lunes, 23 de junio de 2014

Knytt Underground


No me he terminado Knytt Underground. No solo eso, sino que además, aún habiéndome quedado a unos 5 minutos de ver su final, no encuentro ningún motivo para hacerlo, y eso que se trata de un título que me ha encantado. Es más, por si lo anteriormente escrito no fuera lo bastante contradictorio, os aseguro que los próximos párrafos irán encaminados a que todos los usuarios de PC, PS3 o Vita le deis una oportunidad. Pero antes, un poquito de historia.

Knytt Underground es el último videojuego lanzado por Nifflas'Games, los cuales son autores de (entre muchos otros) Knytt y Knytt Stories, dos indiegencias gratuitas que de verdad os digo que merecen mucho la pena (algún día tengo que escribir de Knytt Stories). Para jugar a Underground no es necesario haberse pasado estos títulos, pero sí consideraría recomendable superar Stories porque, además de estar de puta madre, tiene muchos guiños que nos sacarán desde una sonrisa a una lagrimilla en función de a cual nos refiramos. Y coño, que es gratis y lo terminas en un par de tardes, no me seas repugnante y dale una oportunidad.

¿Por qué esta clase de historia exprés? Bueno, porque Knytt Underground tiene un gameplay que se aleja bastante de lo que vemos habitualmente en el mercado, así que si conocéis los antecedentes os será un poco más fácil de entenderlo. Volviendo a Underground, una vez hayamos completado los dos primeros capítulos que sirven a modo de tutorial (tranquilos, aunque duran una hora no se parecen en nada a los típicos tutoriales para retrasados que tanto se han extendido en esta gen, por parecer ni parecen tutoriales) entramos de lleno en el grueso del juego, el Capítulo 3. Es entonces cuando se nos encomienda una misión: activar 6 campanas que están dispersas por todo el mundo. El mundo de Knytt Underground es esto:


¿Os parece grande y complicado? Pues al empezar LO TENÉIS EN BLANCO. Knytt no es PARA NADA un título que os lleve de la mano. Al contrario, ya en su tutorial puedes ir a bastantes sitios por tu cuenta si usas la imaginación, pero desde el momento que empiezas el Capítulo 3 hasta el final no hay ningún power up, siendo totalmente cosa del jugador buscarse la vida para localizar el camino a las campanas, descubrir cómo sortear cuanto peligro nos cruzamos y en definitiva usar la cabeza para, mediante las herramientas con las que llevas media partida, combinarlas de un modo determinado con el que avanzar al otro lado de ese barranco que parecía infranqueable.

Y ojo, ahora no penséis que esto es una aventura gráfica con mil comandos, al contrario. Nuestra protagonista tiene cuatro habilidades: saltar, trepar por cualquier superficie plana, tocar alguna flor especial que le haga saltar más o flotar y convertirse en una pelota para así rebotar (lo cual es un guiño al título Within a Deep Forest, también de Nifflas). Y ya. Al principio el jugador se sentirá desorientado y se moverá totalmente al azar, diciendo "Oh qué bonito es el camino de la derecha, iré por este lado" y cuando llegue a una habitación sin salida se dará la vuelta e intentará seguir en otra dirección, lo cual se repetirá varias veces hasta que se le encienda la bombilla y diga "Coño, si ahora hiciera esto y esto... ¡Cáspitas, estoy al otro lado!" Ese pequeño momento de insight que también encontrábamos en muchas de las salas de Antichamber es una de las mejores sensaciones que viviréis con este juego, pues ver que gracias a vuestro ingenio acabáis de liberar un porrón de localizaciones es algo genial.




Sin embargo, Underground se guarda una última baza oculta: su mundo. A decir verdad el jugador puede sudar de todo e ir directamente a tocar las campanas y ver el final, pero se estaría perdiendo fácilmente el 75% de lo que este juego nos ofrece. Veréis, Knytt Underground es un juego de pasear. Sí sí, que por mucho que puedas morir (y créeme, morirás) no es uno de estos títulos que pretendan entretenernos mediante la superación de retos y saltos complicados, sino que lo que cuenta es la experiencia. Es por eso que al principio comenté que no lo había terminado: Knytt no busca alcanzar un fin, sino que el viaje es un fin en si mismo.

Knytt está lleno de pequeñas historias, un montoncito de anécdotas en forma de breves quest cuya consecución recomiendo fervientemente, pues realmente me han parecido geniales, no tanto por lo que debes hacer para resolverlas sino por lo que (y como) te cuentan. La protagonista de este título, una jovencita llamada Sol, es muda, por lo que serán las dos hadas que la acompañan (Cilia y Dora) las encargadas de hablar en su nombre cuando nos topamos con algún desconocido. Nosotros podemos escoger a quien enviar en cada ocasión, y os aseguro una cosa: si queréis saber exactamente cómo soy yo, escoged siempre a Cilia. Os lo juro, igual mi percepción de Knytt está fuertemente marcada por el cariño que le he cogido a este personaje, pues esa pequeña malhablada es lo más parecido a cómo soy yo ante la vida que he visto nunca en un videojuego.

Asimismo, las conversaciones no se corresponde con los cánones que encontramos habitualmente en el mundillo, sino que realmente tenemos la sensación de estar leyendo eso, conversaciones en lugar de excusas para pasear por el mapeado adelante haciendo de recadero, y tanto los temas como el tacto que tiene para tratarlos se me ha hecho algo digno de elogio. Por ejemplo, en una de las quest un personaje nos pide un cubo y, una vez se lo entregamos, nos confiesa que su raza al morir se licuan y que por eso quería el cubo, porque su religión afirma que así tendría algo donde reencarnarse. A continuación, este ser nos pregunta si nosotros creemos que sucederá eso, que se reencarnará. No sé qué responderá Dora, pero Cilia le dice que le parece una chorrada pensar en una vida más allá de la terrenal; sin embargo, una vez abandonamos la estancia discute con Dora diciéndole que tal vez no hizo bien, que no tenía ningún derecho de soltarle eso pero que de verdad no sabía cómo afrontar una situación como aquella. Nada de verdades universales y conversaciones cliché, casi cualquier diálogo de Underground parece sacado de personas reales sobre preocupaciones reales, y lograr algo así cuando en tu mundo hay hadas, elfos y abuelitas que toman el sol junto a ríos de lava tiene mucho, MUCHO mérito.  




Eso sí, dejando de lado lo que es las mecánicas y entrando un poquito en el apartado técnico, seguro que pese a los preciosos fondos las capturas tienen "cierto elemento" algo llamativo, ¿verdad? Ojo, no me estoy refiriendo a la bendita ausencia de un HUD que ensucie la pantalla, no. ¿Que no os dais cuenta? Bueno, a ver si con un par de imágenes más os dais cuenta:





Hay DEMASIADO negro. Yo entiendo de sobra que Knytt Underground intente dar sensación de agobio en el jugador por el hecho de estar siempre bajo tierra en túneles, siendo ello el tirar de negro la opción más lógica, pero de verdad que me duele ver el cómo hemos pasado de los bellísimos y variados escenarios de los anteriores Knytt a estos. ¿Que lo hacen por una mejor ambientación? Quizás, pero realmente tengo la sensación que se han pasado. Ojo, no intento decir que no existan escenarios bonitos, claro que los hay (incluso en las fotos os he puesto algunos) pero la proporción en relación a la enormidad del mapa me resulta insuficiente. Los personajes no, esos simplemente son feos de pelotas y parecen dibujados por un niño de 5 años en su mayoría.

Y bueno, creo que es hora de cerrar la entra... ¿qué? ¿Que aún no dije exactamente por qué no me he terminado el juego? Bueno... digamos que el título te da dos formas de tocar las 6 campanas, la de pasar por el aro cumpliendo X requisitos y otra que simplemente supone ser listo, aprender cómo funciona el mundo de Knytt y a partir de ahí convertirte en el puto Dios de los atajos. Yo, como soy así de cabezota, me emperré en la segunda opción y realmente he encontrado la forma de hacerlo, pero dado que apenas te da información al respecto me supondrá tirarme una hora de ensayo y error bien para activar las (pocas) campanas que me faltan. ¿Que por qué no voy por lo fácil? Orgullo, no me sale de las narices dejarme coaccionar aún teniendo los materiales para el soborno de ciertos capullos, así que de momento me quedo sin ver el (según me han dicho) cutrón final.


Sin embargo, quiero recordaros una cosa: Knytt Underground es uno de los videojuegos más satisfactorios que me he topado en los últimos años. Es largo, extenso, te obliga a pensar y sobre todo tiene un lado humano que ya querrían para sí muchos juegos "maduros" que se nos intentan colar con esa etiqueta año tras año mostrando para ello dos tetas y cuatro lágrimas. Yo, comprándolo para Vita sin oferta ni nada, invertí en él apenas 10 euros y estoy encantadísimo, así que si esperáis a que lo rebajen en Steam seguro que lo encontráis tirado de precio. Adméas, tengo entendido que es cross buy en PS3/Vita, aunque no he llegado a probarlo en la sobremesa.

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