroides, que vuelva el siempre inclusivo dios de la guerra destructor de colosos; eso sí eran avatares realistas. Las mujeres ya se sentían representadas antes con los hombretones cachas de turno; no era necesario llegar a estos extremos. ¿Por qué creen que se incluían esas bellezas desnudas en las grandes obras de antaño? ¡Para que pudieran sentir en sus propias carnes cómo el gran héroe las salvaba! ¿Qué otro destino puede desear una mujer? A parte de parir y dejarse violar en secreto, claro.
¡Oh, espera, que eso nos enlaza con otro atentado a la auténtica e inigualable masculinidad® del macho macho, el de toda la vida!
Especial atención a lo de los "hombres absolutamente indefensos legalmente". |
¿Sabéis eso de ir con las llaves en la mano al volver de una noche de fiesta? ¿Las drogas en las bebidas para abusar de la chica de turno? ¿Las denuncias de acoso y agresión? ¿Las víctimas asesinadas por sus parejas? ¡Todo mentira! Es un plan para vivir a costa de denunciar a hombres aleatorios y acabar con el cromosoma Y.
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Lo peor es que hay gente que realmente piensa lo del anterior párrafo, palabra por palabra. Los tenéis en vuestro trabajo, en vuestra clase, en todo vuestro entorno. Existen, por imposible que parezca. Y, dicho sea de paso, muy preocupante tiene que ser tu forma de mantener relaciones si tanto te asusta que te denuncien por ello. Aquí ya entramos en la más pura violencia de género, el desprecio de la mujer en la sociedad y el rol de pasividad impuesta, y estos temas merecen un extenso análisis a parte. Pero existen, son reales, son omnipresentes, y a veces los tenemos peligrosamente interiorizados y aceptados.
¡Por eso es tan importante gritar contra esta gente! Es una lucha de todas y todos, una batalla que solo ganaremos con la máxima colaboración. Debemos mojarnos, debemos hacer ruido; solo así conseguiremos el cambio.
Me alegra pensar que cada vez son más los que ven el ridículo de este circo. Poco a poco, las compañías y las webs van cambiando a mejor, y las mujeres se atreven a hacerse oír. Y si no os gusta, usuarios, lo siento pero os podéis considerar fuera de juego. Habéis aceptado todo lo que se os ha puesto por delante, desde el online de pago hasta el pase de temporada y los micropagos... ¿Pero no podéis dejar sitio para las mujeres? Entonces, solo os diré una cosa, un último y sabio consejo: cerrad al salir.
Ingeniero catalán aficionado a calcular por qué
tu juego favorito no
cumple las leyes de la física.
En los fightings coge a los que dan
abrazos.
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