Y, finalmente, lo hice. Hoy me he terminado el único cómic importante que me faltaba por leer de Alan Moore, siendo este uno de los más reconocidos e influyentes de todos: Miracleman. Es cierto que gran parte de su fama se debe a todos los problemas editoriales que tuvo y a que por culpa de los santos cojones del barbas no ha podido reeditarse en los últimos 20 años, pero independientemente de ello se trata sin lugar a dudas de uno de los mejores cómics de la historia. Es más, puedo afirmar que Watchmen solo es mejor por todas las burradacas que se largaron en el apartado visual, como lo del capítulo simétrico. En cuanto a narración, guión, ritmo y deconstrucción es igual o mejor que Watchmen.
Hoy es un día triste. Veréis, pese a mi regla de nunca leer cómics que no estén terminados existen dos pequeñas excepciones que sigo de manera cuasi religiosa: Awkward Zombie y Brawl in the Family. ¿La razón? Son simples tiras humorísticas relacionadas con el mundillo de los videojuegos, las cuales carecen de una trama unitaria que pueda ser alargada infinitamente para agarrar de los huevos a los lectores. Desafortunadamente, desde hoy solo podré seguir con Awkard, pues Matthew Taranto ha decidido poner punto y final a su webcómic en el número 600. Entiendo perfectamente su postura, pues ya no se trata solo del desgaste de llevar tantísimos números a la espalda trabajando siempre sobre el mismo material, sino que Mat actualmente está desarrollando un videojuego (para PC y WiiU) y con su nuevo status de casado normal que aparezcan nuevas responsabilidades en su vida diaria. Así, y sin daros más la brasa, hagámosle un pequeño homenaje a Brawl in the Family, intentando con ello que le deis una oportunidad. Es más, apuesto a que más de una vez habéis visto creaciones de este hombre aunque desconociérais la identidad del autor...