miércoles, 11 de diciembre de 2013

Super Mario Sunshine


Mario es la putita de Nintendo. Duele decirlo, pero la explotación que sufre es una de las más bestiales del mundillo. Mario conductor, Mario fiestas, Mario doctor, Mario fútbol... hoy en día es difícil no encontrar algún género que este personaje no haya tocado. Sin embargo, hay un motivo muy simple por el que nadie le metería en el mismo saco que a Sonic o a los últimos juegos de la saga Final fantasy: pese a la explotación de la marca, casi todos sus juegos son excelentes. Es cierto que hay excepciones, pero si nos centramos en la "saga principal" (la plataformas) hay consenso entre los gamers de su gran calidad. Excepto en uno: Mario Sunshine, amado y odiado por igual. ¿Queréis saber qué opino del mismo? 

Montémosnos en el Delorean y volvamos a 1996. Nitendo estrena Super Mario 64 y prácticamente se come el mercado, pues se convierte en modelo a seguir para todo el mundo en cuestión de minutos. Un par de años después sacan el Zelda: Ocarina of Time y repiten la jugada: éxito de crítica y público. Tiempo después (año 2001) todo el mundo se muerde las uñas esperando una secuela del tan aclamado plataformas. ¿Qué fue lo que Nintendo presentó? A un Mario que se va de vacaciones y usa una mochila de agua para limpiar barro. Apuesto a que más de uno se volvió loco al descubrir esto.

Comprendo que mucha gente se enfadase al ver el cambio de la jugabilidad (aunque la bilis no llegó ni de lejos a los niveles de cuando se presentó el Wind waker), pero en mi opinión fue una decisión totalmente lógica. Del mismo modo que cuando sacaron el Zelda: Majora's Mask, sacaran lo que sacaran no podrían repetir el pelotazo inicial, pues la revolución de mecánicas ya la habían dado, todo lo que hicieran en aquel momento estaría por detrás del original a ojos de la mayoría, catalogándolo muchos como más de lo mismo. Así pues, ¿por qué no arriesgarse? Pese a haberle dado palos a Nintendo en alguna ocasión, debo aplaudir esas dos veces que le echaron narices y se atrevieron a hacer algo totalmente diferente en lugar de dejarse llevar por el nombre (aunque bien podrían volver esos tiempos...).

La cosa fue tal que así. Bueno, en realidad en el 2001 las imágenes eran muchísimo más feas y todo más conceptual, pero con esto del E3 del 2002 os imagináis del efecto que tuvo ver a Mario haciendo honor a su título de fontanero.

La excusa para que Mario acabe limpiando mierda por toda una isla es bastante original. Justo al aterrizar en Isla Delfino (complejo vacacional que ríete tú de Hawaii) la policía le detiene como principal sospechoso de haber llenado de mugre el islote. Esto tiene más consecuencias que un simple "este gamberro me ha manchado la fachada", pues el clima tropical de la ínsula (necesito más sinónimos de isla a la orden de ya) se lo deben a los soles, una especie de estrellitas con ojos que dan luz y calor al lugar, las cuales desaparecieron por culpa de la suciedad y han sumido la isla en una penumbra bastante mala para el negocio. Así pues, como allí la justicia no se anda con chiquitas, condenan a Mario a no poder abandonar Isla Delfino hasta que haya dejado todo como los chorros del oro. 

"¿Y ya está?" Bueno, como supondréis, hay alguna sorpresita en forma de enemigo causante de las pintadas, pero en líneas generales si, eso es todo. ¿Historia simplona? Si, pero dudo que haya alguien que se juegue un Mario por la historia; sería como comprar un Call of duty por su modo campaña, algo que solo haría uno de entre cada millón. Una vez cojamos los mandos se nos olvidará eso y nos centraremos en lo importante: saltar, limpiar y conseguir soles. Afortundamente el control de Mario es uno de los más cómodos que recuerdo en videojuego alguno, pudiendo realizar un buen número de acciones con apenas dos botones y de una forma súper intuitiva. Además, pese a lo que puede parecer en un primer momento, utilizar el A.C.U.A.C. (Aparato de Chorro Ultra-Atómico Combinado o "el cacharro del agua", como prefiráis llamarlo) es una auténtica delicia. Planear, disparar, propulsarnos... todo es más cómodo con el acuac. Quizás incluso demasiado.

Ante todo, repito que en lo personal me gusta la incorporación de esa mochila parlante. Tiene sus momentos divertidos, permite fases diferentes y en unas manos hábiles es la herramienta perfecta para hacer toda clases de virguerías, pero es innegable que nos facilita demasiado la vida. En serio, gracias al Acuac fallar un salto es casi una quimera, pues con tal de usar el planeador estaremos al otro lado del abismo en cuestión de segundos. Y si, por un lado es una gran ayuda para los novatos y los veteranos pueden simplemente no usarlo, pero seamos realistas: en esos momentos el dedo va solo. Así pues, Super Mario Sunshine es uno de los plataformas más fáciles que he jugado. Bueno, o por lo menos lo es casi siempre, pues de vez en cuando se nos quita el Acuac y tenemos el placer de superar zonas como... esto:

TODO se mueve.


Si, las fases sin acuac tienen siempre fondos "especiales".

Dios. Probablemente si el juego fuera siempre sin el cacharrito de marras estas zonas no serían tan complicadas, pero teniendo en cuenta lo malacostumbrados que nos volvemos por su culpa... temblad; no en vano siempre habrá un champiñón oculto al empezar estas zonas, evitándonos así el miedo a perder todas las vidas y tener que repetir todo lo necesario para acceder a estos niveles (aunque con ese pequeño detalle una buena parte de la tensión del nivel se diluye...). Eso sí, esto último me recuerda uno de los pocos errores de diseño gordos que le veo al juego: lo que nos sucede al morir.

Normalmente, cuando en un juego con vidas mueres, apareces en el último checkpoint y lo vuelves a intentar. Esto aquí sucede en casi todas las fases especiales (ya sea porque nos quitan la mochila o porque son "zonas únicas", como la fase a lomos del pájaro de arena), pero si morimos fuera de estas zonas seremos enviados de vuelta a Isla Delfino, teniendo que tragar la animación de 2-3 segundos donde nos enseñan la zona (se puede saltar), la de Mario cayendo de culo fuera de la tubería de turno y levantándose (2 segundos, no se puede saltar), tener que volver a entrar, seleccionar de nuevo la zona y que nos salga la presentación de la fase (2-3 segundos, saltable). En serio, ¿por qué? No tiene sentido, corta muchísimo el ritmo de juego en las fases más duras y acaba resultando un maldito grano en el culo. 

Existe una fase llamada "Misión: Rescatar al alcalde", la cual haremos en uno de los últimos mundos y realmente es complicada, pues además de su dificultad se nos quitará el acuac nada más empezarla. Imaginad lo que es calibrar mal un salto y tener que comerse todo lo anterior junto al mini vídeo donde nos quitan la mochila. ¿Por qué lo hacen? Uno de los puntos fuertes de juegos como Super Meat Boy o Hotline Miami es que la acción, aunque mueras, no se corta nunca, dándole un frenetismo al juego que es de agradecer. ¿Por qué Nintendo pensó que esto sería una buena idea?

Isla Delfino es uno de los overworld más bonitos que he visitado nunca.

Además, el juego se nota que salió con prisa, encontrándonos fases poco inspiradas o directamente repetidas (jefes finales sobre todo), por no hablar del tema de las monedas azules (nada más y nada menos que 240 coleccionables necesarios para tener todos los soles) o de que muchas fases se terminan en menos de un minuto. Y de verdad que es una lástima, pues así como algunas fases demuestran muchísimo mimo y nos dan la oportunidad de afrontar el nivel como nosotros queramos (si eres habilidoso puedes montarte tus propios atajos en un santiamén) en otras la sensación es de "mételo ya que no nos da tiempo a más".

Pese a todo esto (facilidad general, el problema al morir, prisas por acabarlo) debo admitir que es un juego que me encanta. Si, tiene errores, no hay demasiada variedad musical (un tema por mundo y otro para las fases secretas) y podría estar mejor, pero lo que hace bien es divertidísimo. Quizás, de haber tenido más tiempo, podría haberse convertido en el mejor Mario, pero pese a ello sigue siendo uno de los plataformas más completos que podéis encontrar para cualquier consola.

NOTA: 8

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