Lo primero es lo primero: jugué a Final Fantasy VII hace poco, y cuando digo hace poco me refiero a que me lo terminé hace, como mucho, dos años. Eso implica que:
1. Ya había acabado Final Fantasy VI años antes.
2. Ya no estaba en mi etapa mojabragas (eso fue con Final Fantasy X).
Así pues, me considero preparado para hablar de él sin fanatismos baratos y con conocimiento de la causa. ¿Queréis unas primeras impresiones rápidas? Ahí van: Final Fantasy VII es un juego rematadamente ingrato y tosco que no redefinió nada, y todos deberíais jugarlo.